0||Prólogo

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Todo iba acordé su rutina, despertar, bañarse, ir al trabajo, regresar de este, comer y por último dormir.

Aunque las rimas dos cosas fueron interrumpidas ya que cierto castaño de ojos miel le llamo a Soarinng, quien cansado respondió con voz amigable conversando un poco.

Daniel su nombre real, aunque no siempre fue así, antes Daniela la chica de mirada dulce Al igual que su madre, siempre tuvo un problema con los vestidos y cosas femeninas, odiaba el hecho de ser llamada "delicada" "bonita" o cualquier mamada de eso, a ella siempre le justo las cosas de chicos, lo masculino y ser llamada "fuerte".

Al colgar la llamada vio su calendario «Mierda» pensó pues justo hoy iniciaba su celo, se quejo para ir a acostarse a la cama sin comer pues ya se le había quitado el hambre se metió entré sabanas retorciéndose, las orejas de conejo salieron a la luz junto a la cola del mismo animal chillo un poco para sentir vibrar su teléfono, al agarrarlo con dificultad era Aquino invitándolo a su casa pasado mañana, acepto pues ya debería haber bajado el celo con las pastillas son ningún problema, durmió intranquilo por aquel calor intruso en su parte íntima, quien estaba mojada, en la madrugada luego de horas viendo al techo decidió humillarse por milésima vez, con pena y vergüenza de si mismo saco un vibrador de su cajón que tenía para estás situaciones, se quitó su ropa para comenzar a introducir poco a poco el vibrador en su vagina, sintio un escalofrío recorrer su espalda entre más fondo metía pero era su única salvación, comenzó simulando embestidas lentas para después convertirse en unas rápidas y profundas que lo hicieron llegar al clímax, aunque aún así siguió por un buen rato, dejando el vibrador al máximo mientras se acostaba en la cama cansado, gimiendo aunque ese maldito vibrador no eran sus fantasías, era suficiente ya luego vería cómo mierda hacerle pero por ahora se conformaría con su juguete, gracias a la estimulación volví a correrse aún así no lo saco de nuevo interior, de hecho lo metió lo más profundo que podía y lo dejo ahí mientras apretaba las piernas jadeando y temblando «Maldita sea, esto es tan humillante...»

ǫᴘᴄDonde viven las historias. Descúbrelo ahora