—Espera, espera, deja asimilarlo. ¿Me estás diciendo que Tanner Evans es Tanner Evans?
—Sí Dawn. Mi perfecto Tanner Evans literario es el Tanner Evans que está ahora merodeando por mi casa.
Ni yo misma lo podía creer. Después de mojar con jugo de naranja a mi mamá y a Tanner salí corriendo de la cocina arrastrando a Dawn conmigo.
El Tanner Evans irlandés es exactamente igual como yo me imagino al Tanner Evans literario.
— ¿Y tú crees que todos esto se debe a una estrellita mágica? —asentí—pues si así fuera yo en este instante viviría en un castillo de caramelos y estuviera casada con algún príncipe de Disney. Estás completamente loca Blake.
—¡No estoy loca!, cuando tú y tu novio se fueron me quedé viendo a la ventana y pasó una estrella fugaz, le pedí que Tanner Evans fuera real y a la mañana siguiente me entero que Tanner Evans es real y además que ¡vivirá en mi casa!
—Claro Blake, eso es un argumento totalmente lógico y coherente.
>>Creo que debe ser una coincidencia o tal vez estás tan obsesionada con tu Tanner Evans que ahora crees que es igual al Tanner Evans real.
Nada más eso me faltaba, que mi mejor me considere una loca.
—Cree lo que quieras Dawn.
—Bien, entonces yo bajaré a terminar el desayuno que dejé a medias gracias a tu ataque de histeria.
Me lancé a la cama y Dawn salió de mi habitación.
Respira Blake, respira. Hay que ver el lado provechoso de todo esto; ¡Tendrás a Tanner Evans en tu casa!
Toda esta situación es muy extraña, que una estrella te cumpla un deseo es... raro. O bien, tal vez se trata de una simple coincidencia como dijo Dawn.
Me levanté de la cama, caminé hasta la puerta y salí para terminar mi desayuno pero al salir choqué con él. Tanner.
—Perdón—le dije agachando la mirada—por esto y por lo del jugo.
—No hay cuidado.
—Soy Blake la chica loca que suele recibir a la gente con un baño de jugo de naranja.
Tanner rio divertido y yo también lo hice pero para ocultar mis nervios.
—Un gusto—sonrió—Tú ya sabes cómo me llamo así que no hay necesidad de que me presente—asentí.
—Creo que iré a terminar desayuno. No vemos por aquí—me sonrió y seguí con mi camino hasta llegar a la cocina.
Tanner me pone muy nerviosa y no sé si es por el hecho de que se asemeja a la apariencia de mi chico perfecto, más bien es idéntico, o porque simplemente es muy atractivo. Tal vez por ambas.
Me senté en silencio a terminar el desayuno en compañía de Dawn mientras ella alardeaba sobre su cita con Kurt.
Sí Dawn, restregarle en la cara tu relación amorosa a tu mejor amiga la solterona.
Fingía interés en las palabras de Dawn, no es que no me interesara simplemente decidí ignorarla para no recaer en mi depresión, además de no quería estar enterada de las posiciones sexuales que ella y Kurt practican. Dawn suele contármelo todo, y cuando digo todo estoy hablando de absolutamente todo y con lujo de detalle.
Mi mejor amiga cerró la boca cuando mi mamá entró a la cocina después de haberse tenido que dar una ducha y ponerse ropa que no estuviera mojada por jugo y mi saliva.
—Bueno chicas es hora de que me despida ya que no podré terminar mi desayuno gracias a que alguien—hizo énfasis en la última palabra—me escupió jugo por una razón que desconozco y que no pretendo descubrir. Me despiden de Tanner por favor.
—¿Pretendes dejarme sola con él?—le cuestioné.
—Tengo que ir a trabajar ya que soy yo la única que aporta ingresos a esta familia. Además Dawn estará contigo.
—Pero no todo el día—me quejé.
—Tanner no te hará nada Blake, no seas paranoica.
Tomó sus llaves y así sin más se fue dejándome con las palabras en la boca.
¿Por qué no puedo tener una madre desconfiada y sobreprotectora? No, yo tengo una mamá completamente liberal y que brinda su confianza a cualquier desconocido.
—Entonces Blake como te decía, salimos de su departamento y dijo las palabras más hermosas que he escuchado, aunque sinceramente ya no las recuerdo pero eran muy bellas, me plantó un beso y me trajo de vuelta a tu casa. ¿No es el chico perfecto?
—Sí Dawn. Kurt es el chico perfecto.
—Tengo suerte de conocerlo—tiró un suspiro y unos cuantos corazones. Su teléfono comenzó a timbrar y lo atendió.
Estaba discutiendo con su madre o eso suponía yo ya que con las únicas personas con las que Dawn discute es conmigo y con su madre y como yo estaba a un metro y medio de distancia y mi teléfono estaba con -45% de carga era relativamente imposible que fuera yo.
—Blake tendré que irme.
—No me dejes sola Dawn—le supliqué.
—Lo siento cariño pero si tardo un segundo más en llegar a mi casa mis padres me castigarán de por vida, ya los conoces.
—Entiendo—suspiré. Dawn salió de la cocina para, supongo yo, recoger sus pertenencias.
Terminé mi desayuno y lavé los platos sucios para matar el tiempo esperando a Dawn.
—Bueno Blake, es hora de irme.
— ¿Necesitas un aventón hasta tu casa?
