El Chocolatero Agridulce y la Complejidad de su Sabor [Willy X Charlie]

Capítulo 4: Un Chocolate Familiar

Charlie abrió sus ojos. Su corazón no pudo evitar el terrible palpitar que viene a través del miedo al no saber que esta pasando y mucho menos dónde es que está.

Trata de moverse al observar un cielo raso, pero suavemente contaminado con un humo negro proveniente de quién sabe que lado; mueve torpemente sus brazos para tratar de encontrar una posición que le ayude a levantar su torso y sus piernas, sin embargo, el inmenso dolor que le corroe desde que despertó, apenas le permite moverse lastimeramente a un lado, donde sus ojos pudieron visualizar un extraño puerto a manera de luna creciente y varios barcos que llegaban para aparcar mientras otros comenzaban a retirarse.

Charlie pudo distinguir con un rostro desfigurado por la confusión y el miedo, barcos pasajeros y de pesca. A hombres de varias estaturas trabajar en medio de ellos, y algunos otros ofreciendo lo obtenido del fragante mar, sobre puestos interpuestos a lo largo del puerto en dirección al muelle.

Era una visión pintoresca, y algo extraña, pero eso no quitaba lo hermoso que en algún punto podía haberle parecido.

Charlie estaba seguro podría haber disfrutando de la vista que se vestía de nieve y un vaho que dificultaba la apreciación, más el hecho de no saber qué estaba pasando y mucho menos en dónde es que estaba, le aterraba más de lo que en verdad dejaba ver con el temblor en su cuerpo y el escozor que sentía por el contacto de su delicada piel con el frío suelo que se presumía sucio y con manchas de dudosa procedencia.

"Agh..."

El Omega pensaba que si tal vez su marido estuviese ahí junto a él, ya abría lanzado el grito al cielo por semejante lugar, más para él, que apenas despertaba con una horrible sensación sobre su pecho, esto no era ni por asomo lo más importante en lo que podía enfocarse, y esto, lamentablemente tenía su propia razón de ser...

Y es que, darse cuenta que estaba totalmente desnudo en un lugar que no conocía, sobre algunas baldosas llenas de musgo y con un frío atroz, era para sacar de sus casillas a cualquiera.

Charlie intento cubrirse torpemente, más apenas se movió algunos centímetros por culpa del dolor que no quería menguar.

Sintió náuseas en algún punto, pero trato de ser fuerte. Charlie no deseaba agregar un problema mas a su lamentable estado, por lo que agarrando un poco mas de valor, se forzó a sentarse al menos para poder apreciar un poco mas el extraño puerto, y la idea de que estaba lejos de casa y sin su marido para que le protegiera del mundo cruel que ahora mismo le recibía.

"Estoy jodido..."

El menor susurró como un mal augurio, recordando sus tiernos años cuando despertaba con dolor en sus huesos y sus dedos de un color morado por culpa de un mal cuidado al calor y de su pobre ropa junto a su lamentable estado socioeconómico. Sentir por un momento que esos ayeres podrían alcanzarlo a causa de su actual estado, provocó en su corazón un miedo que trato de opacar moviendo sus manos de arriba abajo para entrar en mínimo calor.

Sin embargo, esto apenas ayudó como para que su mente pudiera distraerse del dolor que atacaba cruelmente su pecho y parte de sus sentimientos. Haciéndole buscar rápidamente algo con el qué cubrirse y pudiera salir de ese sitio para buscar ayuda o para regresar a casa.

Buscó con la mirada hundida en secreta desesperación, y notando luego de un par de minutos un abrigo mal acomodado a unos metros de él, sobre algunas cajas de fresco pescado, rápidamente fijo su primer objetivo a alcanzar.

"C-Charlie, vamos tu puedes."

Se susurró palabras de aliento, notando el vaho que salió de sus labios; y comenzando a levantarse en un esfuerzo que le pareció titánico, a pasos torpes, se dirigió hasta donde estaba aquel abrigo solo y en un pleno descuido.