Lovoo

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Una aplicación para conocer gente nueva, eso les decía a mis amigas.

Durante mucho tiempo, la aplicación aparecía y desaparecía de mi móvil continuamente.

Me la descargaba con la esperanza de establecer una conversación más allá de halagos o propuestas inapropiadas, pero no había nada ni nadie que me hiciera quedarme.

Ese último año, con la entrada de los directos se abrió la posibilidad de acercarnos y conocernos de manera más real, independientemente de la distancia.

Todos necesitamos un rato de expansión, de hablar largo y tendido con gente nueva y diferente, de aprender y escuchar distintas opiniones, de reírte a carcajadas por un chiste sin gracia, de dar y recibir consejos, de simplemente hablar del tiempo, o cualquier chorrada del momento...

Tener la opción de visitar, o de que te visiten, personas que patito a patito van formando parte de tu vida.

A todos los conoces de cero o incluso aparecen amigos olvidados que, como en la calle, unos se quedan y otros cogen el ave.

Decepciones también te puedes llevar, gente falsa se te puede acercar, o sin más a tus espaldas hablar.

De manera personal, Lovoo ha sido una salida que me ha ayudado mucho a quererme.

Pocos saben que paso por periodos de depresión y ansiedad, que muchas tardes me ha costado el simple hecho de incorporarme en la cama.

Todos tenemos días que se hace más cuesta arriba el sonreír con la misma intensidad.

Así empezamos muchos, entrando a esta aplicación todos los días buscando conocer personas que te ayuden a encontrarte.

Y eso es lo que me ha regalado Lovoo durante estos años: gente y momentos increíbles.

Personas que desde el principio me hicieron sentir parte de su vida.

Personas con las que creo barrios perdidos por Madrid, víboras con las que paseo por hospitales abandonados, jirafas con las que me pasaría escuchando cantar y reír todo el tiempo del mundo.

Personas a las cuales doy las gracias hoy por aparecer y querer quedarse a mi lado, por sacarme sonrisas en cada stream, por apoyarme y hacerme sentir yo misma de nuevo.

Dicen que cada decisión crea un camino, normalmente con baches, de los cuales aprendemos con el tiempo a esquivarlos y no mirar hacia atrás echándolos de menos.

Loovo, mi mejor decisión.

Todo esto sin conocernosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora