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𝐇𝐀𝐍𝐊𝐍𝐎𝐖
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Un accidente.
Recuerdos recuperados.
Y muchas memorias perdidas.
¿Qué pasara con dos almas destinadas después de tenerse nuevamente, sin tenerse realmente?
Segundo libró de la bilo...
Una de las cosas favoritas de Jisung desde que empezó a vivir con Minho, era ver al menor despertar por las mañanas, le fascinaba de sobremanera ver a Minho sonreírle mientras le mostraba sus dientitos de conejo, amaba el cómo lo observaba con sus ojos de gato somnolientos y destellantes de brillo, con sus cabellos lilas despeinados que apuntaban a todas direcciones dándole el último detalle para hacerlo ver perfecto, justo como se veía en este momento.
—Buenos días, mi sol —Le sonrió, observando el menor mientras bostezaba y sintiendo como se abrazaba más fuerte a el—Es hora de salir de la cama, Honnie.
—No —Murmuro, escondiendo su rostro en el pecho de Sung, sintiéndose tan perezoso.
—Anda mi vida, acordamos irnos temprano, ya van dar las 6 y no nos hemos levantado aún.
Escucho a Minho quejarse de la forma adorable que lo hacía siempre, luego lo vio levantarse he irse al baño, haciéndolo reír al escucharlo refunfuñar aun dentro de este.
Decidido a levantar el ánimo de su novio, se puso de pie y salió de la habitación, con la intención de preparar un gran desayuno para su Minho y ponerlo de buen humor a través de su pancita.
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Minho termino de acomodar sus cabellos y salió de la habitación, bajaba las escaleras ya presentable y sonriente, sintiéndose feliz después de una deliciosa ducha caliente, mientras su gatito Dori iba siguiéndole cada paso.
—¡¿Dónde estás Sunggie?! —Grito llegando a la sala, notando la ausencia de su novio.
—¡Estoy en la cocina! — Contesto el mayor y Min no tardo en ir con él.
Al llegar a la cocina sonrió y se acercó a su novio, abrazándolo desde atrás dejando un dulce beso en la espalda desnuda del contrario.
—Prepare panques —Informo apagando el fuego de la estufa.
Kang giro sobre su lugar quedando cara a cara con el menor, Minho sonrió al igual que el mayor, ambos sintiendo ese calorcito interno que solo el otro podía provocarle desde que eran niños.
—Te amo —Dijo Kang y sin permitirle al menor contestarle lo tomo del rostro y besos sus suaves labios.
Al inicio era un beso suave, que subió de intensidad sin llegar a un punto sexual, solo dos jóvenes expresando su intenso amor. Fue así hasta que unos maullidos los separaron, ambos observando a su costado a Dori que maullaba en busca de la atención de su papá Minho.
—Ow, mi bebe celoso —Rio Minho tomando a Dori en brazos —Papá es solo tuyo Dori, no llores, yo solo te amo a ti —Dijo con una sonrisa besando la cabecita del gatito.
