Juego Optimista

Capítulo 54: Slayer Visit

– Siena –

Si tenía que ser honesta, Sienna había estado bastante nerviosa desde que se despertó. Hoy era el día en que Titan Slayer Astera visitaría Menagerie y les diría no solo a ellos, sino al mundo entero, a qué reino se estaba expandiendo primero.

Ella todavía no estaba exactamente segura de qué fue lo que realmente lo impulsó a elegirlos antes que cualquier otro reino. Atlas era la elección obvia con su riqueza y poder, pero ella apreciaba su decisión. Al menos no tendrían que luchar contra varias invasiones de los Grimm cada pocas semanas.

La ciudad principal era segura, pero todo lo demás fuera de las murallas no lo era. Las pociones deberían ayudarlos mucho una vez que se distribuyan entre sus soldados. El precio no era precisamente fácil de pagar, pero si eso significaba que conseguiría el apoyo del hombre más poderoso de Remnant, entonces detendría sus operaciones.

Por supuesto, no todos estaban contentos con su decisión. Sienna esperaba muchas voces enojadas dentro de sus filas, preguntándole por qué haría tal cosa. Ella también los entendía, pero no podía arriesgarse a convertirse en enemiga de Astera por esto.

Especialmente no cuando estaba tan dispuesto a ayudarlos. Sienna entendía a su gente, pero ellos no podían entender cómo ese era el mejor curso de acción. No vieron lo que ella vio en los ojos del Titan Slayer.

Nadie malintencionado podría tener una mirada tan inocente y un punto de vista tan idealista. Si realmente quisiera engañarla, habría probado el enfoque realista. Tal vez incluso amenazarla para que se sometiera porque no podía hacerle nada, sin importar qué tipo de fachada valiente pusiera.

Si un hombre tan poderoso quería ayudar, ¿quién era ella para discutir?

Sin embargo, no fue tan fácil defender a Schnee. Sí, ella personalmente tenía que decirles a todos que la niña también vendría, y tenía que dejar muy claro que tratar de atacarla u ofenderla de cualquier forma estaba completamente prohibido. Realmente esperaba que la escucharan.

Pero si no lo hacían, entonces rezaba para que la presencia del Titan Slayer los hiciera retroceder. Aparte de su imponente constitución física, tenía un aura muy aguda y poderosa que exigía respeto, sin importar lo agradable e inocente que pareciera.

Queriendo distraerse de esos pensamientos, Sienna leyó el informe por sexta vez. Se vio un nido de hormiga león Grimm muy cerca de la ciudad, a unas diez millas al este de ella. Por supuesto, no eran particularmente poderosos. Incluso los soldados apenas entrenados podían hacerse cargo de ellos, pero las implicaciones eran un poco preocupantes.

Significaba que había una reina cerca.

Por supuesto, las hormigas león no eran tan agresivas como otros Grimm, sorprendentemente, ya que eran principalmente una mente colmena que servía a su reina. Por alguna razón, eran del tipo que capturaban presas vivas y no las mataban. De nada. Envenenar e incapacitar, tal vez, pero casi nunca matar.

Sonaba extraño hasta que te arrastraron a su nido y nunca más te volvieron a ver. Nadie sabe qué les sucede a los pobres que tuvieron la mala suerte de ser capturados, pero Sienna tuvo un par de ideas y ninguna sonó agradable.

Escuchó algunos rumores sobre otro nido en lo profundo del desierto. Se decía que la reina de ese nido era tan vieja e inteligente que enviaba a sus sirvientes a comerciar con los viajeros y nómadas, sin mostrarse nunca hostil con ellos a menos que los atacaran primero. Sienna no sabía lo que un Grimm como ese podía desear tanto que comerciaría, pero esto sonaba tan fantástico como la mayoría de los otros mitos que escuchó. .

Pero ella se desvió. Necesitaba reforzar las paredes pronto y colocar más guardias nocturnos en caso de que algunos insectos intentaran colarse.

Luego estaba ese 'Dreadnought' Problema de arañas en una de sus minas. Con suerte, las pociones de Astera ayudarán a lidiar con ese enorme dolor en el trasero. No sabía si se trataba de algún Grimm clase Titán no descubierto, pero, por los dioses, era enorme. Tuvieron que cerrar sus minas hasta nuevo aviso porque de alguna manera las habían cabreado.