(Todos los derechos al respectivo autora de este bello AU).
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
ㅤㅤㅤㅤ
The Opposite AU ㅤㅤ ㅤㅤㅤㅤㅤ
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
ㅤㅤㅤㅤ
ㅤㅤㅤㅤ
ㅤㅤㅤㅤ ㅤㅤㅤㅤ
ㅤㅤㅤㅤ
¡CRASH!
ㅤㅤㅤㅤ
Golpeé la mesa con furia, sintiendo cómo la madera temblaba bajo mis manos, el rostro se me arruga cuando observo fijamente por la ventana a mis insoportables vecinos, divirtiéndose ¡Son tan malditamente inmaduros! Hasta mi propia casa es TAN molesta, todas las noches... Haciendo rechinar la puerta ¡Me tienen hasta el copete!
ㅤㅤㅤㅤ
"Jajaja..."
ㅤㅤㅤㅤ
El sonido de sus risas y voces alegres se filtra a través del cristal, como una burla constante para mis oídos, para mí. Mientras me fundía en el desgastado asiento, como un hippie, pensando en las escorias de mierda. Ellos saben que los estoy observando.
ㅤㅤㅤㅤ
Cada mañana, Frank, Sally y Julie deciden jugar a la rayuela frente a mi casa, sentía un "algo" en el estómago, una mezcla de envidia y resentimiento cada que los veía continuar sus jueguitos... Sus movimientos sus risas contagiosas ¡Juro que se están burlando!
Desvío la mirada de Frank quien estaba indeciso si el cuadro que salto fue el correcto, mirando a Julie con su cabello violeta ondeando al viento, muestra radiante mientras saltaba de casilla en casilla, sin preocuparse por nada más que el juego y la diversión. Siempre me hace eso... Me ignora, como si yo fuera invisible, como si no existiera en su mundo...
ㅤㅤㅤㅤ
Y Sally, con su pereza habitual, se unía al juego de forma desganada, arrastrando los pies y bostezando entre turno y turno, patético. Su indiferencia hacia todo, incluyéndome a mí, hacían que mis pensamientos se enreden más de lo que está con la frustración que me provocaban los demás y mi sensación de ser un extraño en mi propio vecindario. Siempre hacen cosas estúpidas, a veces, me veía obligado a presenciar sus acciones, otras veces, tenía que soportar el estruendo ensordecedor que invadía mi refugio. Y luego estaban los juegos a los que nunca me invitaban.
