Mientras Mina y Dahee preparaban la cena, yo me fui a jugar con las niñas. Me pidieron que les leyera un cuento, uno de los tres libros que tenían y que seguramente les habían leído una y otra vez, pero estaban muy contentas de escucharme dramatizar la historia con gestos y voces diferentes para cada personaje. También me enseñaron su colección de rocas, de todos los colores y tamaños, Seojin dijo que de grande quería ser exploradora y descubrir todas las rocas preciosas del mundo. Luego me contaron sobre el regalo que habían pedido a Santa Claus, la piscina, y que ese año se habían portado muy bien.
Salí de la habitación para ver si podía ayudar en algo y me encontré a Mina sonrojada y a Dahee riendo.
—¿Qué pasó? —pregunté con curiosidad.
—¡Nada! —aseguró Mina de inmediato.
No insistí, pero tenía curiosidad, le preguntaría después porque no quería incomodarla, ya se veía bastante avergonzada.
La comida estaba lista, así que ayudé a poner la mesa. Dahee insistió en que nos sentáramos en el sillón, así que hicimos caso, Seojin y ella se sentaron en banquitos, mientras que Seoyun tenía su silla. No tenían una mesa grande o sillas como en un comedor común, ellas comían sentadas en el sillón y acercaban la mesita para poner sus platos ahí. Era un poco incomodo, pero por supuesto que no íbamos a quejarnos, de ninguna manera.
Cenamos mientras le contábamos a la familia lo que estudiábamos y que estábamos en el equipo de atletismo, incluso les hablamos de nuestro grupo favorito y nos escucharon con atención, les mostramos una canción y Seojin se levantó a bailar una coreografía que se inventó en el momento. Todas le aplaudimos y parece que la volvimos fan. Ellas también nos contaron sobre sus vidas, sobre su trabajo y la escuela. Seojin nos contó su preocupación de que Santa no les diera un regalo porque no tenían un árbol en casa. Se me ocurrió que podíamos hacer uno, así que cuando terminamos de comer, saqué de mi mochila los marcadores que siempre traía conmigo, un cuaderno y cinta adhesiva. Pegamos el papel a la muralla y comenzamos a dibujar y colorear un árbol en ellas.
—¡Chaeyoung dibuja muy bonito! —exclamó Seojin.
—Tú también —dije de vuelta—. Mira qué bonito este adorno que dibujaste.
—Este será el primer año en que Santa nos dará un regalo porque nos esforzamos mucho por portarnos bien y además ahora tenemos un árbol —comentó con alegría, mientras seguía coloreando.
Dieron las diez de la noche y Dahee les dijo a sus hijas que era hora de ir a dormir. Obedientemente, Seojin se despidió de nosotras con un abrazo y corrió al baño a lavarse los dientes para luego irse a la cama. Yo y Mina nos acercamos a Seoyun y le dimos un abrazo.
—No creo que sea bueno que vuelvan ahora, está nevando muy fuerte —dijo Dahee, mirando por la ventana—. Pueden quedarse e irse cuando deje de nevar, o cuando lo deseen. Yo trabajo mañana temprano, puedo despertarlas a las seis de la mañana, que es cuando despertamos para irnos a la granja.
Dahee se llevaba a sus hijas a la granja cuando no tenían clases, porque no había quien las cuidara.
Mina me miró y yo asentí. Aceptamos la hospitalidad de la familia.
—¿Pueden apagar el calentador cuando se vayan? —preguntó la mujer antes de meterse a su habitación.
—Claro —respondió Mina, sentada en el sillón.
—No se preocupen por dejar con llave, aquí es seguro. Y si necesitan algo, no duden en despertarme. Muchísimas gracias por todo, espero que se les devuelva por mil y que llegue muy bien a sus hogares.
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Te tengo un regalo (Michaeng)
RomanceMina y Chaeyoung solo son amigas, pero esa navidad emprendieron una aventura juntas y las cosas nunca volverían a ser lo mismo. Una pequeña historia navideña. Feliz navidad 2023 a todos <3