Powerful

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No sabían como había pasado ni el por qué les pasaba eso, Quackity había robado sin querer sus corazones de los dos maridos, al principio fue raro, no entendían la razón ni el por qué de su nerviosismo al estar con el, pero lo entendieron al darse cuenta que simplemente lo que sentían era amor.

—Soy un infiel— Se decía a si mismo Roier con desagrado

—¿Voce e um pendejo o que?— Se regañaba así mismo Cellbit mientras se miraba al espejo

Los dos no se decían nada de su sentimientos por aquel híbrido de pato y claramente no lo iban a hacer si eso implicaba dañar su relación o algo así.
Aun que no fue tanto tiempo en saber que algo pasaba y el cambio que los dos tenían al estar cerca de Quackity, era algo notorio y eso se les hacía raro, aún que no le tomaban importancia, o tal vez si.

—¿Te gusta Quackity verdad?— Dijo Roier de forma directa al entrar al castillo.

—¿Disculpa?— Rápidamente Cellbit se dio la vuelta al escuchar las palabras de su marido, entrando en pánico.

—¿Que si te gusta Quackity? No te hagas el tonto, e visto el cambio que tienes con el— Dijo de manera tranquilo y directo, algo que hacía a Cellbit sentir nervioso —Solo dime la verdad, no me enojare—

—... en serio aveces me sorprendes guapito— Se reia nervioso Cellbit, relajándose un poco, era el momento de decir su sentir —La verdad, es que si, me gusta Quackity pero sorprendentemente, también tu—

—Esta bien—

—¿Que?—

—Que esta bien, digo, no tengo ningún problema ya que yo también siento lo mismo— Esa tranquilidad de Roier y la naturalidad en que decía las cosas era algo que mataba a Cellbit —Al final, no estaba loco— Reía mientras se acercaba a su marido y acariciaba su pelo.

—Entonces ¿no estas enojado?— Pregunto Cellbit sonriendo ligeramente, tranquilo a decir verdad.

—No, al contrario, me hace feliz, tal vez podamos conquistar a Quackity de alguna manera— Sonreía Roier —¿No te parece?—

Cellbit asintió contento al saber que los dos se habían enamorado de la misma persona, por algo eran esposos.