Parte 8

520 60 9
                                    


Parte 8

Steven, se sentía frustrado, después de haber trascurrido un poco más de un mes de la cita con Tony, regreso al Hospital sin saber dónde buscar exactamente. Espero durante horas en la cafetería, pero el Doctor no pareció. Por último, no le quedo de otra que acercarse a la chica que atendía y preguntar por el Doctor Stark, recibiendo como respuesta que este no se encontraba de guardia aquel día, por lo que su única opción fue dejarle su número a la chica para que se lo entregara al Doctor cuando apareciera, sumado a eso un café pago para el mismo.

De aquello, habían pasado un poco más de 24horas, tuvo tiempo de ducharse, dormir y volverse a duchar, sumado la comida entre medio y algo de limpieza y ejercicio. Estaba comenzando a cocinar la cena de esa noche cuando finalmente escucho el celular sonar, corrió a la sala, done lo había dejado y noto que era un numero que no tenia Agendado.

— ¿Hola?

— ¿Steven?

— ¿Tony? ¡Hola!

— ¿Me quieres explicar quién demonios tiene un celular y no da su número?

—No lo sé, ¿tu quizás?

— ¡Tu, tu, tu!—exclamó Tony, sonaba enojado—. ¿Por qué demonios no me dijiste que tenías celular?

—Lenguaje.

— ¡Steven!

—Tony.

— ¿Es en serio?

—Tú tampoco me dijiste que lo tenías.

— ¡No soy yo el hombre que está metido en el ejército durante semanas, pensé que no tenias uno! ¡Ni siquiera lo sacaste una vez!

—Tú tampoco lo hiciste.

—Steven...—volvió a nombrar advirtiendo, pero solo hizo reír al nombrado.

—Está bien, no suelo usarlo, tiempo después de que nos vimos recordé que podíamos comunicarnos de esa manera. Discúlpame, me gusta más el contacto en persona y no soy de redes... pero ¿tu?

—Tengo redes, aun que no las uso para publicar, solo conectarme. Lo uso, en mis horas de descanso, pero estaba de visitas en tu casa, no me iba a poner a mirar una pantalla cuando podía estar besándote... ¿me crees estúpido? ¡Por dios, soy Doctor!

—Tomare eso como un alago.

—Lo es—Steven sonrió algo apenado, pero feliz—. Bien, ahora aclarado eso, dime que sigues en tu casa, porque voy de camino.

— ¿Camino a mi casa? ¿Ahora?

—Sí, eso dije, Steven, se que yo soy el genio aquí, pero no dije nada en otro idioma... ¿estás ocupado? Puedo dar la vuelta aún...

—No, no, ven...estoy. Estoy preparando la cena.

—Que bien, porque estoy a menos de diez cuadras ya... ¿la cena? ¡Eso suena tan delicioso como el café que dejaste para mí!

—Oh, el café... lo has bebido ya.

—Lo hice, entre semáforo y semáforo. Gracias, es la primera vez que alguien me sorprende con café... y sin estar presente, solo por eso te mereces un beso francés muy, muy largo.

—Si eso equivale a un café... ¿que lo hace a la cena?

—Lo sabrás si me permites usar tu ducha y quedarme a dormir, cariño, acabo de hacer 24hs, pero con ese café, aguanto mucho más despierto y si es por mí no regreso a casa esta noche.

Donación de sangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora