chapter 33

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CAPÍTULO 33todo va a estar bien

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CAPÍTULO 33
todo va a estar bien.

Marc.

La temporada 2024 está cerca de comenzar y es por eso por lo que todos los pilotos de todas las categorías estamos empezando a prepararnos aunque ya lo hayamos hecho durante las vacaciones, pero digamos que ahora hay que estar mucho más en forma.

- Alex, ¿están las motos en la furgoneta? - le pregunto a mi hermano mientras como la manzana que tengo entre mis manos.

- si ya está todo preparado - asegura él cogiendo un plátano del cuenco de la fruta.

- perfecto pues voy a meter otro casco más por si acaso. - le aviso y este asiente. - ¿a José Luís hay que recogerlo o se va para allá él solo?

- supongo que se irá para allá - comenta alzandose de hombros. - dios no tarda nada tu novia en bajar - se queja.

- Alex cállate que te escucho - grita mi novia desde el piso de arriba.

- Es que eres una tardona, cuñadita.

- y tu un pesao - le responde ella y yo río.

- lo que faltaba que mi hermano se pusiera en mi contra - rueda los ojos.

- eh que yo no me he puesto ni de lado de uno ni de otro. - expreso. - que después todo acaba cayendome a mí.

- sabemos que no te pones en ningún bando pero todos sabemos que me prefieres a mí. - dialoga mi novia mientras baja las escaleras.

- que creído te lo tienes - debate mi hermano con los ojos entrecerrados - me prefiere a mi que para eso soy su hermano.

- venga, subid a la furgoneta que nos vamos. - corto la conversación.

Ambos me siguen a mis espaldas y nos montamos en la furgoneta que la conduce Alex hasta el circuito.

- cuñi has tardado mucho en cambiarte para la ropa que te has puesto. - dice mi hermano mientras conduce.

Zaira lleva una sudadera que me ha robado para ponérsela ella, cosa que no me quejo lo más mínimo, unos pantalones de chándal grises. Y el pelo lo lleva atado en una trenza.

- bebés llorones - canturrea mi chica.

Entre varias bromas y piques entre los dos llegamos por fin al circuito y nos disponemos a bajar las motos y a ponernos los monos, guantes y cascos.

- yo os voy a ir grabando. - nos anuncia Zaira. - así después tenéis más contenido que subir en redes sociales.

- si que yo soy el twittero de moda. - dice mi hermano y todos reímos.

Mi hermano es un caso perdió, desde que empecé mi relación con Zaira empezó a subir tweets y a la gente le gusto y ahora sube tweets cada dos por tres.

Las primeras vueltas que damos son "tipo entrenamiento" sin ningún tipo de salto ni nada, simplemente dando vueltas alrededor del circuito.

- vamos a darle al enduro. - les digo a mi hermano y a José Luís.

Enduro, es una modalidad deportiva del motociclismo que se puede practicar tanto en campo abierto como cerrado. Y tienes que sortear todo tipo de obstáculos. También se pegan muchos saltos en los que al volver a tocar la moto la tierra está te puede llegar a salpicar en todo el casco manchando la visera.

Damos alrededor de unas veinte vueltas que han sido un verdadero disfrute y volvemos a aparcar las motos.

- ¿Cómo lo has visto? - le pregunto a Zaira mientras me saco el casco.

- ha estado genial, desde aquí se veía que lo estabais disfrutando de verdad.

Nosotros sentimos a sus palabras y sacamos las sillas que siempre llevamos metidas en la furgoneta para descansar un rato.

- he traído algo para picar, ¿queréis? - nos ofrece José Luís.

Abre una bolsa llena de patatas y la pone en un sitio en el que todos podamos llegar a cogerlas.

- Zaira, ¿quieres dar una vueltecita ahora? - le pregunto.

- ¿me vas a dejar coger una de tus motos? Mira que no se las dejas ni a tus amigos - dice insegura.

- Es solo una vueltecita no va a pasar nada.

- vale - asiente.

Le ayudo a ponerse uno de mis monos que por suerte le queda bien, se pone los guantes y también otro de mis cascos.

- hala estas guapísima, amor. - le halago.

- ay Marc no digas mentiras.

Yo río y la abrazo como puedo ya que con el mono y tal es algo complicado.

- nunca te diría ninguna mentira.

Ella sonríe debajo del casco y toma mi mano para ayudarla a montarse en la moto.

- tú ve siguiéndome - le digo una vez que ya estoy montado en mi moto.

- perfecto.

Nos metemos en el terreno y damos una primera vuelta sin mucha velocidad.

- lo has hecho muy bien - le felicito.

- ¿otra vueltecita? - pregunta ella contenta.

- si tú quieres.

Ella asiente y empezamos una segunda vuelta con algo más de ritmo, incluso en algunas curvas llega a adelantarme.

De un momento a otro veo como su moto sale disparada por un lado y ella por otro y freno mi moto dejándola a un lado y salgo corriendo hacia Zaira.

- Zaira amor - grito.

Le desabrocho el casco sin llegar a quitárselo y le levanto la visera.

- amor, amor - grito moviendo levemente su cuerpo.

- Marc hay que llamar a una ambulancia - comenta mi hermano a mi lado.

- llamad rápido - hablo con desesperación.

Zaira no se mueve, ni siquiera abre los ojos y yo estoy muy nervioso.

- Marc tranquilizate - me pide José Luís.

- no puedo.

- la ambulancia esta aquí en quince minutos. - dice mi hermano.

Diría que son los quince minutos más largos de mi vida, pero cuando veo la ambulancia llegar me levanto rápidamente y corro hacia ellos.

- ¿qué ha pasado? - pregunta un médico.

- mi chica, por favor.

Se acercan rápidamente y tras ver que tiene pulso la montan rápidamente en la camilla y la meten en la ambulancia.

- hay que trasladarla al hospital, en la ambulancia solo puede venir uno.

Me monto rápidamente en la ambulancia no sin antes la confirmación de que mi hermano y José Luís vayan a ir ahora al hospital.

- usted no puede entrar, le tenemos que hacer pruebas a la señorita Zaira. - habla una médica una vez que ya estamos en el hospital.

- esta bien - susurro.

Me siento en una de las sillas que hay aquí ha esperar a recibir alguna información de mi chica. Mientras tanto decido llamar a sus padres para que sepan lo que ha ocurrido, ya que ellos están en Sevilla. Y también llamo a mis padres que por suerte esta semana están aquí en Madrid.

- mamá tengo miedo - susurro abrazado a mi madre.

- todo va a estar bien, hijo mío.

Mil pulsasiones por minutoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora