Shio

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Me encontraba caminando con tranquilidad bajo la lluvia sin ninguna prisa, de todos modos no estaba apresurada.

Camine con tranquilidad con la mirada perdida y solo fijandome por donde iba, me encanta la lluvia aunque mis ojos y rostro con ausencia de algún sentimiento digan lo contrario.

Seguí caminando a lo largo de la calle pensando en lo que había ocurrido hoy, aunque no fue del todo emocionante.

Solo hice el Examen de Admisión para la UA, lo demás queda a la suerte.

Solo espero que no me toque con ese idiota de Bakugou.

Oh si, creó que no me he presentado formalmente, hola mi nombre... No lo recuerdo la verdad, pero Reencarne en Satou Matsuzaka, un personaje de un anime no tan conocido pero que he visto.

La verdad no me incomoda el ser este personaje, aún considerando que es una asesina al menos en su Universo.

Sin embargo...

???: G-Gomenasai!

Hay algunas cosas en este Universo que cambian gracias a ser quién soy.

Miré al frente mía, divisando una cabellera de color azul marino.

Viendo a la dueña de aquel peculiar color de cabello me fije notando a una chica de más o menos de mi edad que parecía haber caído al suelo de trasero.

Satou: oh, no te preocupes.

Le extendí mi mano y ella con gusto la acepto, ayudandola a levantarse.

???: gracias, lamento haber chocado contigo es que estaba... Buscando un lugar en el que refugiarme.

Mmh curioso.

Esta chica, su apariencia... Me recuerda a la de alguien más no de quien, creó que debería disipar mis sospechas.

Satou: no hay problema cualquiera comete un error jeje. —respondi sonriendo levemente— por cierto me llamo Satou.

Ella sonrió alegré por eso.

???: soy Shio.

Y efectivamente, era la persona que creía que era. La verdad se ve... Muy bien siendo una chica de mi edad.

Satou: un gusto.

Shio: digo lo mismo.

Ambas nos quedamos un poco en silencio sin saber que decir o hacer.

El sonido de la lluvia se intensificó y de repente sono un relámpago.

Shio: ¡Ahhhhh!

... Eh?

Al escuchar ese relámpago repentino me exalte ligeramente pero digamos que fue muy distinto con la persona al frente mío.

La chica me abrazó completamente aterrada apegandome demasiado a su cuerpo, cosa que... Bueno la verdad... ¡No se que decir!

La pelirosa se encontraba con un sonrojo que gracias a Dios no era muy notable sin embargo Shio una vez recuperada se dio cuenta de lo que hizo y se separó nerviosamente.

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