Capitulo 2:

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Para Zack estar casado con un hombre que no amaba no fue nada fácil.

El primer año fue algo extraño, tener que mantener la apariencia de ser un matrimonio feliz y amoroso, mientras intenta realmente sentir algo por su esposo era mucho más difícil de lo que creyó, cada vez que salían a algún lugar las personas los miraban demasiado sin disimular, algunas veces se les acercaba y los felicitaban o les preguntaban cosas sobre su relación, otras veces cuando iban a citas las personas les tomaban fotos y sospechosamente esas fotos salían en periódicos en primera plana, una de las razones por las que Zack empezó a sentir odio por las fotos, no le gustaba que le tomaran fotos. Todo era como si el mundo estuviera pendiente a su relacion, también le era extraño tener ese gran anillo con un gran diamante, se sentía raro usándolo cada día, sin poder quitárselo y lo peor es que lo tendría que usar el resto de su vida, o eso el creía.

El segundo año de casados fue un poco más tranquilo, las personas ya no estaban tan atentos a ellos como antes y las fotos disminuyeron, Fickelgruber había cambiado un poco, ya no era tan amoroso que antes, pero seguía dando su atención que podría darle, pero Zack se dio cuenta que su esposo se la pasaba el mayor tiempo en su trabajo con aquellos otros dos vendedores de chocolates.

A Zack le parecía extraño como eran esos dos, bueno en realidad los tres eran personas tan extrañas y misteriosas, habían a veces que venían a la mansión de su esposo a tomar chocolate caliente o platicar de su trabajo, Fickelgruber algunas veces, o más bien pocas lo dejaba estar presente en esas reuniones, pero las pocas veces que lo dejaba quedarse, lo que el escuchaba sobre lo que decían de los demás era vulgar y horrible, incluso le daba un poco de miedo, en especial aquel hombre moreno llamado Slughworth, el era el más temible de los tres, las palabras con las que hablaba sobre los demás era asqueroso y de miedo.

—La mujer que mire ayer en la calle estaba tan buena que no evité ver bajo su falda. Los malditos pobretones no entienden que no se deben acercar a nuestras tiendas de chocolate, si ni siquiera pagar una buena prenda de ropa pueden, ¿Realmente creen poder comprar uno de nuestros deliciosos chocolates?, que ilusos. El sacerdote es tan tonto, realmente es tan fácil de manipular que creo que si le pediría matar a alguien lo haría. La competencia del viernes fue eliminada no se preocupen. Creo que me follare a aquella mujer que vi del otro día. Somos millonarios, podemos hacer lo que nos plazca—eran una de las tantas cosas que el señor Slughworth decía en las reuniones de su esposo.

El hombre si de por si le era intimidante con solo su presencia, sus palabras y lo que piensa sobre los demás como si fuera inferior por su fortuna y chocolate es de horrorizarse, realmente es un hombre con el cual Zack no desearía tener problemas nunca.

Para el tercer año fue uno de los más espantosos e incómodos para Zack, pues su esposo Fickelgruber lo había obligado a dormir en su dormitorio, con la justificación de que ya estaban casados y no había sentido alguno de que estuvieran durmiendo por separado, pero lo incómodo no era eso, si no que Fickelgruber empezó a tocarlo de más y a coquetearle, cuando dormían lo atraía a su cuerpo y lo abraza por la cintura, le tocaba las piernas y aún que se quejaba o le pedía que parara el seguía hasta aburrirse y dormir, cuando tenía días libres del trabajo y se quedaban en la sala principal para mirar la tele lo obligaba a sentarse en sus piernas, realmente le era demasiado incómodo, el hecho de que fuera muchos años mayor que el era aún peor, pero se quedaba callado, pues Zack pensaba que como estaban casados era parte de su deber hacerle caso a su esposo o al menos no negarse a sus cercanías,  eso era lo que le repetía su esposo.

—Puedo hacer lo que sea contigo, tu eres mi esposo y es tu deber hacer lo que quiera—esas eran las palabras de Fickelgruber que le repetia constantemente cada vez que se negaba a ciertas cercanías.

Better Than Chocolate || Timothée ChalametDonde viven las historias. Descúbrelo ahora