Capitulo 3

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Atardecer.

¿Ya viste la hora dorada? Es divina, ¿No crees, Rindou?

______ Yokuhara.

No dije ni una sola palabra en el camino, no pensaba decir lo que había pasado, el haber dejado que me golpearan hacia que me sintiera humillada.

Apoyaba mi cabeza en la espalda de Rindou mientras lloraba suavemente, sin emitir algún ruido, este se mantenía en silencio, rara vez durante el camino dijo cosas como "deja de llorar, tus ojos están hinchados" o "¿Me dirás qué pasó?", por alguna razón conducía suavemente, hasta que nos detuvimos. Al parecer en su departamento.

—bien, antes de entrar te diré algo. — bramó susurrando. — camina despacio y no hagas ruido, te llevaré directamente a mi habitación, me vas a esperar ahí, te haré un te y luego regresaré.

—¿Tus padres se molestarán si estoy aquí? — susurré con la voy entrecortada, aún llorando, este alzó la ceja.

—ellos no viven aquí y nos los menciones _____, es por mi hermano, el no tendría ningún problema en que te quedes pero el detesta que lo despierten cuando está dormido. — abrió la puerta del departamento con cuidado, dándome paso, las luces estaban apagadas. —agarra mi brazo y camina con cuidado — susurro.

No dimos ni dos pasos cuando una voz se hizo presente, asustando a los dos, mis pelos se pusieron de punta.

—¿A dónde fuiste, Rindou? — ví hacia lo que parecía ser un sillón, ahi estaba alguien con el cabello suelto y desordenado, me asusté aún más.

—es la del aro...— dije, la tercera voz soltó una risa, Rindou al parecer tenía algo de miedo, prendió las luces, dejando ver a su...¿Hermano?

Nunca lo había visto con el pelo suelto, siempre estaba con esas dos trenzas que lo caracterizaban.

—vaya, pero si es la amiga de Catara — no estaba molesto como Rindou dijo, tenía un semblante calmado, pero su sonrisa me causaba cierto temor.

—perdon por levantarte — pidió perdón Rindou, aún en voz baja, lo mire avergonzada por la situación.

—eso es lo de menos, pero, nunca traes a ninguna mujer a la casa, ni siquiera a Catara, pero ahora veo que traes a su amiga — resalto esa parte — no quiero sobrinos Rindou, ve y compra condones, a la vuelta hay una farmacia. — agrego burlón, se puso de pie, era alto.

—no la traje para eso — contesto Rindou malhumorado, al parecer un poco molesto.

—¿Así? ¿Entonces que sucedió? — Rindou no respondió a su pregunta, mucho menos yo, que seguía entre lágrimas y mocos.

Ran se acercó a nosotros, analizando la escena, yo no traía ropa abrigadora y estaba sin zapatillas, con el cabello desordenado y el rostro golpeado, acompañado de mis ojos hinchados, lo cual llamo su atención.

—¿Por qué te golpearon? — pregunto el mayor de los Haitani, me quedé en silencio, no quería hablar acerca de eso y el me ponía nerviosa — vaya, al parecer el golpe te dejo muda, como sea, me voy a dormir, no hagan ruido. Se retiró bostezando, camino a su habitación y se encerró.

—ven — me jalo del brazo suavemente, llevándome hacia su habitación, pude notar que en la sala tenía una cabina de dj o algo así.

Entramos a lo que era su habitación, la cual estaba perfectamente ordenada.

—ven, quítate esas medias, estan sucias — dijo, me quite las medias con dificultad, sentía un pequeño dolor en mi nuca, seguramente por haber llorado. Mire a Rindou, el cual saco algo de ropa del closet.

𝔈𝔵𝔱𝔞𝔰𝔦𝔰  • | 𝓡𝓲𝓷𝓭𝓸𝓾 𝓗𝓪𝓲𝓽𝓪𝓷𝓲. | •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora