Por más veces que se duchaba, se lavara sus manos, lavaba su boca, su cuerpo, no dejaba de sentirse así.
Constantemente ese recuerdo invadía su mente y lloraba al recordarlo, golpeaba su cuerpo por el asco y la culpa que sentía, a pesar de que paso demasiado tiempo, no era fácil de borrar.
Dejo de sentirse viva, vivía en miedo constante a su alrededor por ello, lo veía en todas partes y salía huyendo, tomaba medicamentos pero ni siquiera eso podía hacerle olvidar aquello.
Su familia intento hacer salir a delante su vida pero no era fácil.
No era fácil olvidar un abuso sexual.