Capítulo 3

15 0 0
                                    

Me pusiste nervioso para hablar
Así que no diré nada en absoluto
Tengo ganas de liberar
Y tú me dices que espere
Me pusiste nervioso para moverme
Así que no te daré nada
Me pusiste a dar vueltas para ser aquel quien necesitabas

Nervous
The Neighbourhood

El avión había aterrizado hace un par de minutos y estaba un poco ansiosa, no dejaba de revisar mi celular, aunque en realidad no tuviera nada interesante que ver, pero debía encontrar una distracción porque sino los nervios acabarían volviéndome loca. Se suponía que llegaría en un par de minutos, así que no sabía exactamente cómo demonios sentirme, ¿Nerviosa?, ¿Emocionada?, ¿Ansiosa?, no tenía ni la menor idea, estaba segura que justo ahora era una mezcla extraña de ambas. Estaba acabada.

Sentí mi teléfono vibrar sobre mi manos y solté una maldición al verlo resbalar de ellas. Lo tome con prisa y leí el mensaje de entrada.

Pesado≈

¿Ahora no puedes sostener tu celular, Ari?

¿Qué carajos...?

Miré hacia todas partes y casi me caigo en el proceso cuando a lo lejos lo veo con la típica sonrisa de burla que solía recordar, y sin importarme mucho quien me mirara corrí hacia él y envolví mis piernas en su cintura. Diud soltó una carcajada pero me sostuvo con fuerza, y por dentro casi tuve que contenerme para evitar inhalarlo, olía delicioso. Había extrañado esto, sus abrazos reconfortantes, su olor, su voz... había echado de menos a mi mejor amigo.

—Aries, vas a matarme—sentí que sonreía en mi cuello y puse mala cara enseguida.

—Cállate y abrázame.

—No te recordaba tan mandona— me solté de sus brazos y me dispuse a ir por mi maleta, por un momento me había olvidado de ella.

—Que bueno que lo recuerdes porque yo no te recordaba tan pesado y aún así lo eres.

Su boca se abrió en una fingida "O" y ambos nos conducimos a sabrá Dios habrá aparcado el auto.

— ¿Qué tal la universidad? ¿malas notas?,¿buenas nota?—pregunté al cabo de un rato, no me gustaba quedarme en silencio por mucho tiempo, y menos si estaba demasiado nerviosa, como justo estoy ahora.

Diud me sonrió haciéndose el interesante mientras los bombardeada de preguntas, siendo honesta quería saberlo todo, aunque una parte de ese "todo" doliera un poco.

—Mmm, digamos que aún no he muerto, ni me he abogado, solo estoy flotando.

Casi me reí en su cara al oír su tonta filosofía.

— ¿Así que flotando..?—asintió divertido—¿Y que rayos significa eso?

El dudó un momento si responder o no, pero luego de ver mi cara que lucía descaradamente curiosa se limitó en encogerse lo hombros.

—Es complicado.

No quise preguntar más sobre el tema así mientras nos dirigíamos a su departamento me limité en poner un poco de música y mirar por la ventana. La ciudad era increíble, es decir, los edificios eran extremadamente altos, las calles ajetreadas de mucha gente, el olor exquisito del café inundando tus fosas nasales, casi estuve tentada en pedirle a Diud detenernos en la cafetería que había visto a los lejos, había mucha gente haciendo fila para entrar, y algo me decía que probablemente el café debía ser muy bueno como lo era parte de su nombre, Tentación saboree su nombre a la vez que me hacía la promesa de visitarlo muy pronto.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Sep 22 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

¿Sí o No? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora