Cap. 1 Futura Instrucción

20 7 48
                                    

Fire Land

¡Xian! ¡Xian! —una mujer de pelo negro recorría aquel lugar mientras llamaba a su primogénito —¡Xian! —volvió a llamar con su enojo empezando a ser palpable en su voz.

No queriendo recibir la ira de su madre, aquel joven de 17 años decidió hacer acto de presencia —¡Aquí estoy! —grito mientras de un salto bajó del tejado donde se encontraba recostado, aterrizando con gran elegancia frente a su madre.

¿Qué estabas haciendo ahí arriba? ¿Sabes el rato que tengo llamándote? ¿Por qué no respondías?

Lo siento madre, recién te escuche.

¡Ja! ¿Es enserio? ¿Recién me escuchaste? —la sonrisa que se había formado en su rostro desapareció tan rápido como apareció —¿Frente a quien crees que estas? Yo soy tu madre, te tuve nueve meses en mi vientre, te di ese cuerpo que tienes, te crie, he estado la mayor parte del tiempo de tu vida a tu lado ¿Realmente crees que me creeré ese "no escuche tu llamado hasta hace poco"? Ese "recién te escuche" es tan falso como tus "ya no lo volveré a hacer".

Madre...

¡Madre nada! ¡¿Qué fue lo que hice mal en tu crianza?! ¿Por qué eres tan rebelde e irresponsable? ¡¿Sabes que hace horas tu padre ha llegado?! —aquello sorprendió a Xian.

¿Padre ha llegado? ¿Tan rápido ha realizado su viaje?

¡Claro que ha regresado! ¡Te lo acabo de decir! ¡Y no solo no lo recibiste sino que tampoco te mostraste en la cena! ¡¿Qué clase de hijo eres tú que no cumple con su fidelidad?!

Yo... madre... lo siento, no tenía idea que padre ha regresado, aún no lo esperaba, pensé que su viaje iba a ser más duradero. A parte nadie vino a avisarme

¡¿Y puedes explicarme como rayos pretendías que alguien te avisara?! ¿Cuándo estás todo el tiempo comportándote como un chiquillo jugando a las escondidas? Desapareciendo a tu antojo y siempre escabulléndote y escondiéndote como un malhechor en plena fuga ¡Es imposible que algún sirviente pueda encontrarte!

Madre yo...

¡Calla tus palabras! Ahora acompáñame a ver a tu padre que tiene algo que decirte.

Las últimas palabras de su madre crearon en él algo de ansiedad, sin decir nada siguió a su madre hacia el Pequeño Caldero. Por la hora los pasillos estaban carentes de sirvientes, solo los guardias que custodiaban distintos puntos se encontraban a la vista, reverenciando al ver pasar a la matriarca y al futuro patriarca.

Después de no mucho tiempo llegaron a su destino. El Pequeño Caldero era el segundo salón de reuniones y se encontraba en una cueva dentro del volcán, de menor tamaño que el primero, servía para reuniones pequeñas e íntimas; iluminado por el magma que podías ver fluir detrás de las paredes, llenando el lugar de calidez y luz; el piso de carbón estaba decorado en el centro con una flor de loto roja.

Al entrar observo a algunos discípulos que también se encontraban allí, entre ellos vio a Liu, que lo miraba de una forma nada amable, lo cual no era raro.

Su padre se encontraba sentado en su lugar correspondiente como líder de secta, al ver a su hijo mayor una sonrisa se formó en sus labios.

—¡Hasta que por fin soy digno de verle la cara a mi hijo! —no hay necesidad de decir que estas palabras estaban cargadas de ironía.

Padre —mientras decía esta palabra se hincaba sobre una rodilla —padre perdona a tu hijo, quien no ha podido darte una bienvenida como se debe.

Black White (Boys Love)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora