Hace tiempo, solía tener una vida feliz tranquila. La verdad nada me molestaba ni siquiera había muchas preocupaciones por mi inteligencia.
Claro.
Hasta que Mi Universo fue destruido y con el toda mi familia, ahora solo puedo valerme por mi misma viajando de Universo a Universo asesinando personajes que odió.
La verdad, es algo de cierto modo refrescante... O al menos eso pensaría pero la verdad, no llena el vacío en mi.
Y la verdad no tengo mas que decir.
Alice: esa es la decimo tercera vez que lo intentas.
Me levanté de mi asiento mirando a una pelinegra aprisionada en mi cama por unos grilletes conectados a un rayo hecho de ectoplasma.
Marcy: l-lo haré hasta que no pueda más. *Dijo tratando de liberarse*
Miré a la pelinegra en silencio, me fije en su expresión de absoluta molestia mientras se retorcía en la cama.
Miré sus dos bultos sobresalientes de su pecho los cuales se movian como gelatina.
De repente me subí encima de ella mirandola en un trance, esos ojos verdes como esmeraldas me hacian perderme mucho.
La pelinegra me miró completamente enojada.
Marcy: que haces?
No pude evitar acercarme a sus labios, completamente guiada por mi curiosidad... Y mi corazón caliente.
Mi respiración chocó con ella, no solia tener autocontrol alguno con ellas siendo sincera.
Marcy: d-de-
Abrió los ojos completamente impactada cuando conecte mis labios a los de ella.
Y fue una explosión totalmente cálida y liberadora en mi cuerpo.
Marcy empezó a retorcerse mas ante el beso, yo solo procedí a hacerlo mas apasionado cosa que la puso roja.
Los grilletes se abrieron y guardaron mientras yo sometía a la pelinegra contra la cama inmovilizado sus manos y piernas.
La miré a los ojos viendo que ya no se resistia.
Me separe y la respiración agitada de Ambas se escuchó en la habitación.
Ambas nos miramos la una a la otra en silencio mientras yo sin poder evitarlo recorria su cuerpo haciendola estremecer.
Alice: este cuerpo esta sucio. *Susurré s su oido de forma ronca sintiendo su estremecimiento aumentar*
Alice: yo me encargaré de limpiarlo.
La besé y ella esta vez correspondió a mi acción dejandose llevar completamente por el momento.
Sin poder evitarlo mi mano empezó a recorrer desde su pecho hasta su vientre y finalmente su vagina, húmeda completamente desbordando sus jugos.
La verdad, yo quería hacerla mía. Al igual que las otras dos, no me importa que esten sucias por las manos de aquél bastardo.
Hare que solo piensen en mí, no dejare que nadie las toqué jamás.
Puede sonar enfermo lo que pienso lo sé, pero no me importa.
Pero.
Esto que siento, ¿No es realmente amor por ellas o si?
Dejé de besar a Marcy Cosa que ella se quejó.
La mire a los ojos, esa mirada de deseó carnal y su sonrojó junto a su boca abierta con hilos de saliva pegajosa en ella, sin dudas era excitante.
Pero no era lo correcto.
Lo sé, ellas no son mis Anne, Sasha y Marcy... ellas se fueron hace tiempo.
Si, no lo he superado y lo sé... Pero.
Tampoco voy a dejarlas a su suerte, ahora ellas son mi responsabilidad y lo quiera o no.
Debo dejar ir el recuerdo de ellas y mi Universo.
No creo que ellas quieran verme así.
Marcy: ah ah ah~.
Volví a la realidad mirando a una jadeante Marcy.
No sabía si era obra de mi imaginación pero pude ver como en sus ojos habían corazones.
Por parte de Marcy no podía evitar preguntarse, ¿Que era esto?
El sentimiento tan excitante y caliente que le hacía pasar la peliblanca, era mil veces mejor que el sentimiento de aquél hombre al que llamo Amo.
¿Por que?
¿Por que se sentía tan bien? Se sentía tan delicioso y increíble que le daban ganas de tener.
Marcy: sexo~.
Esa palabra salió de su boca como un canturreó.
Pude ver como Marcy tomó mi mano y la colocó en su pecho, yo solo lo apreté haciendola gemir.
Marcy: lo quiero. *Suplicó*
Sonreí algo traviesa y la tumbe en la cama susurrandole.
Alice: ¿Que quieres?
La pelinegra solo me abrazó.
Marcy: sexo~ por favor quiero sexo~. *Respondió desesperada*
Sonreí mientras presionando un botón mi ropa desaparecía, dejando solo un collar con la forma de un circulo con un botón azul en el centro.
Marcy pudo ver como en la entrepierna de Alice se alzaba un pene muy grande, incluso de mayor tamaño de quien solia ser su Amo.
Alice: preparate pequeña presa. *Susurro a su oído*
Por que de ahora en adelante.
Eres mía.
Fin
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Cosas De Historias
Random[DIS-PUTO-CLAIMER: Todas las imagenes, videos y cualquier medio audiovisual y/o serie referenciada o usada aquí no me pertenecen, el crédito a sus respectivos autores] Un libro dedicado a ideas en desarrollo o pruebas de escritura, probablemente se...