Capítulo 4

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Habían transcurrido unos días desde lo que pasó en la biblioteca y el rubio se encontraba confundido gracias a un castaño lindo que últimamente no dejaba de mirarlo, casi siempre el rubio sentía una mirada fija y cuando volteaba podía ver la mirada del menor puesta en él, luego miraba a otra parte y cuando el rubio se descuidaba y volteaba de nuevo ahí estaba el castaño mirándolo. Pero luego el chico se acercaba y le jugaba alguna broma pesada, lo tropezaba, le lanzaba bolas de papel en clases, cosas sencillas comparadas con las de los demás.

Luego de un tiempo las bromas subieron de nivel, los chicos del equipo de fútbol colocaban basura en su locker, en varias ocasiones se vió envuelto en un circulo de chicos que lo empujaban de un lado a otro y se reían de el continuamente hasta que se cansaban o aparecía algún profesor, varias veces terminó con comida o bebidas en su rostro y ropa, y todo eso por decir algunas cosas. Últimamente extrañaba las bromas del trio del mal, no que fuera masoquista pero al menos eran más inofensivas.

Teniendo los examenes tan cerca el rubio procuraba esconderse la mayor parte del tiempo en la biblioteca, claro lo de estudiar era otra cosa que no se le daba muy bien. Al abrir la puerta de la biblioteca Jimin pudo ver el rostro de Jungkook levantar la mirada como si esperaba a alguien, sus ojos cafés se posaron en él por unos cortos segundos y luego volvió su atención al libro entre sus manos.

Claramente si el castaño estaba esperando a alguien no era a él , eso jimin lo tenia más que claro, solo esperaba que al menos con el pasar del tiempo pudieran coexistir sin que el chico lo tratara o lo mirara mal.

Durante el tiempo que llevaba asistiendo a sus sesiones de estudio el castaño siempre estaba ahí y una de sus recientes rutinas era observarlo, en realidad había aprendido algunas de las muchas expresiones faciales de Jungkook, por ejemplo sus risas, podía distinguir sin duda alguna cuando eran de felicidad, por nerviosismo o por cortesía incluso cuando eran fingidas. también habían cosas que le gustaban de él como cuando mordía el lapiz al concentrarse, como arrugaba la nariz cuando algo le parecía muy gracioso y claro lo que más le gustaba, más que cualquier otra cosa era cuando lo atrapaba observándolo aunque después le jugara bromas pesadas.

Constantemente el rubio se auto regañaba al sorprenderse a sí mismo con la mirada fija en el castaño, parecía un acosador o al menos estaba seguro de que justo eso diría el chico si lo atrapaba mirándolo de esa manera. A pesar de eso decidió observarlo un poco más, esta vez sin disimular tanto y justo notó que un chico de cabello cobrizo se le acercaba por detrás abrazándolo por sorpresa, gesto que cabe decir que no molestó en absoluto al castaño solo lo hizo reír mientras bromeaban juntos.

Jimin frunció el ceño, estaba enojado con él mismo, no entendía porqué tenía que estar constantemente pendiente de lo que el chico hacía. Claro el chico lo molestaba a cada rato y eso justificaba su comportamiento o al menos eso queria creer el rubio para entender su mirada aún clavada en los chicos frente a él.

-Vaya jk parece que tienes un admirador - el chico sentado junto a él le comentó mientras jugaba con el cabello del castaño a lo que ambos giraron su vista al rubio. Jimin mientras intentaba disimular que seguía estudiando, luego de un rato no podía entender como es que ese chico no salia de su cabeza, era increíble necesitaba concentrarse o reprobaría.

- mmmmmhj no entiendo nada - El rubio se quejó recostandose sobre el escritorio con los brazos cruzados y enterrando su cara en ellos y así permaneció quien sabe por cuanto tiempo- juuummmmmm - sus quejidos eran de frustración, levantó su rostro y extrañamente el castaño levantó el rostro también. Jimin no había notado que el otro chico ya se había marchado, ni siquiera lo escuchó irse y con cierto cuidado dirigió su mirada a los ojos de Jungkook, ninguno parpadeó, solo se observaban fijamente, el rubio intentaba parecer tranquilo, sin nervios como si en realidad no fuera a él a quien miraba.

Parecía que la locura del chico funcionaba, jungkook lo miraba igual de tranquilo sin apartar la mirada de el, incluso lo vio exhalar lentamente casi como si hubiera suspirado mientras lo admiraba, claro que eso no podría ser pensó Jimin, era solo su imaginación. Su pulso se acelero cuando vió como el chico se lamia los labios con la mirada fija en él y en un momento de valentía el rubio hizo lo mismo mirando a los ojos, acto que el otro chico notó siguiendo el movimiento de sus labios lentamente. Pero eso no duró mucho ya que el chico se acomodó rápidamente en su asiento dando vuelta a las paginas de su libro.

Jimin pudo percatarse de dos cosas o bueno en realidad de tres, la primera el chico sí lo estaba mirando fijamente mientras se lamia los labios, segundo, la mano del chico apretando el lápiz y su cuerpo moviéndose mientras lo hacía y tercero que el corazón del rubio estaba a punto de salirse de su pecho por lo que acababa de hacer. Llevo su mano a su pecho en un intento por calmar su acelerado ritmo y la otra a su rostro comprobando el calor de sus mejillas, se sentía extraño, sus manos no temblaban pero las sentía frías y como con un hormigueo, sentía un hoyo en el estómago y no sabía porqué si el recordaba que había comido algo antes de entrar a la biblioteca.

Una mano en su hombro distrajo su atención - Te encuentras bien? - era Jungkook - estas palido te encuentras bien? - el chico acercó su rostro al del otro para corroborar que estaba bien - perdiste la voz o que? - se mostraba impaciente o tal vez preocupado.

-Ssi...si estoy bien - los dos se vieron a los ojos sin darse cuenta de lo cerca que estaban uno del otro y por un momento permanecieron así hasta que el rubio lo notó y se apartó de el, se sentía avergonzado a pesar de que ya no quedaba nadie en el lugar, solo ellos, pero habían terminado muy cerca - solo me maree un poco - paso una mano por su cabello peinandolo en lo que el castaño volvía a su posición erguida.

- si pues... alimentate mejor - dijo mirando a otro lado - así no andas preocupando a los demás - concluyó alejandose para recoger sus cosas y marcharse rápidamente.

Por un momento, Jimin sintió una gran emoción invadir todo su cuerpo hasta llegar a su rostro en forma de sonrisa, la cual no desapareció de él inclusive horas después de haberse ido de la biblioteca, nada de lo que hiciera podía quitarle ese momento de la cabeza, ni una larga ducha, ni una discusión con su casero y eso solo lo confundía aún más, qué tenia ese castaño que no lograba sacarselo de la cabeza

Y tú lograste enamorarme... Donde viven las historias. Descúbrelo ahora