Capítulo 2

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Lo quería como si fuera su propio hijo, el había ayudado ah aquella pequeña elfo, a que lo diera a luz, mientras los otros tres luchaban para que no se acercarán a ellos.

Tu que tanto refutas Yang Ge, que te han hecho para que actúes así – cuestiono con una sonrisa y con curiosidad el santa.

Ja, si supieras te aseguro que no estuvieras iba risa Zhan.

Jajaja no te enojes que nadie te va querer así te estás poniendo más viejo Yang Ge.

Mocoso, respétame que soy trescientos años vas viejo que tú – le saco la lengua juguetonamente.

Entonces me dirás porque estabas molesto.

Ja imagínate que un humano tiene en brazos a mi baobei – cruzo sus brazos en el pecho molestó y a la vez abrió sus ojos en sorpresa por lo dicho.

Volteo su rostro para ver a su amigo, Santa Claus Xiao Zhan, ya no se veía dulce como un conejito, se había transformado en ese momento.

Sintió un escalofrío correr por su columna y quedó asombrado al ver la oscuridad asomándose por su mirada.

Santa era un joven azabache muy hermoso de complexión musculosa, piel blanca, labios rojizos con un lunar bajo su labio inferior, pequeña barba que lo hacía ver más varonil.

Su ojos color chocolate llenos de vida, alegría, le encantaba consentir a todos los niños cuando hacía su papel de Santa.

Era cariñoso con su padre y los elfos, pero con su abuelo, ese hombre había echo que perdiera el respeto y amor hacia él.

El azabache sabía de quién le hablaba el elfo mayor, aunque el no conociera aquel adolescente sabía cómo este lo trataba con cariño y lo quería como si de su propio hijo se tratara.

Vas a tener que ir y poner en su lugar a esa persona, porque a mí destinado, nadie lo toca – apretó sus puños molestos y se dio la vuelta para irse.

Acaso no fuiste tu el que dijo que rompía lazos con mi baobei – cuestiono con su ceño fruncido.

Yang Yang – hablo fuerte y molesto – haz lo que te digo, aparte quiero que busques un buen lugar, voy abrir una empresa para que el empiece a trabajar, quiero te encargues de eso.

El elfo sonrió de medio lado, al ver los celos de su amigo, por más que este dijera que cortaba lazos, sabía que su corazón no podía hacerlo.

Será como tú digas, solo no permitas que ellos descubran mi gran secreto – dicho eso desapareció dejando solo al santa con un sabor amargo en su boca de solo recordar las palabras de su amigo.

Por más que el elfo haya hablado con el amigo de su baobei, no había poder humano que los hiciera separarse.

Sin querer el elfo hacia que el santa bebiera litros de vinagre con sus palabras y eso que aún no conocía aún a su destinado.

Tres años han pasado y la Juguetería La Peonia a Sido un éxito total teniendo a un excelente administrador como lo es Yang Yang y Wang Yibo.

Eran un duo letal en los negocios, aunque la mayoría de veces Yang Yang se mantenía en viajes.

Wang Yibo aquel hermoso niño que desde pequeño recibía hermosos regalos mágicos de su tío Yang, aún no sabía quién era realmente su tío.

La empresa había Sido aperturas especialmente para el hermoso castaño que le encantaba crear muchos diseños de juguetes, era diseñador y a la vez administrador.

Aun no conocía quien era el dueño de tan excelente empresa, sus padres estaban muy orgullosos de él, ellos tenían sus negocios, pero el quería trabajar en una juguetería.

Siempre había Sido ese su sueño y hoy en día agradecía a la persona que le había dado esa oportunidad.

Baobei Yo – llegó emocionado su tío hacia su oficina.

Tío Yang, volviste de tu viaje – sonrió el lindo castaño levantándose de su escritorio yendo a saludarlo.

Mi pequeño baobei ya es todo un joven muy hermoso – tocó su naricita que parecía botón, el siempre tenía esa manía con su pequeño.

Wang Yibo era un joven tan hermoso que causaba muchos suspiros a su alrededor, sus pucheritos eran tentación para todo aquel que estaba enamorado en secreto de aquel hermoso doncel.

Tío ya no soy un bebé, ya estoy grande – hizo su pucherito y cruzo sus brazos en su pecho.

Jajaja si si ajá mi bebé grandote – sonrió juguetonamente el mayor.

Tío dime qué es lo que querías decirme.

Oh claro baobei, quería informarte que el dueño de la empresa viene en una semana, estará aquí supervisando la juguetería.

