𝐈𝐋𝐇 ⌇ I give her all my love, that's all I do and if you saw my love 𝙮𝙤𝙪'𝙙 𝙡𝙤𝙫𝙚 𝙝𝙚𝙧 too.
Harriet Rose amaba la vida, el otoño y
los libros. Mientras que Charlie amaba
l...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
TODOS LOS MUCHACHOS YA ESTABAN EN EL SALÓN, LANZÁNDOSE BOLAS DE PAPEL y riéndose, pues aún no aparecía su nuevo profesor en el aula. Harriet estaba junto a Neil, riendo con algo de burla al ver como Pitts y Charlie tenían una pelea de bolas de papel.
—¡Vamos, Pitts, yo confío en ti! —Alentó Harriet, mientras fingía aplaudir.
Charlie alzó una ceja, viéndola "ofendido"—. Me dueles, Hattie, creía que yo era el único chico en tu corazón. —dijo, posando su mano en su corazón para dramatizar.
Neil soltó una carcajada, recargándose en su asiento.
—Lo siento, Dalton, pero ahora Pitts es el dueño de mi corazón —contesto Harriet, con una gran sonrisa.
Todos los demás seguían aventándose bolas de papel, Todd estaba sentado sin hablar con nadie, sus ojos estaban en su mesa, tratando de ignorar a todos a su alrededor.
Neil le lanzó una mirada a Harriet, que ella entendió al instante. La rubia fue a su lugar a sentarse, Neil estaba a punto de abandonar el suyo para ir a Anderson cuando el profesor apareció. Todos se callaron de inmediato, viéndolo con atención, esperando un regaño por todo lo que estaban haciendo o alguna indicación.
Pero su nuevo profesor solo abandonó el salón, dejando a todos confundidos.
—¿Deberíamos seguirlo? —preguntó Meeks en voz baja, señalando por donde el mayor había desaparecido.
Harriet asintió, levantándose de su lugar con rapidez, acomodó su falda y comenzó a correr hacia la puerta deteniéndose de golpe cuando la cabeza del profesor se asomó.
—Bueno, vamos. —les dijo con una sonrisa, viendo con algo de diversión a Harriet que le sonrió algo nerviosa.
El profesor salió, haciendo reír a algunos chicos que aún no creían. Sin embargo, terminaron por salir cuando Neil, Charlie y Harriet lo hicieron.
Todos los adolescentes llegaron hasta una sala que ya todos conocían, todos estaban esparcidos, viendo a su profesor atento. Harriet terminó quedándose atrás, cerca de Charlie y Knox.
—"Capitán, mi capitán" ¿Quien sabe de dónde viene? —el profesor Keating les preguntó, pasando su mirada por todos.
Todos se quedaron en silencio, sin saber que contestar. Algunos ni siquiera prestaban atención.
—¿Alguien? ¿Ninguna pista? —volvió a preguntar, recibiendo una negación de Harriet—. Es de un poema de Walt Withman sobre el Sr. Abraham Lincoln. —explicó, sonriendo levemente—. Ahora bien; en esta clase pueden llamarme Sr. Keating o, si son un poco más temerarios, Capitán, mi capitán.
