Capítulo: 10

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El lunes, al llegar a clases saludó a sus amigos con la mejor de sus sonrisas fingidas y pensó que su día podría mejorar al encontrarse 20$ en el pasillo, pero claro solo eran sus ganas de tener una mejor suerte, pero eso no existía, al agacharse a recogerlo su mirada subió justo a tiempo para ver a dos chicos que podía reconocer fácilmente besarse apasionadamente contra los casilleros. 

Jungkook llevaba puesto su uniforme y Taehyung unos shorts y una franelilla pegada al cuerpo, su cabello peinado hacia atrás por el sudor y las manos del menor tocando sin parar cada parte de su cuerpo, cualquiera diría que era una escena sexy de una película para adultos.

- Adefesio - se burló taehyung cuando el rubio tuvo que pasar junto a ellos - sigue caminando... - dijo mientras el chico entre sus brazos se fundía en su cuello - a no ni lo pienses... - dijo apretando el trasero del chico - kookie es todo mío... aaahg...- un gemido se escapo de sus labios cuando el nombrado se froto contra él soltando una risa inocente y distrayendo al contrario.

Jimin suspiró rendido arrastrando sus pies lejos de ahí con su cara roja, sus manos con un temblor particular y su respiración alterada. Después de clases, y de haber vomitado su almuerzo al recordar constantemente la imagen de temprano.

El  chico pensó en ir a la biblioteca, pero tal vez el castaño se encontraría ahí, así que se redirigió hasta el patio, a las zonas más alejadas del edificio. Se sentó a la sombra de un gran árbol viejo y frondoso observando todo el amplio espacio, el césped y sus alrededores y terminó pasando media hora así, sin más nada que hacer que solo ver el paisaje y respirar aire puro, se sentía solo, y un sentimiento que no podía identificar lo embargaba.

Se recostó más ante aquel imponente árbol y los parpados comenzaron a parecerle pesados, su respiración relajada y la suave brisa en su rostro ayudaron a calmar su agitado corazón y  sin tan si quiera planearlo cayó profundamente dormido. Después de un rato comenzó a sentir suaves caricias en su mejilla, tan suaves y delicadas que podrían pasar desapercibidas, pero no él si las sintió, fingiendo dormir, dejo que quien tuviera ese detalle apartara un mechón de cabello de su frente cuidadosamente, temiendo despertarlo, y luego bajara rozando suavemente su labio inferior, moviendo lo solo un poco y provocando que Jimin arrugara la nariz. 

Casi de inmediato, sintió la perdida de la cálida mano y Jimin lentamente comenzó a parpadear restregando sus ojos, intentando acostumbrarse a la luz de nuevo, pero, unos pasos apresurados seguidos de un golpe y un quejido lo alertaron. Enfocando su mirada pudo divisar a Jungkook, quien con sus ojos muy abiertos, tierra en sus manos y hojas secas en sus ropas lo contemplaba con una mezcla de terror y vergüenza. Sus mejillas estaban de un fuerte color carmesí y poco a poco su ceño se fue frunciendo lo que llamó la atención del rubio aun adormilado.

- Se te perdió algo? - gruñó levantándose y sacudiendo sus pantalones - aajh - se quejó al notar la mancha de lodo en éstos. 

- La pregunta sería que haces tú aquí - replicó a la defensiva el rubio estirándose un poco. 

-  Yo... vine porque quería estar a solas para estudiar mejor - explicó señalando los libros ahora algo sucios en el suelo.

- Tu estudias? - Jimin se burló.

- Pues claro, soy el mejor de la clase - presumió rodando los ojos.

- Pensé que solo pasabas los días comiéndole la boca a tu noviecito - eso último salió más rudo de lo que pensó o quiso y bajo la mirada mordiéndose el labio.

- Uuh... - el castaño lo miró fijamente - celoso?- pregunto el chico con la mirada fija en los labios del contrario  - eres muy patético si piensas eso - soltó amargamente.

Y tú lograste enamorarme... Donde viven las historias. Descúbrelo ahora