En serio tío que bien, espero le guste como está la empresa.

Se que le gustará y tú tambien baobei – susurro suavemente y le sonrió amorosamente.

El ya le había informado a sus amigos de la llegada del Santa al mundo humano.

El tiempo transcurría demasiado rápido, en un abrir y cerrar de ojos la semana había pasado, hoy era un día de locura en la Juguetería La Peonia.

Para el castaño todo debía estar a la perfección, quería sorprender a su jefe.

El azabache había tomado la decisión de ir a conocer y ver cómo iba la empresa que había abierto en el mundo humano especialmente para el hijo de sus amigos.

Aún no aceptaba que fueran destinados, tenía tan presente las palabras de su abuelo, pero ver el brillo en los ojos de su amigo cuando hablaba de él, le llenaba de curiosidad.

Quería conocerle, en lo más profundo de su corazón quería saber cómo era, si se parecía a sus amigos, como reaccionaria su corazón al verle por primera vez.

Al momento de entrar en aquel edificio su presencia era imponente, serio con una mirada fría, llena de orgullo, un digno heredero del legado mágico Claus Xiao.

Pero toda esa fachada se fue por un lado al ver a la criatura más hermosa que pudiera existir en el mundo humano y mágico, no había nada que se igualara a él, ni siquiera la madre naturaleza podría competir con su hermosura.

Su corazón latía como un semental, su magia recorrió por todo su cuerpo creando explosiones mágicas en su cerebro, su mirada quedó clavada en él.

No había poder humano, mucho menos mágico que pudiera quitar su mirada de él, esos hermosos ojitos color miel, llegando a dorados, su cabello sedoso y de un brillante castaño que llegaba a su hombro.

Su naricita de botón y su piel suave y blanquecina como la nieve, sus labios rosaditos y tersos como el pétalo de una rosa.

Ese hermoso gorrito que recordaba el día en que lo había enviado con su único amigo ah qué se lo entregara aún le quedaba, tan bello, le hacía dar ese toque tan tierno e inocente.

La magia dentro de él estaba haciendo estragos, trago fuerte cuando noto esa cinturita tan sexy y ese hermoso traje negro a su medida, todo en el gritaba que lo tomara en sus brazos en ese momento.

Su alma anhelaba y necesitaba tenerlo entre sus brazos, acariciarlo, besarle suavemente y hacerlo suyo desde el momento que su mirada chocolate se poso en él.

No quería sonar como un pervertido, pero la zona sur de su pantalón parecía carpa de circo, por la magia que le hacia querer devorar a su destinado.

Se arrepentía de decir que había roto todo lazo que lo unía a él, quería estar pegadito a su cuerpo, unido en cuerpo y alma, no quería perder tiempo, pero debería ir despacio.

Debía preparar el terreno, sabía que tenía mucho trabajo por hacer, ahora entendía porque su pequeño cachorro tenía muchos pretendientes, si era la primer maravilla del mundo, lo de los pretendientes, eso lo enojaba y sacaba de sus casillas.

Sus ojitos brillaban cuál dos estrellas en el cielo, su magia estaba alborotada, queriéndole dar todo lo que su corazón le dictaba y lo que su mente escuchaba el pequeño castaño quería.

Quizo suspirar profundo y gritar de emoción al ver ese tierno pucherito en sus labios, que lo hacía llamar al pecado.

En verdad ese hermoso niño era un llamado al pecado, un llamado a la tentación.

Buen día señor Xiao Zhan, es un gusto conocerle, le presento a mi sobrino Wang Yibo, es mi mano derecha en esta empresa – saludo Yang Yang queriendo sonreír al ver el rostro algo sonrojado de su amigo.

Quería verlo tragar reharto vinagre, es por eso que había contratado a Fan Xing como el asistente de Wang Yibo.

Baobei, te presento al señor Xiao Zhan, dueño de la juguetería La Peonia.

Es un gusto conocerle señor Xiao Zhan – saludo cortes y suavemente el castaño algo sonrojadito de sus mejillas al sentir esa mirada tan profunda, dando una reverencia – le presento a mi asistente, Zheng Fan Xing.

Gusto en conocerlo señor, estamos a sus órdenes – sonrió reverenciando.

El azabache frunció su ceño molesto y observo detenidamente como esos dos se miraban y sonreían, estaban juntos.

