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Es 24 de diciembre.

Son las 05:30 de la mañana. Martin es de los primeros en despertarse. Intenta salir de la cama con cuidado para no despertar a Juanjo, pero este se despierta igualmente y le agarra por la espalda para intentar retenerlo unos minutos más en la cama junto a él.

- Juanjo me tengo que levantar ya

- Cinco minutos anda -Le hace un puchero con la cara.

Martin vuelve a taparse y apoya su cabeza en el pecho de Juanjo, quien le rodea con los brazos, sonríe y le da un beso en la cabeza. Se quedan unos minutos en silencio, mirándose, sonriéndose y dándose caricias.

Martin se levanta y el maño decide acompañarle para desayunar juntos y despedirse en condiciones. Se separan sólo 48 horas, pero están tan acostumbrados a vivir pegados el uno al otro que quieren aprovechar cada último minuto juntos.

Martin preparó los cafés y Juanjo las tostadas, se sentaron en sus sitios de siempre.

- Vaya pelos tienes -Le dijo el maño

- Gracias Juanjo, echaba de menos tu simpatía -Respondió irónicamente.

Llegaron a la cocina Violeta, Salma y Álvaro. Se dieron los buenos días y se sentaron en la misma mesa que ellos.

- Qué ganas tengo de fumarme un piti -Dijo Álvaro.

- Y yo, Alvarito, y yo. -Coincidió el jotero. -Vamos es que me voy a poner de napolitanas, de cigarros y de todo hasta arriba. Ya que salgo, aprovecho bien.

- No fuméis anda -Dijo el vasco.

- Estás tú que no -Respondió Juanjo riéndose.

Salma y Violeta estaban en su mundo, casi susurrando entre ellas.

Terminaron de desayunar y Martin ya tenía que irse. Se despidió de los compañeros que estaban despiertos y  Juanjo le acompañó a la puerta, donde le dio un último abrazo.

- Acuérdate de llamarme al número de mi madre, te lo escribí en la carta también por si acaso.

- Esta noche te llamo, no me olvido -Dijo el vasco. -Adiós, guapo -Se despidió con una sonrisa burlona.

Se dijeron adiós con la mano hasta que Martin salió por la puerta roja.

Juanjo volvió a la habitación y aprovechó a dormir una hora más. Se le hizo raro meterse en la cama él solo, aunque estaba tan cansado que consiguió conciliar el sueño igualmente

Más tarde, Juanjo despierta al notar que alguien lo sacude. Abre los ojos y ve a Naiara en frente de él

- Coño por fin despiertas tío.

- Joder Narilea qué susto.

Juanjo hace un gruñido y se levanta. Está muerto de sueño.

- ¿Te levantaste a despedir a Martin?

Juanjo asintió con la cabeza

- Ay lo que hace el amor -Se burló Naiara. -Venga, vamos y te espabilas con un café

Juanjo salió de la habitación con Naiara. Se vistió y se fue a la cocina, donde se preparó otro café para desayunar con ella.

- He dormido fatal, eh

- Hombre es que estuvistéis por ahí fuera hasta unas horas...

Juanjo hizo una mueca y cambió de tema

- Qué fuerte que vuelva a Magallón, no soy consciente aún de que vamos a salir de aquí.

- Yo tengo unas ganas de ver a mi familia, a mis amigos... Ayer me emocioné un montón con el vídeo.

- Por cierto, cuando me levanté antes a acompañar a Martin estaban Salma y Violeta también. -Dio un sorbo al café. -Estaban medio susurrando y no me enteré de mucho, pero oí algo de hablar con su novia y no se qué mierdas.

- Joder empieza fuerte el día -Naiara se ríe. -A mí Salma me ha contado cosas, pero no sé hasta qué punto puedo decirte

- Venga hombre que aquí no hay secretos -Dice Juanjo. -Si seguro que es lo mismo que yo sé,  porque hace un par de días habló conmigo también.

- En el tren hablamos, que aquí nos puede oír cualquiera de estos y se lía.

Juanjo asiente y terminan de desayunar. Recogen los platos y van a por la maleta, preparados para dirigirse a sus hogares.

Querido MartinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora