Se sintió estable,
no estaba bien pero tampoco estaba mal,
pudo tomar un respiro a pesar de seguir sumergida,
pasaron dos días y comenzó a sentir
esa fastidiosa sensación de que tanta estabilidad
no era por nada y que en cualquier momento
se volvería a ahogar,
no tiene idea de que lo detona
pero está claro que no sana
solo reprime su malestar,
se le cierra la garganta,
no se le antoja nada,
la obsesión con el cuerpo no para
y esa avaricia de belleza crece y crece,
tiene pensamientos diferentes al de hace años
pero los complejos y los miedos,
el dolor y el vacío parecen no evolucionar
aunque extrañamente resultan fortalecerse más
Ahora lucha con la idea de quererse lastimar
y con las expectativas que ha creado
de ser esa chica finalmente recuperada
pero continúa soportando estar presa en ese cuerpo
invadida de nuevos miedos,
miedo de algún día lograr disfrutar de la vida plenamente
con felicidad y tranquilidad,
añorarla tanto y que al final,
el destino se la arrebate como siempre lo deseo
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Una chica en la oscuridad
RandomLa realidad de (sobre)vivir sin salud mental Advertencia Este libro contiene temas delicados respecto a los trastornos mentales Todo lo que está escrito en estas páginas son pensamientos de una persona con trastornos emocionales que en su momento...