El gusto es mío, espero llevarnos bien, aunque creo haremos un cambio – frunció el ceño algo molesto – espero tenerlos a ambos en dos horas en mi oficina para saber su nuevo puesto.

Los dos abrieron sus ojos en sorpresa, algo nerviosos, primera vez que conocen al dueño y ya era un gruñón, el castaño bufo e hizo su pucherito como lo hacía cada vez que se sentía molesto.

Vayan a sus lugares, sigan trabajando y ustedes dos chicos no se asusten – les sonrió y acaricio con mucho amor la cabeza de su baobei, dándole un beso en su frente.

Tío Yang – susurro avergonzado al ver cómo todos lo veían con ternura.

Aunque seas grande no quiere decir que ya no eres mi bebé, aunque seas un viejito siempre será mi bebé consentido – se dio la vuelta hacia la oficina de su amigo.

Bueno, bueno que fue eso de haya afuera Zhan – cuestiono pícaramente.

El azabache de estaba de espaldas con su ceño fruncido.

Y tú Yang Yang como te atreves a traicionar me de esta manera – se dio la vuelta molesto.

Traicionarte es en serio Xiao, como te atreves a dudar de mi lealtad hacia ti – le respondió molesto también, parándose al mismo tiempo y teniendo una pelea con sus miradas oscurecidas.

Ja, insolente, te atreves a decirme que no, pero tienes a ese humano cerca de mí destinado trabajando juntos, acaso no te das cuenta como se ven ese par.

Pufffff, jajaja, así que es eso no, los malditos celos Zhan, celos, celos y más celos – sonreía molestándolo, de repente se puso serio – y tu porque sientes celos, acaso no dijiste que cortabas lazos con mi bebé.

Yang Yang – hablo entre dientes molesto – desde ahora ese humano es tu asistente y mi destinado estará conmigo.

Ja y si el no quiere estar contigo por gruñón, mmmm lo has pensado, viste como te portaste con el, que mirada hiciste – refutó molestando a su amigo.

Desde ese día el pobre castaño estaba entre la espada y la pared, Fan Xing y el señor Xiao como el le llamaba se la pasaban peleando con sus miradas.

Ambos querian la atención del tierno castaño, lo consentían, aunque el castaño no entendía el porque, esos dos se portaban así.

El tiempo pasaba tan rápido y el abuelo del azabache empezaba los preparativos para el trato que había echo.

Cachorro – susurro suavemente acercándose al castaño.

Mmmm – el castaño estaba algo nervioso al ver esa mirada tan intensa que le daba el azabache.

Hacia ya un año desde que estaban trabajando juntos como si nada, el tiempo pasaba rápido.

Sabes eh estado luchando contra esto, no quiero asustarte, se que aún hay un largo camino por recorrer pero ya no soporto más.

Wang Yibo, eres la persona más dulce, tierna y hermosa que eh conocido, haces que la magia de mi corazón se acelere y cree explosiones mágicas dentro de mi alma y cuerpo.

Eso sucede cada vez que estoy cerca de ti, tus lindas e inocentes sonrisas y esos tiernos pucheros hacen que mi alma rebose de alegría y quiera poder abrazarte.

Quiero cuidarte, consentirte y se la razón de ti alegría y el insomnio de tus noches, quiero que siempre pienses en mi, es por eso que hoy con el corazón en la mano te pregunto Yibo, aceptas ser mi novio cachorro – susurro amorosamente cada palabra que salía de su boca.

Sus ojitos desbordaban ternura y amor, sus mejillas sonrojaditas por cada palabra que decía, el brillo inusual que llegó a esos marrones ojitos al ver cómo estaba el otro niño y esa sonrisita ladina en su labios cerezas.

El castaño sentía como su corazoncito galopaba como un semental de carrera, sentía le hacía falta oxígeno en sus pulmones.

Las palabras no le salían de su garganta, era como si de algo mágico que se tratara, como cuando en las fiestas navideñas explotaban los juegos pirotécnicos en el cielo a media noche, esas luces de colores, eso sentía en su ser como algo dentro de él corría por todo su cuerpo por cada palabra que el azabache le daba.

A cómo pudo con su cabeza dio un movimiento afirmativo, haciendo que la sonrisa del azabache fuera mas resplandeciente.

El azabache se acercó aún más, poniendo sus grandes manos llenas de venas sobre su cintura – palabras cachorro, palabras, dime con palabras tu respuesta – susurro pegando su frente con la del castaño.

Acepto Zhan ge – susurro tiernamente cerrando sus ojitos y disfrutando del momento tan íntimo que tenía con su ahora novio.

