El amor fue más fuerte que el odio.
Deynat odiaba con su alma a aquel chico que arruinó su infancia, pero conforme fueron creciendo, empezó a verlo de diferente forma.
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— 𝖫𝖺 𝖽𝖾𝖼𝗂𝗌𝗂𝗈𝗇 — 17 años
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— Dey, despierta — abrí los ojos con lentitud, como si la poca la luz que había en mi habitación me hiciera daño.
Stella estaba a mi lado apartando algunos mechones de cabello de mi rostro, se veía preocupada.
Recordé la emoción con la que me despertó ayer y de inmediato sentí una punzada en mi pecho.
Ahora estaba comprometida.
Aún no me colocaba el anillo de compromiso, pero podía sentir un peso de más en el dedo en el que estaría.
Me senté y le dediqué una mirada tranquilizadora a Sarah, ella no debía saber sobre esto, tenía que creer que me casaría con Lorenzo por amor.
— ¿Qué pasa, enana?— le pregunté sonriendo. Esto me estaba destrozando.
— Son las dos de la tarde... — me dijo, mordiéndose el labio.
Había olvidado que hoy saldría con los demás al parque de diversiones.
Me puse de pie y me di cuenta de que Stella ya estaba vestida.
Me dejó a solas para que pudiera cambiarme, aunque su presencia no me molestaba ni me avergonzaba.
Cuando acabé de abrocharme el último botón de mi abrigo, miré con odio la cajita donde dormía el anillo. Estaba sobre mi escritorio y parecía estar iluminado por el cielo.
La abrí y sin pensarlo dos veces para no arrepentirme, me coloqué el anillo.
Lo contemplé unos minutos hasta que Stella tocó la puerta para avisarme que mis amigos me esperaban abajo listos para irse.
Mis amigos. ¿Cómo reaccionarán ante la noticia? ¿Qué pensarían de Lorenzo si conocieran la verdad? Comencé a sentir lástima de mí misma, me había rendido ante el matrimonio incluso antes de luchar. ¿ Tan débil me consideraba Lorenzo? Una nueva oleada de ira me arrancó un gruñido de la garganta.
