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Ahora el futbolista estaba llevando a la niña al lugar de su entrenamiento.

─Bien, tengo cuatro semanas para recuperar ocho años. Vamos a empezar ¿Quieres? Yo te hago una pregunta y tu respondes; Por ejemplo si tu me preguntas cual es mí deporte favorito, yo diría que el voley ¿Cuál es el tuyo?

─Sencillo, el fútbol.

Olivia se apura en escribir en su libreta llena de brillantina lo que dijo Enzo "fútbol".

─Si podrías salvar una de tus cosas en un incendio ¿Qué sería?

─Mi medalla de la copa América de 2024. No, espera... Claro, lo que salvaría sería mí premio al mejor jugador joven del mundial 2022.

Olí rodo los ojos al oírlo pero también se aseguró de escribirlo.

─No más preguntas, niña.

─Solo una pregunta y ya... ¿Qué fue lo mejor que te ha pasado?

Enzo rodó los ojos mientras seguía enfocado en el volante.

─Mirá, quiero preguntarte algo ¿Por qué no vino tu mamá aquí a traerte?

─Emm ¿Una masita?─ Olivia sacó un taper de su mochila con una gran sonrisa en su rostro ofreciéndole a Enzo.

─No quiero una masita, y no me cambies el tema.

─Pero tu dijiste que tenías hambre, las preparé especialmente para ti.

─Si, si lo que vos digas.─ Agarró una masita con mala gana y empezó a comerla mientras se quejaba en voz baja por el tránsito. ─Sobre tu mamá.

─Ya te dije que fue una emergencia.

─¿Pero como es posible que Julian te dejará venir sola a visitarme?

Por alguna razón, Enzo empezó a sentirse algo mal por el hecho de que Julián no haya venido a verlo pero intento ignorar ese sentimiento.

─Ya se lo que pasó.─ Habló el morocho.

─¿En serio?...

─Si.─ Empieza a toser con la masita que sostenía en la mano. ─Es porque ahora está obeso.

─¿Qué? No.

─¿Cuánto pesa ahora?¿Cómo 80 o 100?

─¡Eso no tiene nada que ver! Además no está obeso.

─Lo que tu digas.

(...)

Llegaron al lugar del entrenamiento, Enzo se bajó de su auto al igual que Olivia y se adentraron al sitio, Olivia no podía dejar de mirar hacia todas partes por el semejante lugar en donde estaba. Ya dentro el mayor habló.

─Escúchame, laf mitat del estadiof es tuya, afi que no te alejef.

─¿Por qué hablas así?─ Olí ladeó la cabeza.

─¿Por qué? ¿Qué le pufiste a laf mafitas?

─Em... Leche, harina, canela y huevos.

─¡¿Canela?! ¡Foy alefgico a la canela!

─Ay... Perdón...─ Dijó apenada.

─¿Efo ef todo lo que tienef para defirme? ¡Canela tenía que fer!

Enzo molesto, agarró sus cosas y se fue junto con sus compañeros sin mirar atrás si la pequeña lo seguía o no.

─¡Yo soy alérgica a las nueces!...─ Ella gritó mientras el se marchaba

Cuando el morocho se acercó a sus compañeros, estos se empezaron a burlar de su voz.

─Che, Enzo. Me parece que tenes una admiradora.─ Dijo Lisandro, señalando con la cabeza con una sonrisa en sus labios.

─¡No lo admiro, yo soy su hija!─ Habló la niña desde más lejos.

Los futbolistas se quedaron con la boca abierta, no entendían lo que sucedía.

El era "Enzo Fernández" uno de los solteros más codiciados de la Argentina, si salía con algún o alguna Omega generalmente era por unos días y ya nunca más volvían a encontrarse, se aburría fácilmente desde que se había divorciado hace años atrás. Era más que sabido que a él no le gustaba estar rodeado de niños, y que no se le imaginaba haciendo el papel de padre.

Más tarde en los vestuarios con los futbolistas.

─Thiaguito, tenemos que hacerle una joda a Enzo, hay que ponerle hielo en la bañera.

─Licha...─ Thiago agarró la mandíbula en dirección en donde se encontraba Enzo. ─Mirá con atención, Enzo se está bañando con hielo.

─Oh... Ya se, hay que ponerle hielo más frío.

Thiago no aguanto más y le pidió a uno de sus compañeros que le pase un botín, en el momento que lo tuvo en sus manos inmediatamente lo golpeó contra el rostro de Licha.

Alejandro Garnacho se acercó hacia la tina dónde se encontraba el morocho.

─Que sorpresa, ¿No? Fernández.

Los dos miraron a la niña que estaba sentada teniendo una venda en sus ojos mientras acariciaba el cabello de su muñeca.

─Te juro.

─Deberías ser feliz, yo estaba encantado cuando nació mí hijo.

─Pero vos si sabías que venían.

─Sea como sea, ya está aquí.─ Garna caminó hasta quedar al frente de la pequeña. ─ ¿Cómo te llamas?

─Olivia.

─"Olivia" lindo nombre. Hola, Olivia.

─Hola.─ Respondió felizmente.

Oli se sacó la venda de los ojos, se levantó de la silla y empezó a investigar con la mirada el sitio, en un lugar más apartado habían unos botines que le llamaban mucho la atención, eran bastantes brillantes, ella se acercó queriendo tocarlo pero de repente apareció uno de los jugadores y la miró de frente intimidandola, Lautaro.

─Jamás te acerques a mis botines.

─Em... Auxilio.─ Empezó a retroceder.

Lisandro se apuró y alejó a la pequeña del morocho.

─Oye princesa, esos son los botines de la suerte, los usa en los partidos más importantes sino cree que no ganará.

─Ah, ok.─ Había contestado la pequeña asintiendo con la cabeza

Se escuchó como prendieron el televisor del sitio y Enzo se levantó a ver.

─Miren, salí de vuelta en televisión.─ Habló orgulloso de si mismo señalando a la tele.


















Fotito de Lucho

Prometo ponerme las pilas con el fic y seguir actualizando ❤️

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ENTRENANDO A PAPÁ~ Enzo Fernández x Julián Álvarez Donde viven las historias. Descúbrelo ahora