del 28 de diciembre al 3 de enero

0 0 0
                                    

No me he olvidado. Si que puede ser que me haya dado pereza escribirte. Ya te dije que la semana pasada empezaba en el trabajo nuevo y he estado muchas horas en la clínica, informándome de casos e intentando adaptarme lo mejor que he podido. Aún me queda un largo camino pero oye, estoy en ello. Esta semana también es un poco dura. Hoy me he despertado a las 6:30 y hasta las nueve de la noche me toca clínica. Y mañana 12h así que, perdón si tampoco te escribo pero los pocos minutos que tengo, son para descansar.

Las fiestas ya casi llegan a su fin. Ha habido un par de días intensos el fin de semana con Jesús porque sentía que no valoraba que me levantará temprano a ayudarle con la moto, le dejaba el coche para el remolque y la ruta que han hecho el día de noche vieja, apenas ha sacado él tiempo para nosotros y eso, no me ha hecho sentir bien. Me hacía sentir que soy el plan d) y no quiero ser la última opción. Pero lo hemos hablado y bueno, parece que nos hemos entendido. Aunque el domingo pues, me he llevado ese mal rato y enfado pero mira, ahora al menos me enfado y es algo que nunca me había pasado en 6 años con él. En parte me alegro porque eso demuestra que nos importamos mutuamente también. Que no es simplemente el pasar tiempo muerto juntos y ya. Y que puedo expresarme en nuestra relación también.

Al final noche vieja llegó y se fue en cuestión de segundos. Prepare la cena para mí sola y en nada estaban sonando las campanadas. Ni lo vi venir. Muchos piensan que pasarlas solas es muy triste y, aunque no es un planazo y claro que echo de menos estar con mamá, cenar con gente algo especial y eso, no lo habría cambiado. Quiero paz también en mis días y no la hubiera tenido cenando con gente que no es del todo relevante para mí durante el año.

Conseguí que Jesús quisiera salir y a la una y media llegamos a Torrelavega. A las dos y media estábamos en casa. Somos unos viejos. Como él dice, olemos a pino ya. Que mal.
Eran todos niños y apenas había gente en Torrelavega. Recuerdo que el primer año hasta costaba movernos y ahora.... Nunca nos han ido las fiestas como tal pero jo, para un día que elegimos salir... Así es imposible hacer ganas.

David y Bea, Meri y alba se están convirtiendo cada día más en amigos. Creo que puedo confiar en ellos como llevo tiempo sin hacerlo. Con la tontería de la moto, Jesús sale más con gente "nueva" y el lunes sin quererlo estábamos desayunando con unos conocidos. Pero tengo que hablar con él sobre contar cosas que a mí no me apetece que otros sepan. Es muy sincero y le da igual hablar de ello y me parece bien hasta cierto punto. Yo no confío tanto en estas personas y no quiero que sepan demasiado de mi vida.
El cumple de Meri es en enero y el mío en febrero y hemos comentado de hacer una casa rural la primera semana de febrero. Si te soy sincera, no sé a quién invitar. Me he aislado tanto sin querer del todo....

Paula también es un sol. Ha estado toda la semana pendiente del trabajo nuevo deseándome suerte y queriendo estar ahí para lo que sea. Me siento muy arropada por ella. Te pongo en contexto: también es logopeda y cuando yo estudiaba, hice algunos días de prácticas en la clínica en la que estoy ahora. También hemos coincidido en la playa y alguna fiesta de pueblo pero ahora estamos conectando algo más y me apetece abrirme con ella. Es un solete.
¿Sería precipitado invitarla a la rural?

De pronto están llegando personas buenas que están ahí y me resulta tan extraño... No estoy acostumbrada.

Me iré dando oportunidades poco a poco.

Voy a prepararme para hoy que va a ser un día largo pero bueno.

Me lo merezco.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jan 03 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Me lo merezco: diario abierto Donde viven las historias. Descúbrelo ahora