—No pero gracias. Mamá está afuera esperándome, desde que inicié con mi rebeldía ella decidió que me llevará y recogerá a todos lados—hizo una mueca graciosa que me hizo reír— ¿Y cuál será tu plan?
—Encerrarme todo el día a escuchar música. Aun considero perturbadora la presencia de Tanner.Ya había pasado una hora y media desde que Dawn se fue de mi casa, había repetido como tres veces la lista de canciones de mi teléfono y no tenía nada que hacer más que ver el techo de mi habitación. La aburrición me consumía lentamente y estaba tentada a salir de mi habitación pero mi fuerza de voluntad era más grande.
Tanner ocupó la habitación de al lado de la mía, que suerte tengo, desde nuestro último roce ya no lo volví a ver. Solamente había escuchado algunos ruidos provenientes de su habitación, a lo que yo asumí que estaba desempacando.
Me quité mis auriculares pero seguí recostada, los ruidos habían cesado por varios minutos y luego tocaron a mi puerta.
¡Santos cielos! Debe ser Tanner, él y yo somos los únicos en la casa, a menos que sea yo pero eso es prácticamente imposible así que obviamente es él.
Me levanté de mi cama y con los pies de gelatina caminé hasta la puerta para abrirla. Efectivamente, Tanner se encontraba detrás de la puerta, con el cabello húmedo y otro conjunto de ropa que lo hacía ver más atractivo, ¿Puede eso ser posible? Al parecer sí.
—Hola Blear...
—Blake—Lo corregí y sonrió avergonzado.
—Lo siento. Hola Blake, perdón por molestarte, ¿Me podrías hacer un favor?—asentí—necesito algunas cosas, ¿Crees que puedas acompañarme a algún supermercado o alguna tienda de servicio?
—Claro Tanner—le sonreí y el me devolvió el gesto—sólo dame un segundo para colocarme un suéter.
Entré de nuevo a mi habitación y corrí hasta el baño para tratar de arreglar el desastre rojizo que era mi cabello, lo recogí en una trenza improvisada y me puse algo de labial en mis pálidos labios.
No voy a engañar a nadie, es obvio que quiero impresionar a Tanner Evans.
Ya me había cambiado mi pijama así que solamente tomé un suéter ligero color crema y una sombrilla ya que unas nubes grisáceas en el cielo amenazaban por soltar una tormenta. Salí de mi habitación para encontrarme con Tanner por tercera vez
—Hay una tienda de servicio a unas cuantas cuadras de aquí.
Salimos de mi casa y caminamos las cinco cuadras correspondientes para llegar al establecimiento.
El camino fue muy agradable, hablamos de cosas sin sentido y sobre nosotros. Aproveché para preguntarle sobre su vida en Irlanda y porqué había decidido venir a Seattle a terminar su preparatoria. Él respondió cada una de mis preguntas y yo lo hice con las suyas.
Tanner compró todo lo que necesitaba y yo aproveché para comprar algo de comida chatarra.
—Eso no es bueno para tu salud—me reprendió Tanner al salir de la tienda de servicio.
—Pero es bueno para mi paladar—le mencioné divertida y rió.
—Eres una chica increíble Blake.
¡Oh, por Dios! Acaba de decir que soy increíble. Tranquilízate y trata de disimular el efecto que tuvieron sus palabras en ti, ¡y deja de sonreír como estúpida!
—Gracias—susurré con mis mejillas coloradas.
—Es la verdad—me sonrió.
Una ráfaga de viento nos alcanzó y las gotas de lluvia no tardaron en aparecer. Mi predicción climatológica había sido acertada.
Abrí mi sombrilla y ambos nos resguardamos debajo de ésta.
Metros después una nueva corriente de viento nos volvió a alcanzar haciendo que Tanner soltara la sobrilla y un auto pasara por encima de ella.
—Lo siento.
—No te preocupes—le sonreí—creo que deberíamos correr si no queremos quedar empapados y pescar un resfriado.
Tanner me dio la razón y comenzamos a correr entre ataques de risa y chillidos de mi parte.
La lluvia se había vuelto más intensa y las gotas de lluvia parecían pequeñas dagas, no podía ver nada así que en un paso en falso terminé cayendo arriba de Tanner encima de un charco de agua. Él ayudó a levantarme.
— ¿Te encuentras bien?—no pude responderle ya que la risa no me dejaba articular palabra alguna así que él lo tomó como un "sí" y comenzó a reír, lo que yo tomé como un "yo también estoy bien". Me tomó de la muñeca y seguimos corriendo hasta llegar a mi casa.
Llegamos mojados y agitados, pero segundos después la risa nos volvió a atacar.
Sin duda fue el mejor día de todas mis vacaciones.Buenos días/tardes/noches. Nos leemos otra vez estoy feliz y emocionada, ¿Les agradó el capítulo? Pues espero que sí. El tercer capítulo lo publicaré muy pronto ya que lo tengo empezando.
¿Qué piensan sobre Blake y Tanner?
Bueno es hora de despedirme. Nos leemos luego.P.D: La foto del ardiente Tanner Evans (Ben Bowers) en multimedia.
Noah Nixon.
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Como un cuento de hadas.
Romance"Simplemente escribí lo que deseaba y al otro día él tocó a mi puerta". SAGA LA VIDA DE BLAKE ES... (#1)