Chapter 34

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CAPÍTULO 34nunca más

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CAPÍTULO 34
nunca más


Narra Zaira.

Siento un fuerte dolor en la cabeza y en el brazo izquierdo, al igual que unas pulsasiones leves en la pierna derecha. Me despierto a causa de sentirme dolorida en varios puntos de mi cuerpo.

- ¿dónde estoy? - murmuró.

Giro mi cabeza de un lado a otro con algo de dificultad, ya que nada más abrir los ojos me he dado cuenta de que llevo un collarín alrededor del cuello.

- te has despertado - anuncia una médica entrando por la puerta de la habitación.

- ¿estoy en el hospital? ¿Qué ha pasado?

Estoy bastante confusa porque no sé que hago aquí ni que demonios ha pasado para que esté en este estado.

- parece que el golpe en la cabeza te ha dejado sin recordar lo sucedido. - comenta ella mirándome.

- ¿qué golpe? ¿De qué habla? - pregunto realmente confundida.

- ahora le explicaré todo pero antes de nada tengo que hacerte unas pruebas para comprobar que hoy ya puedas tener el alta.

- ¿Cuántos días llevo aquí?

- dos días - afirma.

Empieza a hacerme pruebas que siendo sincera no entiendo ya que nunca he sido fan de los hospitales, la medicina y tal porque me da fobia.

- por cierto, tu novio está fuera ahora en unos minutos le dejaremos entrar.

- gracias - agradezco con una sonrisa.

- bien parece que todo está bien así que este mismo mediodía Le daremos el alta - me dice tras la revisión. - te cuento lo sucedido, hace dos días llegaste en ambulancia porque según tengo entendido te caíste de una moto.

- no recuerdo ese suceso.

- es comprensible debido a que el golpe que sufriste en la cabeza ha sido muy fuerte y esto ha ocasionado que lo que te paso se te haya olvidado.

- ¿pero está todo bien? - pregunto algo temorosa.

- está todo bien, Zaira. - asegura. - quizás en estos próximas días puede que te duela la cabeza algo más de lo normal pero no pasa absolutamente nada. De todas formas te hemos puesto un collarín para tratar de inmovilizar el cuello y que así no tengas tanto movimiento en esa zona.

- gracias doctora.

- no me agradezcas solamente hago mi trabajo.

La doctora sale por la puerta y a los pocos minutos está vuelve a ser abierta pero esta vez por mi novio.

- menos mal - susurra al verme despierta.

Se acerca a mi dejando un cariñoso y dulce beso en mi frente.

- ¿qué me ha pasado en la pierna y en el brazo? Es que se me ha olvidado preguntárselo a la médica. - le pregunto.

- en el brazo tienes una leve fractura en el cúbito y en el pie tienes un esguince de segundo grado.

Me llevo las manos a la boca bastante sorprendida y muerdo mis labios con fuerza.

- joder - maldigo. - ¿fue muy gorda la caída?

- cuando te vi volando por los aires sentía como mi corazón se iba a salir del pecho. - me dice y mis ojos empiezan a cristalizarse. - y cuando me acerque a ti en el suelo y no hacías absolutamente nada estaba completamente aterrado.

Las lágrimas empiezan a brotar de mis ojos deslizándose lentamente por todo mi rostro.

- no llores mi amor - susurra limpiándome las lágrimas. - llevo llorando estos dos días y si te veo llorar a ti empezaré también yo.

- n... no pue... puedo - mis palabras salen entrecortadas.

- tienes que estar tranquila, mi amor. En un par de semanas verás como vas a estar completamente recuperada.

- ¿mis padres?

- tus padres y tu hermano están en mi casa, vida mía, están junto a mis padres y mi hermano. También han venido tus amigas. - Asiento un poco más tranquila.

Marc toma mi mentón con delicadeza y une nuestros labios en un delicado beso hasta que unos golpes en la puerta nos hace parar.

- perdón por interrumpir pero vengo a dar el alta - determina la médica con unos papeles en sus manos. - Zaira te pido que hagas reposo todo lo máximo posible.

- lo hará - dice Marc por mí.

Ella asiente ante las palabras de mi novio y me da un par de muletas al igual que me ata el cabestrillo de la mano.

- soy un cuadro - murmuró una vez estamos llegando al coche.

- serás un cuadro pero eres el cuadro más bonito del mundo. - piropea mi chico mirándome.

- no digas eso.

- no entiendo como te sigo poniendo nerviosa.

- será el efecto Marc - le digo y ambos reímos.

- pues espero que ese efecto no se vaya nunca.

El camino en coche se me hace relativamente corto y cuando menos me doy cuenta ya estamos en la casa de Marc.
Nada más que abre la puerta tengo a todos delante de mí y sin que  dé tiempo a saludar están rodeandome.

- espacio por el amor de dios que me ahogais. - suelto al sentirme un poco agobiada.

Todos se separan rápidamente y me miran atentamente.

- ¿Cómo te encuentras? - pregunta mi hermano.

- lisiada. - respondo y todos se ríen a la par que niegan con las cabezas. - pues me duele prácticamente todo el cuerpo pero bueno.

- te hemos preparado lomo con manteca. - me dice mi suegra y yo sonrió.

- mil gracias. - agradezco.

- vete directamente a sentarte anda mientras nosotros terminamos de preparar todo - me dice mi madre y deja un beso en mi mejilla.

Cuando estamos todos sentados alrededor de la mesa empezamos a comer mientras entablamos una conversación donde hablamos de cualquier tema menos del accidente.

Por la tarde - noche, Marc y yo subimos a la cama a descansar y suspiro quitándome el cabestrillo para dormir.

- esto no me va a gustar nada.

En cierta parte tener varias "lesiones" hace que no puedas hacer muchas cosas por ti misma y yo que soy un poco culo inquieto pues no me resulta muy agradable pero no hay otra cosa que asumir esto.

- sabes que nosotros estamos aquí para todo, amor.

- lo sé pero no me gusta estar dependiendo de nadie.

Me abraza como puede y deja besitos por mi mejilla que me hace sonreír como una niña pequeña con un caramelo entre sus manos.

- nunca más dejaré que montes sola en la moto. - asegura.

- pero...

- nunca más, mi amor. No después de ver como he podido llegar a perderte en toda mi cara.

- está bien. - suspiro. - te quiero.

- y yo a ti, vida.

Mil pulsasiones por minutoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora