Gisel y Alex Quackity eran amigos cercanos que de pronto comenzaron a verse de manera diferente, pero eso traía también las inseguridades de no querer dañar la amistad por acercarse demasiado...
Quackity tenía miedo a arruinar la amistad,
y Gisel cr...
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📍𝐏𝐎𝐕'𝐒 𝐆𝐢𝐬𝐞𝐥
El viento me daba directamente en la cara haciendo que sonría con satisfacción, me las ingenio para soltarme el cabello y hacer que este fluya, giro mi cabeza a un costado, topándome con él. Con mi chico.
Quackity conducía con una mano mientras mantenía su atención en la carretera. Meto la cabeza para recostarme en el asiento para contemplarlo, alarga su mano para tomar la mira cuando se da cuenta que lo estoy mirando.
—¿Que me ves? ¿Te gusto o qué? —Me pregunta.
—Si, ¿Algún problema? —Le respondo, recostándome en su hombro.
—No ni uno, es más, hasta me gusta, ahora bésame.
—¿Pero me lo dices como amigo o como jefe?
Se detiene en un semáforo, quita su mano del volante para acercarla a mi rostro, delineando con sus cálidos dedos mi mandíbula y quitando los rastros de cabello que se me interponen mientras su sonrisa se sitúa en su rostro.
—Te lo digo como el amor de tu vida .—Me responde para después acercarse.
La luna y las estrellas al igual que la luz roja del semáforo nos iluminaban mientras él me besaba, haciéndome sentir infinitamente feliz por tenerlo a mi lado. Y podríamos estar así bastante rato, si no fuera por el sonido de los autos detrás.
—¿Ya me vas a decir a dónde vamos? —Curioseo y el niega—. Me raptaste mucho más antes de que acabara el evento, yo quería ir al after de Spreen.
—Valdrá la pena, te lo prometo .—Dice, alzando su dedo meñique.
La cosa es que después de comer junto a los demás con las miradas indiscretas e indirectas de Rivers y Roier, comenzaron a invitarnos a una fiesta organizada por Spreen para festejar que gano la mayoría de sus nominaciones.
Pero en cuanto nos subimos al auto tomamos otro camino, apartándonos de nuestros amigos, para luego escuchar una explicación de diez minutos de Quackity sobre que quería llevarme hacia una actividad que logro conseguir de último momento.
Sigo insistiendo y al ver que no me dirá nada me rindo, recostándome de nuevo en el asiento mientras miro hacia la ventana, viendo como la ciudad nocturna comenzaba a desaparecer a la distancia.
Se detiene en un enorme establecimiento en medio de la nada, toma un par de mantas y luego se baja, me ayuda a bajar para después tomar mi mano y tirar de ella, metiéndonos dentro del lugar.
—¿Señor Alexis? —Pregunta el señor, Quackity asiente—. Espere un momento, el conductor no tarda en venir. ¿Podría firmar su hora de entrada?
—Si claro, y muchas gracias de ante mano .—Le responde Alex en un tono serio que me hacía sentir cosquilleos en el estómago.
—Planeaba venir solo si no aparecías hoy, pero veo que el destino quiso que viniera acompañado .—Decía mientras se acercaba de nuevo.
