Nuevamente era una de esas noches frías, Christofer aun no se decidía de si debía seguir con aquel ritual que odiaba tanto.
El no era un asesino y realmente dudaba de sí siquiera el humano merecía morir.
Ni siquiera sabía quien era, simplemente lo escogió al azar una noche y desde entonces aun no logró verlo completamente
Quizas ese día sería diferente, aunque el personalmente prefería no ver su rostro para no arrepentirse.
—¿Te acobardas de nuevo? —
Hablo una de sus hermanas quien ya parecía cansada de ver la misma escena en la superficie.
—Lárgate, prefiero hacerlo por mi cuenta y en solitario —
Respondió con enojo, había empezado a odiar que lo observará como si fuera un show de fracasos, pero por suerte su hermana comprendió y desapareció de su vista.
Pasaron segundos mientras miraba la orilla con culpa, pero decidió empezar a entonar su canción de melancolía.
Entre el silencio, más las olas golpeando contra la arena, su voz viajo hasta los oídos del cocinero, quien despertó de su sueño rápidamente al reconocer el sonido.
Nuevamente se encontró caminando fuera de casa y llegando al lugar de aquella vez, aunque el mar estaba amenazando con devorarlo, el parecía tan perdido en la melodía que no había notado cuando empezó a tocar el agua.
Ahí estaban de nuevo, esos ojos con estrellas que parecían acelerar su corazón, se había enamorado de la criatura de esa mirada tan hermosa.
Ahora se encontraba adentrándose más a las aguas qué lo jalaban hasta donde estaba esa silueta qué poco a poco podía ver claramente
No lo conocía, no sabía nada aparte de que no era humano, pero aun así ya amaba completamente a ese ser desconocido.
En un punto termino por salir del trance cuando su cuerpo terminó por hundirse y no pudo escuchar más la voz de aquella criatura.
Se estaba ahogando, el mar lo había tragado por completo y el no podía nadar.
¿Realmente moriría así?
Si moría prefería encontrarse con la criatura que lo llevó hasta ahi, siquiera verla por completo o tocarla.
Maldecía internamente no saber nadar, maldecía al mar y todo lo que le impedía saber más de lo que amaba.
Pero antes de que la respiración se le acabará, sintió como algo lo recogía bajo el agua y lo jalaba hacia el.
¿Qué era?
Al intentar observar con más atención, su corazón se paralizó por completo
Ahí estaba el dueño de esa mirada, una criatura simplemente majestuosa que parecía iluminar su alrededor con calidez.
El tiempo parecía haberse detenido apenas hicieron contacto visual bajo el mar y sin previo aviso, Max se lanzó a besar los labios de la criatura desconocida.
Si moriría, lo haría a su manera, así que con sus últimas fuerzas, prefirió unir sus labios contra los ajenos, hasta perder la conciencia
"No lo pensé dos veces y ya le había dado mi corazón"
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🌟TRANQUILO 🌟
FantasyUna historia de romance algo complicada y con una posca de drama ¿Un amor prohibido entre un Tritón y un humano? Es posible que esto se complique aun más de lo esperado.