capítulo 4: preguntas.

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- ¿Cómo es que tienes mi número? - Pregunté inquietante a la otra voz que se encontraba en la linea.

- Tengo mis metodos, castaña. No hay nada que no pueda saber o que me resulte imposible averiguarlo. 

- Vaya, ahora resultaste ser un stalker obsesionado, ¿debería preocuparme por ti? - Respondí burlona, aunque realmente en el fondo, sentía una inmesa curiosidad por saber la forma en que el sujeto al otro lado del telefono había conseguido mi contacto. 

Además, ¿cómo es que se atrevía a llamar así de repente?

- Ya quisieras tú que lo fuera, castaña, tanto como anoche querías probar mis dulces labios. ¿O me equivoco? - Añadió luego de un breve silencio por mi parte.- Vamos, creo que ahora soy experto en dejarte sin palabras. - Terminó diciendo entre risas. 

- Que idiota eres. - Respondí ésta vez de forma seria.- ¿Por qué has llamado? ¿Qué necesitas?

- Uf, pero que directa eres, eh. - Dijo con un tono de voz burlón, parecía que todas las palabras que salían de mis labios hacia él, resultaban ser un chiste, por lo cual bufé.- Te he llamado porque tal como te he dicho hace unas horas en la madrugada, me interesa continuar nuestra charla, me resultas ser algo... entretenida y siendo tú la única aparte de los Abrahams y mi abuela que conozco en este lugar, quisiera saber que tiene este sitio por mostrarme que me resulte acogedor, además, encuentro que eres la indicada, ya que, parece ser que conoces más de este sitio que cualquier otra persona aquí. 

¿Yo era directa? Venga, él si que lo era, además de, egocentrico. ¿Qué le hacía pensar que yo quería pasar tiempo con él mostrandole la ciudad? Pfff.

- ¿Sigues ahí, castaña? Estoy por pensar que los ratones te comen la lengua cada vez que me oyes hablar. 

Imbecil. 

- Sigo aquí, sí. - Expresé rodeando los ojos como si él pudiera ver mi gesto.- ¿Por qué quisiera yo ir contigo a enseñarte Canterbury? Ya dejaste en claro que te parece un sitio aburrido. 

- Yo no digo que quieras, digo que soy yo el que quiere que seas tú quien me enseñe este sitio, pero... si no te apatece, ya encontraré yo alguien que lo haga. - Habló de forma tranquila, se notaba la seguridad en sus palabras y antes de dejarme decir algo, habló de nuevo.- Tu silencio supongo que es una respuesta, por ello, no te molesto más, castaña. Nos vemos por ahí. -Terminó diciendo y colgó la llamada de repente. 

Quedé soprendida al escuchar lo último, este irritable sujeto parecía ser el humano más egocentrico sobre la faz de la tierra, pero, no me molestaba, contrario a eso, en el fondo, me parecía divertida su forma de expresarse, que imbecil. Por ello, lo siguiente que hice fue guardar su número.

"No sé de qué infierno saliste tú, pero de momento no tengo nada más interesante por hacer, así que aceptando tu invitación, te espero en mi casa para mostrarte el lugar que va a cambiar tu vida. 

(Leído a las 18:50pm)"

Al ver su leído compartí mi ubicación y entré rápidamente a mi closet, debía usar algo más presentable, por ello, escogí unos jeans y una camiseta para sentirme comoda, amarré los cordones de mis zapatos y procedí a avisar a papá que saldría, seguido a ello mi celular vibró en mi bolsillo trasero. 

Idiota N:

Estoy afuera, castaña, sal. 

(Marcado como leído a las 19:05pm)

Al abrir su mensaje cerré la puerta de mi casa, elevé mi mirada hacia el frente pero no vi a ningún chico por ninguna parte. ¿Se habrá perdido? Fue lo primero que pensé. Vaya idiota. 

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⏰ Última actualización: Feb 04 ⏰

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