Podrán borrar la memoria, pero jamás podrán borran los sentimientos.
-jjk.
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Aquella señora de tan solo 37 años estaba totalmente sorprendida y orgullosa de lo que veía adelante de sus ojos. Cruzo uno de sus brazos y apoyando otro, llevando uno de sus dedos a la boca. Moría de ansiedad, quería saber lo que pasaba con aquel chico.
—Es apto para el reseteo. —Anunció uno de sus científicos. Mientras se sacaba aquellas antiparras de sus ojos para que no les afectaran a ellos. Saliendo de aquel lugar de laboratorio, donde se encontraba aquel chico rubio completamente desmayado y anestesiado.
—¡Bien! Procedan, ya. —Dio la orden de inmediato mientras una sonrisa triunfante se formaba en su cara. — Uno por uno van cayendo y no voy a parar para encontrar a cada uno de ellos. —Dijo Karine, con mucha frialdad en sus palabras, se reflejaba muchísima bronca, ira y enojo.
Karine veía absolutamente cada paso que le hacían a Jimin, ella obviamente sabía quién era el, sabía que eran parte de ellos y eso le elevaba un poco más el ego de que ella ganó. Una vez más ganó.
Esto es una completa guerra, Jungkook y los chicos no sabían con quién estaban tratando de competir, era completamente imposible ganarle a la jefa de ministro, con todos sus guardias y protegidos al rededor de ella. Y más sabiendo que sus amigos, no los ayudarían por que no los van a poder recordar.
Sin embargo, ni viendo todo lo que le hacían al rubio, le causaba algún tipo de empatía. Tenía la sangre completamente fría, no podía sentir pena o lastima por ninguna persona, era una psicopata.
El reseteo duró pocas horas. Alrededor de seis horas, casi nada para los científicos, han tardado más con algunas personas, pero con Jimin fue completamente fácil y rápido. Quizás no vivió muchas cosas que lo marcasen. Aquella no podía evitar sentirse tan ansiosa para ver al nuevo robot que se habría convertido el rubio. Uno más para su lista de su "mundo perfecto y millonario".
Uno de sus científicos, volvió a hacer el procedimiento de hace pocas horas. Salió de aquella oficina quitándose sus antiparras para poder mirar bien a Karine. Él decidió hablar.
—Ya terminamos con el proceso. —Dijo sacándose los guantes que tenia puesto. —Lo que me pareció completamente raro, es que con otros tardamos entre un a dos dias y con él tardamos sólo seis horas. —Comentó.
—Mejor, ¿No? Ya le van agarrando la mano de hacerlo más rápido, buen trabajo. —Dijo Karine con una sonrisa. — Bien, dejen descansar al cuerpo, mañana temprano vengo a despertarlo. No lo pierdan de vista, ya saben lo que tienen que hacer y no sean tan inútiles. —Amenazo mientras agarraba su bolso de channel lujoso negro y se dirigió hacia la puerta del ascensor.
•••
Era una hermosa mañana o al menos para Karine lo era. Se despertó a primera hora para poder ir a la oficina donde ella y sus científicos trabajaban para poder despertar a su nuevo robot, Jimin.
—Buenos días. —Dijo Karine con una gran sonrisa. — Lissete tráeme un café hirviendo, ya mismo y me lo dejas en la oficina. —Ordenó firme mientras iba al pequeño cuarto de laboratorio donde se encontraba el rubio totalmente en el mismo estado en el que lo trajeron.
