Purgatorio -HIATUIS-

Capítulo 6: La Quimera Que Creó

De nuevo: No tengo nadatúreconocer desde antes de esta historia

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Espero que disfrutes. Si no, dame alguna sugerencia sobre cómo mejorar la historia.

El brazo del purgatorio picó.

Sus dientes se rallaron.

Sus manos se apretaron, luego sus dedos se extendieron, desesperadamente queriendo envolver alrededor de la garganta de este pequeño césped arrogante. O, mejor aún, conduce su hacha en el cráneo de la persona sin valor.

¿Con quién creían que estaban hablando? Había sido perdonado por los dioses, ¿qué importaban las opiniones de estos insectos? No es que tuviera nada en contra de los semidioses, solo personas que lo irritaban tanto.

Ugh. Sin embargo, Diana ad le pidió que no causara un problema. Esto le causaría problemas a ella y a los cazadores. Percy había decidido concederle ese favor, y el Purgatorio se vio obligado a obedecer. Normalmente, estaría contento de recibir la orden, pero los dioses esto era irritante.

Estaba sentado frente al Senado. Aparentemente estaban molestos por su comportamiento en el campamento romano. Su defensa no había ayudado mucho.

"Así? El Pretor es un idiota." El purgatorio había respondido a la chica tan importante que hablaba. Ella lo golpeó como una chica que siempre se salía con la suya. Cheerleader-ish; coletas rubias, maquilladas, podía oler el perfume a unos diez pies de distancia. Una hija de Venus, el aspecto era seguro. "Y Jason era aún más un coño. Sin lealtad alguna." Para Percy, eso fue un delito grave.

"Una cosa es insultar a uno de nosotros, pero lo has hecho no hay derecho para hablar mal de nuestros dioses!"

"Voy a seguir haciéndolo hasta que me des una buena razón." El purgatorio sonrió, decidiendo cortar la parte en la que tenía que escucharla gritar acerca de que era irrespetuoso. "Jason Grace es un bastardo."

"Son dioses!"

"Su esposa es una perra."

"No eres un dios!"

"Hazel es una puta pequeña." Qué divertido fue irritar a los romanos.

"Estás en nuestro senado!"

"Frank es una mierda gorda."

"SILENCIO!" La niña rugió. De los estremecedores que muchos de los presentes involuntariamente tenían, el Purgatorio resumió que ella pudo haber dado miedo. No lo vio.

"Te has rendido, entonces?" Preguntó el purgatorio, sonriendo a la chica frente a él. Su rostro era escarlata de rabia por su actitud.

"You- I- How dare-" Ella salpicó mientras brillaba, junto con el resto de los romanos, en la cara sonriente del Purgatorio. "Somos el senado! Cómo te atreves a mostrar tanta falta de respeto?!" La expresión del purgatorio se volvió seria rápidamente.

"Porque no tengo ningún respeto por ti. Igual que la razón por la que estoy feliz de insultar a tus patéticos dioses. Yo respeto uno persona." Una sonrisa. "Y como actualmente existe en mi cabeza, no veo ninguna razón para hacerlo actuar como si le diera al culo de una rata lo que la gente patética piensa de mí." Su sonrisa se convirtió en una sonrisa salvaje. "A menos que uno de ustedes quiera intentarlo ganar mi respeto. Percy dice que está bien."