36🙏PERDÓNAME🥺

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          ✨Alain✨

Estaba en mi mesa Con mis padres, listo para cenar cuando escucho a ese imbécil tratar mal a mi Diosa. ¿Cómo se atreve? Ella no lo merece, así que me levanté y me dirigí a su mesa. Estaba muy encabronado y estaba dispuesto a romperle la cara. Aun así, de lastimado.

¡Oye! Suéltala, no te enseñaron a tratar bien a una dama. No te atrevas a lastimarla

—Mira, Imbécil, tú no te metas, esto es entre ella y yo.

—Ya basta, los dos, no quiero escándalos aquí -dice ella.

—Entonces Alessia, si no quieres un escándalo, dile a este idiota que se largue y nos deje en paz.

—El que se tiene que ir eres tú, Frederic, yo no tengo nada que hablar contigo. No sé cómo no me di cuenta de la clase de persona que eres.

—Te vas a arrepentir por haberme rechazado y humillado, entendiste, Alessia. Ya verás, cuídate.

No sé qué le dijo ese imbécil, pero ver la cara de preocupación de mi Diosa sé que no es nada bueno. Así que me acerqué más a ella y le exijo a ese maldito que se largue.

—Yo no voy a irme, así que sácame si puedes.

Justo en ese momento llegaron los de seguridad y lo sacaron a la fuerza. Vi los nervios y el asombro de Alessia; no me gusta verla así.

Después de una llamada ella nos agradeció. Cuando estaba por irse, mis padres y yo nos ofrecimos a llevarla a casa.

—Gracias por la ayuda de hace rato, además no es necesario que me lleven; puedo irme sola.

—No fue nada, querida, recuerda que ese hombre te amenazó; es peligroso que te marches sola.

—Es verdad, Alessia, mi esposa tiene razón. Déjanos llevarte.

—Se los agradezco, aunque no creo que sea necesario.

Sin peros, Alessia, te vamos a llevar, quieras o no.

—Está bien, vamos, estoy muy preocupada y asustada por mis hijos.

Luego de convencerla salimos del restaurante. Me entregaron mi coche y mis padres rápidamente subieron a la parte de atrás para dejar el asiento del copiloto para Alessia. Aun me cuesta manejar por mi brazo; por eso tengo cuidado, ya que aún papá no pude conducir.

La vi sorprendida y nerviosa en el momento de subir. Le abrí la puerta y ella se subió; yo di la vuelta y nos fuimos. No dijimos nada en todo el camino; ella llevaba su mente en otro lado.

Me percato que no le había pedido su dirección, así que con mi mano roce la suya muy lento y ella se asombró por el arrebato. Sentí una adrenalina y electricidad en mi cuerpo con solo ese gesto...

Disculpa, no fue mi intención asustarte.

—No te preocupes. ¿Sucede algo? - Dijo mi reina.

Es que no te pregunté tu dirección —habló sin quitar la vista del camino.

—Ay. ¡Es verdad! Te la pondré en el GPS del auto.

Si está perfecto.

Después de 25 minutos llegamos a la residencia en donde vive.
Bajo para abrirle la puerta del auto y justo en el momento en que nos despedíamos salió su abuela junto a su amigo y otra señora.

Hola buenas noches, señora. Mucho gusto de verla nuevamente; yo ya me iba, solo vine a dejar a Alessia a casa.

—Hola, hijo, que gusto de volver a verte y gracias por traerla y cuidar de Alessia. ¿No les gustaría pasar a tomar té aunque sea un momento?

L@S HIJOS DEL MAGNATE. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora