Por qué la mente del ser humano puede ser muy poderosa, muy astuta, muy miserable, muy turbia, muy revuelta.
Capaz de crear grandes soluciones, como también grandes destrucciones.
Capaz de jugar con las facultades mentales de unos, como de perturba...
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-Las 3 de la mañana y seguimos aquí contando nuestros traumas, mañana tendremos más sueño que ganas de vivir- comento Nam, mientras adoptaba una posición más cómoda en el suelo, su comentario a pesar de los momentos tan amargos que los chicos habían platicado minutos antes lograron sacar una sonrisa y una dulce risa a los presentes, de tanto recuerdo habían olvidado sonreír, habían olvidado como reír. Lo sintieron como algo muy reconfortante.
-Saben, es muy reconfortante poder compartir los sentimientos con personas que realmente te escuchan, y a quienes le importa saber lo que pase o como te sientes- Jin abrazo sus rodillas llevandolas a su pecho, esperaba que alguien lo dejara hablar, lo dejara expresarse, llevaba tanto tiempo callando sus sentimientos y su pasado por miedo a que lo juzgarán por lo que había pasado cuando estaba solo, pero el sentimiento que reprimía de culpa en su interior era demasiado pesado y había estado mucho tiempo ahí guardado, provocando odio en su ser...Ya no quería sentirse así, así que volvió a callar esperando que alguien le diera la palabra para que pudiera hablar, le habían enseñado desde siempre que el solo podría hablar si alguien más se lo permitía, de lo contrario no tendría derecho a opinar.
-¿Quieres contarnos algo? Estamos en confianza, Jinnie- Yoongi quien ya conocia más a su compañero que a si mismo, se ocupó de tomar su mano y envolverla entre la suya, buscando otorgarle un calmante al castaño claro cuando sintió los temblores de sus manos. Conocia mejor al castaño, más que lo que conocía su propia vida, y había aprendido a leer y estudiar los comportamientos de Jin, sabía de sus movimientos corporales cuando el mayor se ponía nervioso.
-¿Puedo hacerlo?- la pupila de ambos de sus ojos inmediatamente se guiaron hasta chocar contra los de Yoongi, estos reflejaban pequeñas chispitas que se formaban. Y ante Yoongi parecían dos hermosas perlas brillando en el fondo del océano, de lo más hermoso que había visto en su vida, ante Yoongi Jin era un chico que traía paz interior a tu vida con tan solo unas palabras o una dulce mirada.
-Por supuesto, vamos a escucharte y nadie aquí va a juzgarte- Acaricio el dorso de su mano, buscando atraerle una sensación de calma y de confianza. El castaño se sintió más tranquilo para ponerse más cómodo, excavar en sus recuerdos y contar sus verdaderos sentimientos a sus compañeros.
-Pues, fue cuando tenía 16... Aunque mis problemas vienen siendo arrastrados desde que era un niño.
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