El amor fue más fuerte que el odio.
Deynat odiaba con su alma a aquel chico que arruinó su infancia, pero conforme fueron creciendo, empezó a verlo de diferente forma.
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Olivia estaba sentada conmigo en clase de literatura, enfrente estaban Morgan y Sophia, y en el primer puesto al lado de la mesa de la maestra se encontraba Lorenzo.
Había pasado un año desde que él llegó y las cosas se complicaron bastante en mi vida. Resultó que Lorenzo era un estudiante ejemplar y se llevaba de las mil maravillas con Sophia haciendo los deberes y realizando proyectos.
Con Jessica las cosas eran casi iguales, lo del empujón cuando se conocieron quedó en el olvido y Lorenzo se comportaba como el hermano mayor de Stella.
Pero conmigo ni siquiera se atrevía a mirarme directamente a los ojos, la última vez que lo hizo fue cuando se disculpó con Stella desde ese día en adelante me evitaba, me dirigía la palabra sólo cuando era necesario y trataba en lo posible de no estar en la misma habitación que yo.
¿Acaso olía mal?, ¿Era fea?¿O no le agradaba?
Era como vivir con un fantasma, sabía que estaba ahí pero no lo podía ver. Era un niño despreciable. Nada comparado con su madre, la mejor niñera que haya tenido, salvó por el pequeño detalle de que aún no me dejaba comer galletas después de las ocho.
Sin embargo, desde la misteriosa aparición de esas galletas frente a mi puerta, cada vez que hacía una pataleta, a la medianoche unas galletas sobre una servilleta tocaban mi puerta.
Comencé a creer seriamente que el hada de las galletas con chispas de chocolate existía. La maestra leía un aburrido poema. Puse cara de concentrada, pero en realidad estaba pensando en cómo convencer a mi mamá para que me dejara ir a la casa de Morgan está tarde con Sparks. Seguramente me diría "lleva a Enzo".
Antes me molestaba que me obligara a ir a todos lados con Stella, pero misteriosamente se le metió en la cabeza que el niño de cabello marrón podía ser mi amigo. Error, jamás lo sería.
No me gustaba la idea de que él fuera al mismo colegio que yo, por alguna razón que estaba fuera de mis conocimientos mis padres le pagaban la educación a Lorenzo y Pauline. Para navidad le daban regalos, los dejaban comer en la misma mesa que nosotros y eran libres de reglas y listas de alergias y cosas que debían de hacer.