El se había enamorado de su jefe tiempo después que empezaron a convivir más.

Puedo, puedo besarte precioso – sonrió apretando más su cintura y atrayéndolo más a su cuerpo.

Causando que el castaño pusiera sus pequeñas y tiernas manos blanquecinas en su pecho.

Si cariño – respondió el castaño – mmmmm – gimiendo en sorpresa al sentir los labios de su novio sobre los suyos.

Haciendo que sus almas se reconozcan, sin que nadie más lo viera, dentro de esa oficina, alrededor de ellos la magia que se había encerrado en sus corazones, salió a luz.

Aquella magia que aquel día el corazón mágico los unió, los hacía elevar en el aire, la magia brillaba en todo su esplendor, causando en sus interiores explosiones de emoción, algo que ellos por está en su momento íntimo no se percataron.

Aún más el castaño, el azabache tenía más oh menos una idea de lo que podría suceder, pero no estaba preparado para lo que estaba sintiendo en esos momentos cuando esa boquita preciosa y pecaminosa estaba sobre la suya.

Con timidez moviendo sus labios nerviosamente demostrando que era su primer beso, ambos habían guardado si primer beso para su destinado.

Pero el azabache había investigado cómo era para no decepcionar a la persona más importante de su vida, conforme el beso iba bajando de intensidad la magia también los bajo al suelo y volvió a entrar en sus corazones, dejando calidez en ellos.

Se separaron poco a poco, sonriendo ambos, sin saber que iban hacer interrumpidos por un ogro según los pensamientos del azabache.

Xiao Zhan has visto – abrió la puerta de un solo sin tocar y quedando con sus ojos sorprendidos al ver la que estos tenían.

Yang Yang – grito algo molesto el azabache, abrazando fuerte al castaño y este de lo nervioso enterró su rostro en el pecho de su novio.

Que está pasando aquí Xiao Zhan, que le estás haciendo a mi bebé – refutó algo molesto y de brazos cruzados el pelinegro.

Ja – bufo molesto el azabache – el es mi novio de ahora en adelante no le vuelvas a llamar bebé entendiste – cuestiono molestó.

Cómo que tu novio – se sorprendió – y quién te da el derecho de decirme cómo llamarle el es como un hijo para mí así que no puedes prohibirme tal cosa.

El pelinegro se acercó al azabache y tomo de un brazo al castaño para alejarlo del azabache, el pobre castaño en medio de dos personas que peleaban por el.

Sin embargo no esperaban un tercer persona en ese lugar – alto ahí – los tres presentes voltearon su rostro hacia el recién llegado – ese bebé que están peleando ya tiene dueño y ese soy yo – se acerco a ellos a tomar al castaño en brazos y lo jalo.

Sin darse cuenta los otros dos se quedaron sin el y Zheng Fan Xing se llevó corriendo iba risa al castaño que se abrazaba fuerte a este para que no lo votará y sonriendo de saber que su amigo lo había logrado sacar de ese lugar.

Cuando esos dos se peleaban sabían que eran muy tensos.

Zheng Fan Xing – se escucho dos gritos retumbar en aquel edificio dejando a todos los demás sorprendidos por dicho grito.

Aush eso parece que va doler – susurro indiscreto el humano.

Jajaja Fan Fan te escuché hoy si tienes miedo y cuando me robaste no – molestaba el castaño a su amigo.

A-Yi, deberías agradecerme y no estar burlándote de mi – refuto fingiendo molestia el joven.

Un pucherito y sus bracitos cruzados se pudo notar en el castaño.

Hey porque me miras así – se abrazo y acaricio sus brazos al mismo tiempo – das miedo cuando tienes esa mirada pequeño Yi.

Ja, como te miro, crees que fue poco sentir que ya nos caíamos cuando me traías corriendo sin saber de dónde agarrarme – pisoteo frunciendo sus labios en un puchero más grande.

Jajajaja vamos Yo, que bien que encontraste mi cabello para agarrarte – movía sus cejas juguetonamente hacia el castaño.

Fan Fan – grito avergonzado y tapando su rostro con sus manos – lo siento.

El joven se acercó a el y lo abrazo – no tienes porque pedir perdón pequeño, puedes hacer conmigo lo que quieras – lo observó detenidamente, acariciando una de sus mejillas con mucho amor.

Mmmm – se escucharon dos carraspeos, haciendo brincar a los dos del susto.

