⸻ Cambiaremos la fecha de llegada y la desplazaremos. Nos hemos dado cuenta de que te falta mucho por mejorar y no iremos hasta que estemos seguros de que eres perfecta. No nos arriesgaremos a que nos falles. Te quedarás aquí, reflexionando sobre tus errores.
Fue más últimas palabras de Gaia antes de cerrar la gran puerta de la sala de castigos; dejando atrás a una pequeña Hestia en el suelo. Ella estaba arrodillada sobre el piso, jadeante y sollozando.
Con la espalda del vestido roto y manchado de sangre debido a los azotes que le había proporcionado su abuela por el castigo ordenado por su padre.
Los azotes no la matarían, eso era seguro, pero debido a que era alguien débil, era muy fácil salir lastimada por cualquier arma divina.
No era la primera vez que había sido castigada, pero no había punto de comparación a esto. Había sido regañada, teniendo que mirar a la pared por horas, hecho planas, cargar cubos de agua, o Incluso le habían azotado las manos, pero con menor intensidad.
Nunca le habían golpeado con el látigo de disciplina divino.
Era un látigo especialmente manejado por la Titanide Gaia, para dar un castigo severo a la servidumbre por cometer distintas clases de delitos. La sanación tardaba mucho, y debía pasarse todo ese rato en reclusión. El látigo siempre les dejaría unas cicatrices imborrables, con la probabilidad de tener un brazo o pierna rota para siempre; y así, estando discapacitados y llenos de cicatrices, seguirán sirviendo, para recordar siempre sus pecados.
«A diferencia de todos esos sirvientes, mi querida Hes, será imposible que acabes llena de cicatrices o con un hueso roto incurable». Le había dicho Gaia. «Nosotros somos superiores a ellos, recuérdalo siempre». Las caricias en el cabello que le daba su abuela en ese momento eran menos que reconfortantes. «Pero si te dará el dolor necesario para que aprendas a comportarte de una vez por todas».
Un dolor punzante le hizo salir de sus recuerdos. Cómo pudo, colocó su mano lo más cerca sobre la herida que le estaba pinchando más que las demás en ese momento. La herida del primer azote.
⸻ Hades. ⸻ Jadeo en dolor, en medio de la soledad del cuarto de los castigos. ⸻ Lo siento, hermano… Te fallé.
[…]
Con el tiempo, las lecciones se hicieron más largas y duras. Los descansos fueron remplazados por repasos de las antiguas lecciones o nuevas clases. Las advertencias sobre sus fallas dejaron de decirse para dar paso a la promesa de estas.
Cómo se había dicho, la fecha de partida fue remplazada y dejada en duda. Pero eso era lo de menos en la mente de Hestia.
Desde el día de la cachetada; fue como hubiera cambiado todo.
La ropa que poseía que había sido escogida por ella porque era lo que le había gustado; cuando se levantó el día siguiente, fue obligada a ver cómo su ropa era incinerada por el poder de su padre.
Había sido melindrosa con la comida desde pequeña porque había sido malcriada con los mejores manjares. Ese día en el desayuno, le dieron de comer cosas frías y con un poco de moho.
Cuando llegó esa noche a su habitación; notó que sus decoraciones y juguetes habían desaparecido. Nunca supo más de ellos.
La servidumbre también había dejado de saludarle, tenerle atención automática o el trato cariñoso que le tenían.
Tal vez había sido solo un comentario por parte de su padre, pero definitivamente lo hizo ley; luego de que intentará ir a la misma hora de siempre, el mismo día, para visitar a su hermano.
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❝𝐋𝐀 𝐕𝐄𝐑𝐃𝐀𝐃𝐄𝐑𝐀 𝐃𝐈𝐎𝐒𝐀 𝐃𝐄𝐋 𝐇𝐎𝐆𝐀𝐑, 𝐒𝐎𝐘 𝐘𝐎❞ ⸻ SNV
Fanfic❝¿𝘋𝘦 𝘲𝘶𝘦 𝘭𝘢𝘥𝘰 𝘦𝘴𝘵𝘢𝘴?❞ 𝐑𝐋𝐘 | Recordaba despertar y ver un cielo particular estrellado. No recordaba como había muerto. Recordaba sentir una sensación inexplicable al momento de ascender. No recordaba mucho de su antigua vida huma...