"En las sombras más profundas del tiempo, la reencarnación se manifiesta como un ciclo incesante, una danza macabra de almas condenadas a la repetición. En este tejido sombrío, cada renacer es una condena, un retorno a la existencia marcada por los...
Era un día lluvioso, como cualquier otro. Mientras observaba esas gotas deslizarse por la ventana, sentía cada pequeña partícula de anhelo por salir a correr bajo la lluvia, por jugar en ella, por reírme mientras saltaba de felicidad. A veces pienso que algunos tienen una estrella que los acompaña, lamentablemente yo nací con todo lo contrario: una estrella oscura que poco a poco me consume en el dolor.
"Oh, aquí estás"
"Bueno, ¿No crees que ya fue suficiente de auto lastimarte a ti mismo?"
El Doctor Gorou Amemiya se acercó hacia donde me encontraba, a un lado de la ventana del cuarto de hospital, mientras estaba sentado en mi silla de ruedas.
"Doctor, ¿usted cree en la reencarnación?"
"Como médico, no tengo argumentos que justifiquen algo como eso"
Se recostó con los brazos cruzados en la ventana, sin quitar la vista de ella. Al escuchar su respuesta, lo miré. El doctor ajustó sus lentes, manteniendo sus ojos cerrados. Tal vez esperaba que dijera algo.
"Y, como persona" pregunté, curioso, observándolo. Acto seguido, me devolvió la mirada, esbozando una leve sonrisa en su rostro sin moverse del lugar en el que estaba.
"Tal vez, quien sabe"
Dijo, poniendo su mirada en frente nuevamente. Por unos momentos, como el niño que soy, quería creer en la posibilidad de ello, quería soñar con que ese "Tal vez" significaba esperanza. Quiero creer que tal vez, en otra vida, las cosas sean diferentes para mí.
"Bueno, es hora de irnos" anunció el doctor, comenzando a caminar hacia mí y soltando un leve suspiro. Aunque realmente, se notaba algo confundido por lo que acababa de decir.
"¿A dónde?" pregunté.
"Cierto, Ai dará un concierto, y... Sarina me pidió de favor que te llevara con ella para que nos acompañes"
"Ya veo, pero preferiría quedarme aquí por hoy" dije, mirando nuevamente por la ventana. No sé por qué de pronto solo quiero mortificarme por esto, por mi condición. ¿Por qué no puedo simplemente seguir y ya? Solo quiero ser feliz por una vez en mi vida.
"¿Y dejar que te sigas torturando psicológicamente? De ninguna manera. Además, ya la conoces. Si me ve llegar sin ti, hará una rabieta como de costumbre"
Al escuchar eso, recordé inmediatamente lo que significa Sarina para mí. Ella es la única chica que me ayuda a seguir, y además, un poco de entretenimiento no me haría mal.
"Tiene razón, vayamos a ver a Ai" exclame, dándole una sonrisa. El doctor, después de unos momentos, frente a mí, también me devolvió una sonrisa.
MOMENTOS DESPUÉS...
HABITACIÓN DE SARINA
"¡No puedo creerlo, es Ai Hoshino! ¡Se ve tan hermosa!" comento Sarina, maravillada.
"Baja la voz, ¿quieres?"
"¿A usted le gusta Ai, doctor?" pregunté, volviéndome hacia él. Sin inmutarse en ningún momento, simplemente acomodó sus lentes.
"Creo que no se vería bien que un adulto de mi edad respondiera algo como eso. No quiero verme como degenerado"
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