MARATÓN(2/3)

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MARATÓN (2/3)

Unos cuantos lobos aparecieron allí, el lobo blanco estaba ya empezando a cansarse, se le notaban las heridas en su blanco lomo. Entonces uno de ellos empezó a atacarme a mí y me puse a luchar del lado del lobo blanco. La batalla fue un baño de sangre que ganamos sin contemplación. A mi lado había cadáveres de lobo con la garganta cortada. Mientras que el lomo del gran lobo blanco estaba tintado con el rojo de la sangre.

Lo que pasó después fue demasiado sorprendente para mí.

Una luz envolvió a los dos cuerpos y de allí aparecieron dos hombres.

Estaba sorprendidísima, tanto que tropecé de la rama y caí al suelo captando la atención del peliblanco, que sacó un cuchillo de su bota y se puso en guardia.

? PELIBLANCO: ¿Quién eres? ¿Por qué me has ayudado? -gruñó.

Me incorporé rápidamente y cogí mi daga colocándome en modo defensivo.

CAZADORA: ¿Por qué debería decírtelo Lobito? -recalqué la última palabra.

? PELIBLANCO: ¿Lobito? ¿Quién te crees que eres para insultarme en mi propio territorio? -ladró.

Por un momento mis piernas flaquearon. Era fuerte, lo había visto en acción como lobo, y podría arrancarme la cabeza de cuajo. Pero sin embargo no tenía miedo, mi excitación era tanta que empezaron a temblarme las manos y las piernas. Sonreí siniestramente.

CAZADORA: ¿Quieres luchar Lobito?

Sin nada que alegar el hombre se lazó hacia mí con una rapidez sorprendente. Cuando lo tuve enfrente puede apreciar sus rasgos.

Su piel estaba tostada y contrarrestaba con su blanco cabello que llevaba hasta los hombros. Sus ojos rugían como dos zafiros y su cuerpo musculoso y bien entrenado. Calculaba que tendría unos veintidós años y solo me sacaba una cabeza y media. Podía conseguir ventaja de eso.

Esquivé ágilmente s cuchillo y tomé distancia.

? PELIBLANCO: Eres rápida. -admitió con sorpresa, para luego volver a acercarse a mi lanzándome un serie de ataques que pude parar a duras penas. -Pero no eres tan fuerte como yo.

Era cierto, sus ataques eran fuertes y siempre daban en el lugar que quería. Retrocedí guardando la distancia. Jadee cansada y me limpié el sudor de la frente, el chico hizo lo mismo. Los dos estábamos cansados. Tome impulso con el tronco de un árbol. Tenía que acabar rápido con esto si no me quedaría sin energías. La cabeza me dolía horrores y la fiebre me empezaba a abrumar la vista. Choque contra el arma de él e intercambiamos varios golpes. Mis fuerzas se estaban yendo al garete.

Llegamos a una parte de la montaña donde había un acantilado. Me aplaudí a mí misma cuando vi que yo solita me había acorralado. Me giré jadeando hacia el Lobito que sonreía divertido. No era una sonrisa maliciosa, es más parecía la sonrisa de un niño, llena de felicidad e inocencia. Parecía... feliz de luchar conmigo.

? PELIBLANCO: ¿Ya te estas cansando sombritas?

Me balancee hacia delante y atrás. No tenía más fuerzas.

Luego sentí el vacío bajo mis pies.

CAZADORA: Sujétame Lobito -le sonreí y me deje caer en sus brazos, que me recibieron con sorpresa, cálidos y fuertes.

Los fragmentos de ÉldritDonde viven las historias. Descúbrelo ahora