Ojos azules

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                                     "Amber Evans no creía en el destino hasta que se topó ciertos ojos azules"

                                                         
Amber, una chica de 16 años, tenía mucho conociendo sobre medicina (gracías a su abuela) y estaba muy al tanto de cada actualización de la tecnología, estaba muy interesada en ella, al estallar la Segunda Guerra Mundial Amber se enlista como enfermera para ayudar con los soldados, le pagarían por esta ayuda por lo que no lo dudo, ya que solo vivia con su abuela quien vendía postres al vecindario, a pesar de ser muy joven destacó mucho en sus exámenes y practica por lo que rápidamente fue aceptada.

Era un día muy ocupado Amber iba de un lado al otro, llevando medicinas y frascos por todo el lugar intentando ayudar a los soldados heridos, tenía muchos en espera por lo que empezaban a ser molestos con ella
—¿hasta que hora nos tendrás esperando? Se más rápida—
Exclama un soldado molesto, Amber no se inmuta, sabía que venían molestos pero lo mejor era ignorarlos y seguir con su labor, no es hasta que un fuerte azotón en su glúteo izquierdo la hace voltear furiosa dispuesta a golpear al insolente soldado, pero se da cuenta que una gran mano agarra del cuello al soldado, un joven lo toma por el cuello poniéndolo contra la pared más cercana
—soldado Victor le sugiero que no vuelva a tocar a la dama si no se llevará una paliza por mi mismo—dice bastante molesto
—- sa-sargent-o Barnes lo siento mucho— dice con miedo
— discúlpate con la señorita, no conmigo — le dice amenazante
— discúlpeme señorita— dice cabizbajo el insolente, Barnes lo suelta y le da una patada en el trasero a lo que este sale corriendo a la puerta saliendo del lugar.

Amber se le queda viendo y murmura un pequeño "gracias"  el sargento solo le sonríe para regresar a la fila, la chica sigue en lo suyo, cada vez hay menos soldados, las demás enfermeras empiezan a recoger a lo que Amber voltea a la camilla y se encuentra con unos curiosos y bellos ojos azules que la miran expectante
— Vaya, si que eres paciente sargento—dice la chica con cierta simpatía
— yo si soy civilizado.........¿estás bien?—dice con una pequeña sonrisa                                        
— Sip lo estoy, lamento el drama—responde la chica
—No te disculpes, Víctor será buen soldado en el campo de batalla más como persona es un asco, no te disculpes al contrario. —Le dice intentando conversar más con la chica
—Si no es mucha indiscreción ¿que hace una chica tan linda y joven aquí?—Pregunta de forma coqueta
Amber alza una ceja ante la pregunta del sargento, si era mucha indiscrecion
Barnes carraspea—bueno, me refiero a que la mayoría de las enfermeras en este lugar son ancianas, amargadas y con la nueva convocatoria hay todavía más ancianas—dice con cierto tono cómico
La castaña sonríe levemente limpiando las heridas del sargento — mm pues no es tan mala paga, además de que aprendo mucho aquí y concuerdo mucho contigo, desde que llegue no dejan de juzgarme y verme feo, no todas, pero si la mayoría—dice en tono bajo en el que solo ella y el sargento escuche
—Cuantos años tienes?—le pregunta
—16——responde a lo que el ojiazul la ve asombrado para después verla con una sonrisa abrochándose de nuevo su camisa cuando la castaña dio su trabajo por terminado
—espero verte pronto—cierra los ojos brevemente enfocando a la placa en su pecho.
—Amber, que nombre tan inusual——- dice el ojiazul
—¿estás diciendo que mi nombre es feo sargento?—dice divertida
El soldado abre los ojos para luego reírse —noo, para nada, al contrario tu nombre es igual de bonito que tu, encanto—dice guiñándole el ojo mientras camina hacia la salida dándole una señal de despedida, la castaña lo corresponde mientras sonríe y siente sus mejillas calientes.

Amber agarra su abrigo y sale de la enfermería para caminar a su casa, al llegar saluda a su abuela que esta contando el dinero de las ventas de hoy, le va muy bien con sus postres, gente de la alta sociedad viene a comprarle por lo que es un buen sustento, Amber se sienta y cena un poco de las sobras que quedaron de la comida mientras le conversa a su abuela sobre su día (saltandose el accidente con el soldado) después de cenar Amber se acuesta y se dispone a dormir, no sin antes dar un suspiro al recordar al soldado de ojos azules.

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