🔞 incluye relaciones sexuales 🔞
El celo de Volkov había comenzado hace un día, ambos estaban agotados pero más el omega, quien gustoso de siempre pasar esos momentos con él también deseaba poder asearse y comer tranquilamente.
- Vamos a comer, anda. - le hablaba el moreno a su novio que estaba recostado viendo la televisión después de una larga jornada de sexo sin pausa.
- Está bien, ya me rugían las tripas. - se puso de pie, ambos dirigiéndose a la cocina, pensando en que cenarían.
Normalmente durante el celo de Volkov, quien comenzaba con las insuaciones era el mismo alfa pero en este celo del ruso era Horacio quien hacía insinuaciones bastantes sugerentes, como justo en este momento donde el moreno sin vergüenza alguna, delineaba con sus gruesos falanges la erección semi-despierta del ruso.
Habían terminado de cenar hace unos 15 minutos, estaban viendo cualquier cosa que pasaban en la televisión de la sala no poniéndole mucha atención pues el moreno estaba enfrascado en otra cosa.
Volkov quería ver hasta donde podía llegar su autocontrol estando en celo y teniendo a su omega tan ansioso junto al dulce de su olor, llamándole, pero era consciente de que eso no duraría mucho tiempo pues lo caliente que se sentía no tenía piedad con él.
Le daría lo que quería y se lo daría como se debía. - ¿Quieres hacerlo aquí o vamos a la cama? - apretaba sus puños conteniéndose un poco más, esperando respuesta.
- Te quiero justo aquí. - respondió el moreno mientras se subía a horcajadas encima de su miembro ya erecto, moviéndose sin compasión haciendo que apretara su mandíbula provocando un rechinar en sus filosos dientes debido a la presión ejercida.
- Justo aquí será entonces... y te digo de una vez, no tendré piedad y será completamente duro. - su mirada estaba ensombrecida completamente y su sonrisa maliciosa hacía notar la lujuria detrás de aquella frase pronunciada.
Sin dejarle responder, besó su cuello mientras lo mordía y lamía un poco, haciéndole chupetones que evidenciarían lo que había sucedido esa noche. Olisqueaba su cuello, totalmente excitado por cómo su novio se movía encima de él aclamando por más y más. Quitó la camiseta que portaba Horacio comenzando a besar sus pectorales y mordiendo con el principio de sus dientes los pezones ya erectos del moreno, deleitándose de todos y cada uno de los sonidos de placer que se oían por toda la sala de estar, Horacio también se deshizo de la camiseta de su pareja acariciando su amplio abdomen marcado y dando atención también a sus pezones escuchándole jadear.
Iba a despojarse de su propia ropa interior hasta que una amplia mano caliente le impidió hacerlo, el ruso totalmente concentrado en el cuerpo y cuello de su novio le negó con la cabeza y con su voz gruesa pronunció - Yo me haré cargo de todo eso, déjame admirarte más. - lo tomó de las mejillas. - Eres hermoso, Horacio.
El nombrado se sonrojó y sonriendo dulcemente, asintió. Luego de que el ruso acariciara sus mejillas, siguió con su tarea de complacerse visualmente con el aspecto de su pareja, sus ojos levemente cerrados por el placer que sentía, su ceño un poco fruncido y su boca semi-abierta por el torbellino de sensaciones que solo el ruso le hacía sentir. Era el hombre más afortunado si le preguntaran, su omega era el hombre más hermoso del mundo y no lo cambiaría por absolutamente nada.
Sin poder soportar más los movimientos cada vez más marcados de su novio y sus feromonas saliendo cada vez más y más dulces, le quitó su ropa interior haciendo lo mismo con la propia y rápidamente sintió como el moreno se sentaba encima suyo nuevamente, rozándose ahora piel a piel, soltando pequeños gemidos y mordiendo levemente los grandes hombros de su ruso. Hacía movimientos circulares despacio y luego de atrás hacia adelante con una lentitud que volvería loco a su alfa en algún momento y eso era lo que quería lograr.
Viktor con la poca cordura que le quedaba en ese momento, enterró los dedos en la cadera del de cresta haciendo que sus movimientos se intensificaran lográndolo rápidamente, estaba en una nube de excitación, esa sensación solamente se la podía dar la persona que tenía justo encima. Tomó el miembro del moreno entre su mano derecha mientras que con la izquierda seguía marcando los movimientos de Horacio y comenzó a masturbarlo con mucha agilidad, haciendo que el moreno se moviera a una velocidad fascinante apresando él mismo con sus glúteos el pene palpitante del peligris.
Los gemidos cada vez salían más y más fuertes, sin preocupación de vecinos curiosos o de posibles personas que pudieran oírles puesto a que vivían en una casa cerca de la playa y alejados de la ciudad, ambos sentían esa deliciosa sensación apoderándose de sus bajos vientres sabiendo lo que aquello significaba, estaban a nada de correrse así que se besaron apasionadamente sintiendo como la simiente caliente se regaba por la mano del ruso y los glúteos pomposos del moreno.
Recuperando el aire, Horacio sintió como el alfa lo movía de nuevo encima suyo, dándole a entender que aún no había acabado, metiendo así dos dedos en la entrada ya lubricada del moreno haciéndole gemir gustoso por la poca cohibición que sentía por parte de su prometido.
- Ponte de pie y gírate - habló dominante haciendo que Horacio hiciera caso rápidamente sintiendo sus piernas temblar por lo que sabía que venía.
Sin contención alguna, abrió las redondas nalgas de Horacio metiendo su cara entre ellas lamiendo todo a su alrededor, mordiendo los morenos glúteos y dando palmadas de vez en cuando haciendo que el moreno gimiera alto de placer. Seguía con su tarea en aquella entrada y sentía leves tirones en su hebras platinadas.
Lo giró e hizo que se subiera a él a horcajadas nuevamente, besando sus labios apasionadamente y enterrándose en su omega sin piedad de una vez por todas, escuchando los gritos soltados por su pareja evidenciando el placer que sentía en cada embestida recibida.
Volkov se lo había prometido rudo y sin piedad y era justo lo que estaba recibiendo, sentía una presión ejercida en su cintura mientras su entrada era evidentemente rellenada una y otra vez dejándolo completamente loco. Veía a su ruso hecho un desastre, con su cabello despeinado y ondulado por el sudor, sus ojos completamente cerrados por el torbellino de sensaciones, su ceño fruncido y sus mejillas rojas de la calentura. "Hermoso, muy hermoso" pensó el de cresta.
En un rápido movimiento, Horacio estaba con sus rodillas apoyadas en el mueble y manos sujetándose del filo del mismo mientras que Viktor se encontraba de pie, con su mano izquierda sosteniendo a Horacio fuertemente de la cadera debido a sus fuertes embestidas y la derecha palmeando una que otra vez las nalgas de su amado, gimiendo su nombre a la vez que palabras llenas de amor en su idioma natal.
- Я мог бы сделать так, чтобы ты была такой весь день, моя дорогая. (te podría tener todo el día así, cariño mío) - jadeaba.
Sabía lo mucho que a Horacio le prendía que le hablara en ruso, haciéndolo correrse con solo pronunciar dos palabras aunque en este momento esté concentrado en el placer que sentía que no se había percatado de lo pronunciado por el ruso.
- Черт, дорогая, ты потрясающая и красивая (Joder, cariño, eres increíble y hermoso) - siseaba cada palabras, inundándose de las feromonas de su omega.
Volkov se enterraba en él una y otra vez sin piedad, gimiendo fuertemente corriéndose al sentir el interior de su amado aprisionar su falo, percatándose así que el nudo se estaba hinchando dentro de Horacio, quedándose quieto un rato después de que el de cresta se corriera en su abdomen habiendo cambiado de posición al sentir su nudo formándose previamente haciendo que Horacio estuviera un poco cómodo ante la incomodidad que sentía.
Después de haberse desinflamado por fin el nudo, Volkov salió de dentro de Horacio para dirigirse a la ducha y entre mimos, abrazos y muchas caricias llenas de amor se asearon después de mucho rato.
- Estoy exhausto y con muchísima hambre. - habló el ruso somnoliento.
- Si quieres podemos cocinar algo de nuevo. - tomó su celular viendo la hora y dándose cuenta de que era de madrugada, seguramente su sesión de sexo duró horas.
Sería cuestión de semanas para saber si el examen de embarazo sería positivo, ambos estaban muy felices de este gran paso que dieron, nuevamente dándose cuenta de que estaban junto a la persona correcta, quien estaría dispuesto a hacer lo que fuera por su pareja.