Veo que interrumpimos algo importante – sonó molesto el azabache.

No para nada jefe, solo estaba diciéndole al pequeño Yi que no tiene nada que agradecerme – sonrio el joven a su amigo.

Ok puedes soltarle la mano a mi novio por favor – apretó sus puños hasta que estos estaban blancos de la fuerza.

No…novio – se sorprendió Fan Xing, soltando sus manos, sintió como algo dentro de él se rompió, el amaba con todas sus fuerzas al castaño, pero al parecer le habían ganado la batalla.

Si novio – levanto su ceja cuestionándolo – algún problema con eso joven Zheng.

Un suspiro profundo y una mirada de dolor se notó en aquellos bellos ojos – no señor, perdón – hizo una reverencia tomando su lugar en la oficina.

La mirada del castaño estaba acuosa al ver el semblante de su amigo y de su novio, ni siquiera quería moverse de su lugar.

Baobei – susurro su tío al ver cómo estaba perdido en sus pensamientos.

Tío – susurro este corriendo a sus brazos y soltó un pequeño sollozo, provocando que el pelinegro le diera una mirada molesta a ambos.

Compermiso, debo llevármelo un momento – dijo y tomo en brazos como koala a su bebé.

Una semana después de aquel día todo llegó a la normalidad, ellos volvieron hacer amigos, al Fan Xing le encantaba sacar de sus casillas al azabache y tratarlo de viejo.

Seis meses después de hacerse novios tuvieron su primera vez en lugar muy especial, la magia del corazón del santa causaba que todo aquello que su destinado pensará quería sucediera.

Fue una sorpresa muy cautivadora para el castaño, que después de abrir sus ojitos de la intensa sesión haciendo el amor por primera vez con su amado, a su alrededor se podía ver cómo caían copitos de nieve y todo su alrededor de la habitación estaba decorado de las flores de blancas y pino.

Aquellos colores rojo, verde, amarillo y blanco, sobresalían de aquella bella decoración, eso avivó más la llama de la pasión en ambos.

Tres meses faltaban para que se cumpliera el plazo de aquel trato que había echo el abuelo Xiao con los Yang.

Xiao Zhan había conocido los padres del castaño, estos al principio no estaban de acuerdo pero al ver el amor y el cuidado que este tenía con su bebé accedieron.

Aunque para el pequeño Yibo, se le hacía raro porque su novio no le presentaba a sus padres si ya iba para un año de relación.

Por momentos se sentía triste, sentía como un presentimiento en su corazón, desde aquel día que había echo el amor con su novio, sentía que algo dentro de él había despertado pero no sabía que era.

Para el señor Xiao Fengmian, ex santa se le hacía raro que su hijo habían tiempos que estaba ausente del polo norte.

Había mandado a alguien a vigilar lo, pero su hijo lo había descubierto y siempre sabía cómo desviar la atención del guardián.

Puedes salir hoy a cenar conmigo en mi casa cachorro – metió un mechón de su cabello en su orejita.

El castaño observo con amor al azabache, enrollando sus bracitos en su cuello – claro mi amor, alguna ocasión especial que celebrar – cuestiono juguetonamente.

Mmmmm – se observo al azabache morderse su labio inferior – quiero pasar tiempo con mi baobei y hacerle el amor como nunca.

Zhan ge – se escuchó un pequeño grito y el rostro del castaño se enterró en el hueco del cuello del azabache.

Que amor – sonrió pícaramente el azabache, el sabía muy bien como su cachorro aún se sonrojaba al hablar de ese tema abiertamente.

Tu, como dices eso tan así – le golpeo su pecho.

Vamos amor, ya días no tenemos tiempo para nosotros, dime qué tu no anhelas eso también – saco su rostro de su escondite y con delicadeza lo tomo de su barbilla besándolo suavemente y apasionado.

Mmm – gimió el castaño y dio una pequeña mordidita en el labio de su novio.

No me provoques baobei, espera la noche, porque sino, no podré contenerme y te haré el amor aquí mismo en nuestra oficina – susurro en su oído mordiendo su orejita.

El castaño se alejo de el lo más rápido posible yendo para su escritorio, viendo de reojo como su novio se acomodaba su falo que parecía una carpa de circo, sintiendo como sus mejillas se calentaban de lo sonrojado que se sentía por tal acto.

Cosa que no pasó desapercibido para el azabache y se masajeo un poco y gimió deliciosamente cuando vio a su tierno novio mordiendo su labio inferior.


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