Naruto - Hoja de la ilusión ✔️

10 - Batalla en el Gran Puente

Descargo de responsabilidad: No soy dueño de Naruto

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Capítulo 10

Habían pasado dos días desde que Naruto recibió la carta de Mei Terumi. Tras entregar la carta a Kakashi, éste reunió a los ANBU y al Equipo Siete, creando rápidamente una estrategia para luchar y derrotar a Mei y su grupo con el menor número de bajas posible. El plan sonaba bien, pero se necesitaría todo lo que su equipo combinado tenía para salir victorioso.

Afortunadamente, Naruto había mejorado la velocidad de sus sellos de mano y había reducido la cantidad de sellos que necesitaba para lanzar sus ilusiones. Con la ayuda de Kakashi, su taijutsu empezaba a mejorar. Su idea de cómo integrar el genjutsu con el taijutsu seguía en su mente, y ahora estaba más cerca de hacerla realidad.

"Definitivamente te haría más peligroso" dijo Kakashi después de escuchar la idea de Naruto. Kakashi se las había arreglado para controlar a sus estudiantes mientras entrenaba simultáneamente con la ANBU, y el Equipo Siete había crecido en fuerza como resultado. En ese momento, el Equipo Siete estaba cenando en casa de Tazuna, manteniendo un ambiente agradable para que nadie se preocupara por lo que pasaría al día siguiente.

Por desgracia, Inari seguía tan enfadado como siempre. Sus quejas de que el Equipo Siete iba a morir caían en saco roto. No quería que murieran y desperdiciaran sus vidas por una causa perdida; lo único que intentaba era demostrarles que su resistencia era inútil. Sin embargo, nadie iba a escucharle, así que después de terminar su comida, salió del comedor y se fue a su cama.

Naruto observó a Inari marcharse, pero no hizo ningún intento por detenerlo. Lo único que podían hacer por él ahora era liberar el País de las Olas de las asfixiantes garras de Gatō.

"¡Detente! ¡Si lastimas a mi hijo, me morderé la lengua!". Tsunami suplicó. Dos hombres se habían llevado a su hijo, de pie en el puente junto a su casa.

El hombre de pelo castaño con tatuajes adornando su brazo izquierdo y un parche sobre el ojo derecho sonrió, apretando con fuerza el cuello de Inari. "¿Ah, sí?"

"No pierdas el tiempo", dijo el compañero del hombre en tono aburrido. Llevaba un sombrero negro, una chaqueta gris y pantalones beige. "Sólo necesitamos a uno de ellos. Si quiere entregarse, llévatela en su lugar".

"Me parece bien". Inari intentó zafarse del agarre del hombre y le pisó el pie. No retrocedió. "Niña estúpida. No deberías haber hecho eso". Lanzó a Inari contra Tsunami. Aterrizó justo delante de ella con un ruido sordo.

"Diría que queremos que vengas pacíficamente, pero entonces estaría mintiendo", dijo el hombre de la chaqueta. "Ahora apártate, niña. No tienes por qué hacerte daño".

Inari fulminó al hombre con la mirada y se puso en pie. "¡No dejaré que le hagas daño a mi madre! La protegeré con estos dos brazos".

"¿Es eso cierto? Waraji, deshazte de él".

Waraji sonrió venenosamente. "Con mucho gusto, Zōri". Puso la mano en la empuñadura de su katana y la desenvainó, descargando un poderoso golpe. Tsunami cayó al suelo, aún sosteniendo a su hijo mientras la sangre brotaba de su torso casi separado. Inari miraba sin comprender a Waraji, con lágrimas formándose en sus ojos.