¿Es amor, verdad? | Creek

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Tweek estaba acostumbrado. Acostumbrado a los golpes, los regaños, las mentiras, los celos y todo lo malo, porque era amor.

Pasar todo el día en casa sin nada de hacer podía ser agotador, Tweek no salía de casa no porque no quisiera, el no salía porque no podia. Craig tenía un buen trabajo, o eso le decía a Tweek lo suficiente para que ambos puedan vivir cómodos sin necesidad de que el rubio trabaje y aunque el quisiese salir no podría ya que Craig no se lo permite. Y es que tiene razón.

"¿Cuánta cantidad de maldad existe afuera? Todo es malo, la gente es mala, eso y aquello también, nadie te dirá que los niños desaparecen, nadie te dirá que salir a fiestas es una condena, nadie te dirá que el aire que se respira afuera es contagioso, nadie te amara más que yo solo me necesitas a mi."

Eran palabras que se repetían en su cabeza tratando de calmar el vacío que sentía en aquella enorme casa, era cálida, más el quería descubrir. Lástima que estaba ahí, no quería desobedecer a Craig el suele ser muy violento cuando se enoja, es algo característico de él, no se consideraba un preso, ¿o si? Y es que nadie estaba a su lado observando el panorama que vivía para decirle que eso no era amor, el que te encierren en tu hogar todos los días sin razón alguna no lo es.

No todo era malo, Craig no era monstruo el amaba a Tweek así que no le quitaría toda la comunicación del mundo exterior, tweek tenía una computadora por la cual se entretenía aveces llamando a su madre y viendo series, ¿Porque sus padres nunca sospecharon?

"Si me amas no le dirás a nadie acerca de como vivimos, ellos no lo entenderian..."

Su madre no tenía la más mínima idea de lo que pasaba, tal vez de haber sabido todo hubiera sido distinto.

El aburrimiento terminaría matándolo, fue ahí que decidió buscar algo en que entretenerse y lo encontré, costura. Le gustaba todo lo lindo que se podía crear a través de un par de agujas e hilos. Obteniendo el permiso de Craig  el logro inscribirse a un curso online dónde aprendería todo acerca de esto, cada día aprendia más y eso lo hacía feliz. Y luego conocío a Mia.

Mía era una chica que vivía a las afueras de la ciudad, en la parte donde la nieve cubre todo, donde la sangre de los animales cubre el pasto verde y sano. Tenía la edad de Tweek y vivía sola, sus padres era Alemanes pero ella se había mudado a ese pequeño pueblo de Colorado para aprender más sobre la cultura estadounidense. Era época de invierno por lo cual casi no salía de casa, el frío era muy fuerte por donde ella vivía así que empezó a tomar clases de costura para entretenerse.

Tweek y Mía se hicieron amigos de manera inmediata, ambos compartían lo que amaban, sus hobbies, cosas favoritas etc, se volvieron buenos amigos aunque fuese a través de una pantalla. Lástima que sonrió demasiado.

A Craig se le empezaba a hacer raro que Tweek tardará más en responder sus llamadas, sus mensajes incluso estando el en casa usaba su computadora, ¿ocultaba algo? ¿Conocío a alguien? ¿Planeaba algo...? Lo último lo dejo varias noches sin dormir, no había visto a Tweek tan feliz desde los 16. Era Craig, obviamente no se quedaría con la duda, investigó lo suficiente a espaldas del rubio y descubrió a Mía. Revisando sus últimas conversaciones sus miedos se hicieron ciertos.

Mia ☆: Realmente necesitas salir de ahí Tweek, eso no es sano para ti, el no te ama.

Tweek ☆: ¡Te equivocas! Son cosas normales que suceden en una relación, y créeme suelo exagerar las cosas pero Craig si me ama.

Mia ☆: ¿Tienes miedo? Yo se que si, yo te puedo ayudar, vamos Tweek y es que ese idiota realmente está loco.

El último mensaje Tweek no lo respondió, posiblemente aquello lo estaba obligando a pensar y meditar si realmente era amor. Eso asusto a Craig, nadie los molestaría.

Pasaron los días y junto a ello el humor de Tweek decaia, hace 8 días que Mia no se había conectado ni había regresado a las clases al inicio pensó que era porque su señal enia problemas, siempre pasaba pero no duraba más de 5 horas. La única amiga que hizo desapareció y por si fuera poco su perfil había sido eliminado, todo lo que quedaba de ella en Tweek eran recuerdos. Craig noto esto y aprovecho la oportunidad para su bien. Hablo con Tweek y con unas dulces palabras le saco toda la verdad, cosa que el ya sabía pero aun así era bueno saberlo.

—Desapareció sin más, nose que le hice...—Decía el rubio mientras el pelinegro frotaba su cabeza.

—Tu no tienes la culpa cariño, ella era mala, ¿ahora lo vez? La gente simplemente se acercara a ti con mentiras sin más, solo me necesitas a mi.

—Lo se..discúlpame Craig, soy un idiota—Decía ocultando su rostro en el pecho ajeno, se sentía mal y nuevamente todo era su culpa, el sabía que terminaría mal y aun así lo hizo.

—Tweek—Llamo con voz firme.

El nombrado alzo la cabeza y miró a Craig a los ojos con aparente confusión—No quiero que te vuelva a suceder esto por lo tanto, vas a dejar de usar el computador.

El rubio iba a hablar pero un dedo fue puesto en sus pequeños labios.

—Y no es pregunta, es una orden.—Tweek simplemente asintió, ahora si se moriría de aburrimiento.

Pero no importa porque el amaba a Craig, y solo el sabía lo que era bueno para él, él lo cuiaba del mal que existía, solo lo tenía a él porque ambos son iguales. Y si vivir encerrado sin conectar con nadie afuera era amar, el amaría a Craig todo su vida porque aunque Mia tratase de meterle malas ideas acerca de su novio diciendo que este era malo era mentira, ella era una mentira, el no necesitaba a nadie más que a Craig porque después de todo...

¿Era amor, verdad?

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