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Solo habían pasado algunas semanas después del regreso de Darkar y se podría decir que el ambiente en aquella casa era diferente, tenía una vibra que jamás antes se había sentido después del fallecimiento de la madre de Darkar, y eso era la paz y el amor. 

Ambos jóvenes se respetaban mutuamente por primera vez, y no solo eso, también tenían charlas sin terminar en alguna discusión sin sentido, empezaron a conocerse el uno al otro fuera de los malentendidos y gritos.

Darkar en su intento de rehabilitación, consiguió ser empleado nuevamente en la cadena de comida rápida: Nalgdonald's, después de que Mecoboy hablara con el jefe del lugar para que se le otorgara una segunda oportunidad al chico, sorprendentemente este se le otorgó, dándole así su primer trabajo "digno" sin ser corrido al primer dia.

Mecoboy por su parte, seguía en su mismo trabajo explotador siendo contador en la empresa, pero al menos por fin se podria decir asi mismo y al mundo que, el estrés ya solo se encontraba en su trabajo y ya no se prolongaba incluso en su propia casa, eso le daba un alivio una vez que salía de su jornada laboral.

—Contabilidad — dijo una vez tomado el teléfono fijo que estaba en su escritorio de oficina, había pasado al menos ya la mitad de la jornada y podría decirse que hasta el momento todo marchaba de manera tranquila, sin tanta carga de trabajo.

—Espero no interrumpirte pero ¿La salsa para el espagueti se pone antes o después de escurrir el agua?

Antes de que incluso este terminara de formular su pregunta, ya sabia de quien se tratase. Las llamadas telefónicas en el trabajo no habían cesado por parte de su compañero, pero el contenido de estas habían pasado de ser chistes y burlas a ser preguntas sobre cómo realizar ciertas tareas del hogar y de la cocina, y por supuesto, esto a Mecoboy no le resultaba molesto, de hecho todo lo contrario.

—Después de que cheques que esté bien cocido la pasta, lo escurres y lo dejas un lado, mientras que en otro sartén con tu salsa esperas que hierva para vertir ahora si tu pasta e integrarlo, no al revés —dijo tranquilamente el chico de blanco, con una sonrisa boba tras el teléfono, escuchando de fondo como su compañero movía lo que parecían ser los sartenes.

—Muy bien.. ¡Gracias amigo! No falta decir que te tengo una sorpresa cuando llegues a casa y.. Suerte en tu trabajo Mecoboy. 

Una vez que su compañero colgó, dejó el teléfono en su respectivo lugar mientras este gritaba de forma interna, el cambio de Darkar se notaba a kilometros al igual que la dedicación de hacerlo sentir bien, sus sentimientos al dia de hoy sobre su compañero ya no eran tan confusos como antes, aunque no supiera mucho sobre el sentimiento del enamoramiento, sabía que algo de esa índole le estaba afectando.

Desde la segunda semana en el que este había vuelto, Darkar cada dia le preparaba algo de comer aunque fuera algo pequeño, ya sea de desayunar o de cenar, tanto su estómago como su corazón estaban totalmente llenos, y para recompensar aquel esfuerzo, cada semana que llegaba su cheque se esforzaba para comprarle al menos un juego para el Mexbox, lo cual hacía muy feliz a su compañero y por consecuencia, a él también.

Su jornada de trabajo había acabado, chequeo su salida y tomó el primer camión hacía hogar. Una vez llegado ahí, solo giro la perilla para entrar, significando que su compañero estaba ahí adentro, lo cual una sonrisa desprevenida siempre aparecía en su rostro cada vez que entraba con facilidad a su casa.

—He llegado —dijo el humanoide mientras desamarraba su corbata, en eso Darkar apareció saliendo de la cocina para darle un fuerte abrazo, esto también había sido un cambio entre ellos y era que, cada vez que uno de los dos llegara a casa, el otro lo recibiría con un abrazo, siendo más comúnmente Darkar quien daba el abrazo.

El ultimo regaño.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora