ECUACIÓN DE DIRAC/ BAKUDEKU/TRILOGÍA PARTE I

𝐈𝐈: 𝐍𝐨𝐮𝐬 𝐟𝐨𝐫𝐦𝐨𝐧𝐬 𝐜𝐞 𝐬𝐲𝐧𝐝𝐢𝐜𝐚t

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☆ﾟ.*𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐝𝐨𝐬: 𝐍𝐨𝐮𝐬 𝐟𝐨𝐫𝐦𝐨𝐧𝐬 𝐜𝐞 𝐬𝐲𝐧𝐝𝐢𝐜𝐚𝐭 ☆.*･｡

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No puedo decir cómo se desarrollarán los días, no se puede cambiar lo que puede tener el futuro, pero, te quiero en él.
Cada hora, cada minuto.

Este mundo puede correr demasiado rápido, difícil de ver mientras todo pasa volando, pero, está claro ahora cuando estés de pie aquí ahora, estoy destinado a estar donde estés a mi lado.

Todo lo que quiero hacer, es correr hacia tu mano. 

Ven corriendo a casa conmigo y toda mi vida te prometo...
Sigo corriendo hacia tu mano
Sigo corriendo hacia tu mano
A ti

Y pude verlo desde el principio que serías mi luz en la oscuridad.

No me diste otra opción
Para amarte...

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Izuku lo miro ahí, acostado en el sillón de la sala de estar, con su cuerpo totalmente extendido de un extremo a otro, ocupando ambos brazos del sofá, dormido y con los audífonos puestos, tenía la boca cerrada, los ojos cerrados y un libro encima de su pecho, abierto y con las hojas tocando su cuerpo, como si se hubiera quedado dormido leyendo. 

El sol deslumbrante de la tarde chocaba contra Katsuki, era un color anaranjado, que no molestaba, solo iluminaba el cuerpo de aquel, era un sol de aquellos que te dejan ver sus rayos. 

Al verlo, no pudo evitar quedarse mirando ensimismado durante unos segundos, los ojos de Izuku recorrían el cabello del rubio, eran dorados y brillaban con la luz del sol; también miró su respiración, es decir, desde el lugar donde estaba, podía ver el pecho de Bakugo subir y bajar pacíficamente, una manera muy extraña de ver a Katsuki.

Era un estado demasiado tranquilo.

Era su segundo día de castigo, el día de ayer había pasado lo que Izuku dijo que pasaría, las clases habían acabado y sus compañeros se dieron cuenta de la ausencia de dos personas, cuando los empezaron a buscar, Izuku despertó y grito, Katsuki se enojo y gritó, pero terminaron por arreglarse entre ellos, logrando finalmente salir de aquel almacén de cosas de limpieza. 

Hoy ya era un día nuevo, su segundo día de castigo, esta vez no sucedió nada interesante. Izuku y Katsuki habían terminado sus tareas más temprano que el día de ayer. 

El verdoso no había comido nada, así que se quedó en la cocina (dónde anteriormente estaba limpiando) y termino por prepararse algo, al salir e ir en busca de Kacchan para ofrecerle comida, se encontró con la escena del principio.

Katsuki dormido, con el libro abierto, audífonos y descansando.

No pudo evitar reír, está vez si fue más por burla que por otra cosa, y no porque le diera gracia la posición en la que estaba Kacchan, no.

Lo que le causaba gracia era saber que en realidad Katsuki si estaba cansado y parecía ser demasiado terco con respecto al tema, el día de hoy también lo vio cansado, así que Izuku tampoco pudo evitar sentir un poco de curiosidad, preguntó por la mañana y el rubio contesto enojado, con gritos y diciendo que el estaba perfectamente bien.

Izuku también se había sentido así, cansado, lo extraño era que estaba descansando como debía, dormía bien y comía bien.

Tal vez el extraño fatigo de Kacchan se le estaba pegando.