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Un par de días habían pasado ya desde la última ocasión, esa extraña e incómoda ocasión en la que había estado evitando pensar para no sentirse raro.

Había hecho lo posible por distraerse, ya fuera con sus tareas o con las miles de cosas que diariamente hacía, pero ni siquiera eso parecía ser suficiente, el estar tan ocupado no evitaba que de vez en cuando, así fuera por un pequeño instante, el recuerdo de lo que había pasado regresara a su mente, haciéndole revivir todo una y otra vez.

La imagen de esos serios pero brillantes ojos lo tenía confundido, y cada vez que percibía que aquella sensación quería manifestarse como algo más, simplemente sacudía la cabeza, o se daba un golpe, o lo que sea que sirviera para alejar esos pensamientos.

No toleraría distracciones, al menos no de ese tipo y menos aún cuando toda su atención debía enfocarse en el examen que realizaría al final del ciclo.

Aunque bueno, siendo sincero tampoco había estado pensando en ello esos últimos días, la verdad era que lo único que le pasaba por la mente en aquel momento era en la fiesta a la que asistiría el fin de semana. El cumpleaños 16 de su amigo Colombia.

No era mucho de ir a fiestas ni de salir, pero al tratarse de su amigo y debido al hecho de que no solía asistir a ese tipo de eventos sino era con sus padres, no podía negar que inclusive se encontraba un poco emocionado.

Una pequeña distracción de ese tipo sí podía tolerarla, al fin y al cabo no era para tanto.

Así que, finalmente el día había llegado y ya todo se encontraba listo.

Se había bañado, cambiado y peinado conforme la ocasión. Nada demasiado formal, solo unos pantalones negros y una camiseta de vestir color azul marino, después de todo ahí estaría la familia del colombiano y no quería verse como un vagabundo al lado de ellos.

Además, había conseguido un regalo que estaba seguro le gustaría a su amigo, se trataba de una cajita de madera llena de sobrecitos de diferentes tipos de café y chocolate. Sabía que Colombia era fanático de ellos, y es por eso que no perdió la oportunidad de comprarlo para él cuando lo vio en el mercado.

"Bss, bss".

Un sonido de vibración lo interrumpió.

Curioso, desvió la vista del espejo y la giró hacia su celular, que se encontraba junto a él recargado en el tocador. Vio que una nueva notificación había aparecido en la pantalla, así que sin darle mucha importancia, optó por abrirlo.


de Canadá:

Qué te vaya bien en tu fiesta :)


Sí, le había contado al canadiense que saldría. Realmente no creyó que se acordara, aunque le parecía un lindo detalle.


Gracias. =)

Fue todo lo que le respondió, y posteriormente volvió a apagar el celular. No tenía mucho tiempo para hablar, además ya lo habían hecho días antes y no quería que su madre se enterara que de vez en cuando mantenía conversaciones con alguien que no era parte de sus amigos de siempre, porque seguramente le haría preguntas y la verdad prefería evitar todo eso.

Pero en fin, ya casi era hora de irse y Chile llegaría pronto, es por eso que se miró al espejo una última vez para asegurarse de ya estar listo. Se sonrió a sí mismo a través del reflejo cuando comprobó que era así, la verdad era que se veía bien, y aunque estaba un poquito nervioso, estaba seguro de que todo saldría bien, después de todo solo estaría con sus amigos. Comerían, se divertirían y tal vez bailarían, y no tendría porqué estar pensando en nadie más que no estuviera ahí en ese momento, justo lo que necesitaba...

Casualidad...❞ |Mexico's harem - Rusmex.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora