꧁•⊹٭𝙽𝚘 𝚜𝚘𝚢 𝙴𝚕𝚕𝚊...٭⊹•꧂ ||Ban Y Tu||

꧁•⊹٭Los Pecados Capitales...٭⊹•꧂

....TIEMPO DESPUÉS....

Pasaron los días, ya iban siendo un mes con tres días que estoy en el Castillo de Lioness.

El Maestro Hendrickson me ha enseñado muchísimas cosas; me enseñó como hablar y comportarme correctamente, y me ha enseñado mucho del significado de "Destino", así supe que el destino no era una persona.

El Maestro Hendrickson también me presentó a otras personas.

Gilthonder, Howser, Guila, Jericko y Dreafus; todos Caballeros Sacros, siendo este ultimo el Gran Maestro de los Caballeros Sacros.

Aunque yo quiera hablar siempre con Jericko y Guila, el Maestro Hendrickson no me lo permitía, decía que yo era diferente a ellas y que debía entrenar.

Ya que si; resultó que yo tenía poderes, tantos poderes que yo misma desconozco. 

Por ejemplo: lo mas simple que puedo hacer, además de ser el mas fácil y mi preferido, es levitar, siempre me la pasaba en el aire desde que supe como hacerlo.

Gilthonder y yo entrenabamos siempre, me ayudaba a controlar mis poderes y a descubrirlos, aunque una vez resultó gravemente herido y desde entonces me he estado controlando mas con el.

Ahora estoy en la biblioteca del Castillo, junto con el Maestro Hendrickson.

Cadi cada día pasamos el tiempo aquí, investigando y hablando, el me contaba que quería entrenarme para ser poderosa en un futuro, y yo estaba de acuerdo con su deseo, ya que supuse...que ya había encontrado mi destino, junto al Maestro Hendrickson.

– ¡no comprendo nada! —exclamé, frustrada.

– ________, baja tu volumen, recuerda en donde estamos. —me regaña sutilmente.

– pero... —lo miro— ¿por que los Siete Pecados Capitales traicionaron al Reino si el Reino no les hizo nada malo? —estaba un poco molesta— ¡estos libros dicen todo sobre la traición, pero no cuentan el por que de ella!, ¡yo quiero saber! —vuelvo a alzar la voz, mientras pataleo en el aire, haciendo un berrinche.

– _________. —alza un poco la voz, mirándome seriamente.

– lo siento. —bajo del aire y me siento en la silla junto a el.

Desde que llegué al Castillo, todos hablan de mala manera de los Siete Pecados Capitales, hasta el Maestro Hendrickson, asi que empecé a buscar información de ellos en los libros, y vaya que habían muchos que hablaban de ellos, todos explicaban a detalle la gran gloria que los Siete Pecados Capitales tenían, y luego la gran traición que ellos cometieron al matar al antiguo Gran Maestro de los Caballeros Sacros, Zaratras. Pero en ningún libro explica o da razón del por que de esta traición, y de verdad me intrigaba bastante.

Al día siguiente, yo y el Maestro Hendrickson estábamos mirando lo que se podía ver de la Capital desde una de las tantas ventanas del Castillo.

Había tanta paz, el solo miraba hacia la Capital y yo tan solo levitaba junto a él, observando e intentando ver a las personas como si no fueran hormigas, se veían muy pequeñas desde allí.

Pero esa preciada paz se vio interrumpida por la presencia del Gran Maestro Dreafus.

– Dreafus. —el Maestro Hendrickson al parecer ya lo esperaba.

– Gran Maestro. —miro de reojo al Gran Maestro, con indiferencia, levitando.

– Hendrickson, te he estado buscando. —dice el de forma seria.