Capítulo Cuatro

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Llegaron a la casa del pelirrojo, que sin duda era una maldita mansión. Era una casa blanca, con grandes cristales adornado los jardines como si fueran rosas.

Entraron y lo primero que vieron fue a una persona de mediana edad esperando al final de las escaleras. "Señor Satori, no lo esperábamos tan pronto."

Tendo le dio las llaves del coche. "¿La cancha de voleibol está disponible? Escuché que le estaban poniendo tartán al piso."

"Sí señor, eso fue el día martes, para entonces ya está a su disposición la cancha."

"Muy bien Sebastián, puedes retirarte."

El joven se inclinó y desapareció por una de las puertas blancas gigantes.

Ushijima miraba todo perplejo, estaba asustado por tanta elegancia, por tanta amabilidad. Él había participado en situaciones similares, como ir a restaurantes de lujo cada que era su cumpleaños o el cumpleaños de su papá, situaciones espaciales como su graduación, o por alguna extraña razón, cuando sus papás firmaron el divorcio. Pero de eso, a tenerlo que vivir todos los días, debía de ser cansado.

"Ven, vamos a la cancha." Tendo lo tomó del antebrazo y corrieron por toda la mansión hasta llegar al patio. Mientras corrían, pasaban por las diferentes secciones de la mansión; la alberca, el sauna, y el bar y por ultimo las canchas.

Caminaron hasta llegar a la cancha, ahí ya los esperaban una bolsa de balones de entrenamiento, parecían ser recién comprados, que eso le resultaba aún más abrumador, que los balones que podían volar por las rejillas eran mikasa y molten de la más alta gama.

Molten lo entendía, pero ¿entrenar con balones mikasa?

"¿Entrenas con estos balones?" Ushijima preguntó tomando el balón azul y amarillo. Definitivamente uno de sus favoritos.

"¿Existen más?" se pavoneó.

Ushijima sonrió ante el comentario. "A veces el dinero habla por ti."

"Solo algunas veces." Tendo imitó su acción y tomó un balón de la bolsa. "Entonces, ¿Qué posición jugabas?"

"Siempre me ponían de rematador opuesto, supongo que es porque soy zurdo."

"mmmmh, veamos entonces que es lo que tienes para ofrecer, Wakatoshi." Lo retó.

Tendo se colocó a un lado de la red y soltó el balón que tenía. Ushijima entendió perfectamente lo que él pelirrojo quería, quería verlo rematar.

Miró el balón entre sus manos y sonrió. Se preparó para rematar, le aventó el balón a Tendo y el pelirrojo le colocó el balón hermosamente. Uno, dos, tres pasos, salto, remate.

El balón pasó el alambrado, que fácilmente media más de tres metros.

"¿Dices que estabas en la banca?" Tendo preguntó sorprendido.

El castaño asintió apenado.

"¿Cómo mierda estabas en la banca con tremenda fuerza, Ushijima? NO HAY MANERA QUE DESPUES DE HACER UN REMATE ASI TU ESTUVIERAS EN LA BANCA TANTO TIEMPO."

Ushijima se encogió de hombros.

"¿El entrenador era ciego? EL MUNDO ESTÁ TODO HECHO MIERDA, JESUS." Tendo tomó el balón que dejó en el piso y se lo pasó a Ushijima. "Pudo haber sido suerte, ¿no? a ver, vamos a probarte nuevamente."

Ushijima se preparó nuevamente para hacer la carrera de remate, ahora tenía en mente hacer un remate recto, que era una de sus especialidades. Quería saber si después de meses de dejar el voleibol todavía era capaz de hacer algo así.

Shape of feelingsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora