01||CAPITULO UNO

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❝HURTING A BAD MAN, AND IT'S HURTS INSADE WHEN I LOOK YOU IN YOUR EYE

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HURTING A BAD MAN, AND IT'S HURTS INSADE WHEN I LOOK YOU IN YOUR EYE.
WHAT ARE YOU WILLING TO DO?
OH, TELL ME WHAT YOU'RE WILLING TO DO?❞

Tokio -Aeropuerto Internacional de Narita


Camino rápidamente por el gigante aeropuerto en busca de la salida, palabrotas en español salen de mis labios provocando que una que otra persona voltee en mi dirección. Y no es para menos, quiero decir; no todos los días ves a una pequeña chica arrastrando un maleta que parece más grande que ella y de paso soltando palabrotas al aire en un idioma que poco tiene que ver con el que se habla en Japón. Aunque estoy más que segura que ninguno entiende ni una sola palabra de lo que digo, pero deben hacerce una idea por la forma en la que me expreso.

Para cuando por fin llego a la puerta mis pies ya están agotados, pero eso no impide que me acerque a la máquina expendedora que está a un costado de las puertas corredizas. Arrastro mi maleta hasta la máquina y luego la coloco a un costado para después sacar mi billetera de mi bolso de mano, saco las tres monedas para comprar mi delicioso jugo de fresa que creo que es una de las mejores cosas que produce este país.

Justo cuando voy a insertar la primer moneda un bruto pasa y me tropieza el hombro haciendo que el dinero vuele de mi mano y dos de las monedas caigan debajo de la máquina. Molesta me volteo hacia el tipo que me ha tropezado y del cuál no eh escuchado ni siquiera una disculpa.

—Coño de la madre ¿Y es que tú tienes los ojos de adorno?.— el hombre no responde si no que todo lo contrario, guarda silencio para después hacer un leve reverencia y retirarse rápidamente. —¿Ni una disculpa, en serio?

Trato de no estresarme y abro nuevamente mi billetera para buscar las dos monedas faltantes pero vaya sorpresa que me llevo cuando no encuentro más. ¿Tenía que pasarme esto a mi? Hoy no me había metido con nadie, aún.

Cierro la carterita y la guardo con fuerza nuevamente en mi bolso para poder marcharme, pero antes de tan siquiera darme la vuelta un brazo vestido por una chaqueta negra mete la7s tres monedas en la máquina.

—¿Qué vas a pedir?.— pregunta el desconocido desde atrás. Su voz cerca de mi oído me causa escalofríos, pero su cuerpo pegado a mi espalda se siente cálido, como si ya lo conociera.

En lugar de responderle yo misma presiono el botón que marca el jugo de fresa. El pequeño pote rosado se tarda aproximadamente diez segundos en deslizarse desde lo más alto de la máquina hasta caer en el recogedor, diez segundos en los que el desconocido no se movió ni un centímetro. Hago el amago me agacharme para recoger mi bebida pero el tipo me gana y la toma el primero.

El desconocido se levanta y por fin puedo ver su rostro, y vaya que era lindo. Sus ojos rasgados, su nariz perfilada y sus finos labios le hacian justicia a su gruesa pero linda voz.

𝑳 𝑶 𝑽 𝑬  𝑶 𝑵  𝑻 𝑯 𝑬  𝑩 𝑹 𝑨 𝑰 𝑵  ||Han Lue  [En Proceso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora