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𝐇𝐀𝐍𝐊𝐍𝐎𝐖
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Un accidente.
Recuerdos recuperados.
Y muchas memorias perdidas.
¿Qué pasara con dos almas destinadas después de tenerse nuevamente, sin tenerse realmente?
Segundo libró de la bilo...
Eran la 1:32am, el día que Minho tanto había deseado nunca llegase desde que octubre inicio, ese día cumplía 20 años, y él lo comenzó en el suelo del estudio de Jisung, llorando después de que su muleta lo hiciera tropezar con la alfombra, se sentía estúpido y tan malditamente solo, muy triste y sin vida.
Había intentado ir a la escuela después de su plática con Minju, pero las miradas de las personas sobre él lo hicieron sentir tan ansioso que termino llorando en brazos de su mejor amigo en el baño, probablemente nadie lo había visto, pero él lo sintió así, entonces después de que Chris lo hubiera ido a recoger decidieron darle un mes más y por suerte los profesores lo habían entendido. Sin embargo, sus tareas las había empezado a hacer él, dejando a Felix y Hyunjin sin ese peso, ya que el decidió ocupar todo su tiempo libre en hacer sus tareas.
Ahora, siendo de madrugada no tenía nada de tarea y solo podía llorar, su hermano dormía plácidamente en su habitación, así que cuando la puerta principal de la casa se escuchó no puedo evitar ponerse alerta.
Tal vez, una mínima esperanza de ver a la persona que tanto amaba nació en su interior mientras que con dificultad se levantaba del frio suelo, y es que su parte racional sabía que su amado no regresaría, mientras que la otra parte lo quería mantener engañado, viviendo en la fantasía, pensando en que Jisung aparecería en cualquier momento frente a él y podrían estar juntos de nuevo.
Con pesadez camino a la sala, alerta de cualquier cosa, sus hombros cayendo aliviados al ver su madre frente a él.
—Mamá... —Murmuro bajo.
Mina sintió un nudo en su garganta en el momento que su esposo encendió la luz de la sala y ambos pudieron ver bien a su hijo. Minho tenía los ojos rojos, sus mejillas húmedas y su nariz colorada, estaba en su pijama de gatitos favorita, con un gran puchero en sus labios, Mina sin pensarlo tanto camino a él y lo envolvió en sus brazos, sintiendo a su pequeño aferrarse a ella y sollozar contra su hombro. Una punzada en su corazón al verlo así, tan mal.
Kento observo su esposa y a su hijo menor, suspirando con pesadez y acercándose a ambos.
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A la mañana siguiente Kento entro a la habitación de su hijo, observando a su esposa abrazada a él, ambos dormidos en la cama del más joven.
Se acercó despacio, no queriendo despertarlos de golpe.
—Amor... Honnie, es hora de despertar —Hablo acariciando los cabellos de su hijo, notando sus ojos rojos e hinchados apenas los abrió, sin aquel brillo que adoraba.
—¿Qué hora es? —Pregunto Minho sentándose mientras tallaba sus ojitos.
—Son las nueve...
—¿Aun es...? —Dejo la pregunta al aire y su padre suspiro nuevamente.
